El proceso electoral programado para mayo ya quedó fuera. La renovación de las autoridades era total: desde rector con el conjunto de la administración central, todos los directores y los consejos de unidad, más el Consejo Universitario. Además, las 11 carteras del sindicato. Es decir, todo. Por las medidas de la contingencia se produjeron problemas jurídicos que deben resolverse, sobre todo por cuestión de procedimientos y fechas. El Consejo Universitario actual junto a todos los directores con sus respectivos consejos de Unidad terminan su periodo el 19 de agosto de 2020. Y el rector con su administración concluye el 5 de septiembre. Así las cosas, si el 19 de agosto ya no habrá Consejo Universitario, ¿quién calificará las elecciones, si éstas se hacen después de esa fecha? Este es el nudo del problema. Estando el Consejo Universitario en funciones, se puede maniobrar, al estar fuera de funciones, la situación se complica.
El caso del Spauaz es más embarazoso: el actual Comité Ejecutivo termina su periodo el próximo 26 de mayo, y aun no hay acuerdos sobre alguna salida al nudo jurídico que esto significa. En el sindicato el problema no es más difícil no sólo por la proximidad de la fecha de finiquito legal de los representantes, sino porque un acuerdo político de con-sen-so es lejano por la personalidad del Secretario General, el cual está imposibilitado de construir justo lo que se necesita: consensos. A partir del miércoles 27 de mayo (semana que entra) no habrá Comité Ejecutivo, a lo cual se abren serios problemas: ¿quién hará las propuestas de cargas de trabajo del personal suplente o tiempos determinados? Si dichas cargas no van con esa propuesta, no tienen validez legal.
En la arena de la Institución, una posibilidad es que se realicen las elecciones antes del 19 de agosto, y el actual Consejo alcance a calificarlas. Sin embargo, en el último calendario aprobado por la administración, el ingreso a actividades es el 10 de agosto, con lo cual hace imposible lo aquí sugerido. Tendrían que establecer el inicio de actividades la tercera semana de julio, para que alcancen los procesos, aún de forma apretada. Y los acuerdos sobre todo el escenario deben procesarse en estos días, y necesariamente deberán salir de consenso, para evitar conflictos. La base de la solución del nudo es el acuerdo político de todas las planillas y fuerzas, y la responsable de realizarlo es la Comisión Electoral Universitaria. Comisión que no tiene los mejores perfiles para llevarlo a efecto. El otro responsable de procesar el acuerdo político es el Secretario General de la UAZ, pero es candidato a Rector, y por tanto parte interesada, lo cual también complica el caso.
Lo importante es que la Comisión Electoral construya una propuesta a más tardar la semana que entra, y sea una propuesta de consenso y de preferencia no rebase la fecha fatal del 19 de agosto. Porque hay complicaciones adicionales: la entrega-recepción en medio de una crisis financiera, y una administración central que se estrenará con las arcas vacías y la negativa de gobierno federal de poner el dinero que hace falta para salir el año. Es decir, el nuevo rector entra el 5 de septiembre y el 15 de octubre no tendrá para la quincena, a menos que pase algo extraordinario. El nudo que tiene ahora mismo la máxima casa de estudios, por lo que vemos, fue hecho por Gordias.
