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miércoles, 24 abril, 2024
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La intransigencia del gobierno nos llevará a una crisis económica prolongada

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Por: ARTURO HUERTA GONZÁLEZ •

El Gobierno federal sigue sin darse cuenta que en contexto de recesión y crisis económica, el gobierno debe incrementar el gasto e inversión pública y trabajar con gasto deficitario, es decir, gastar más de sus ingresos. La política fiscal debe ser expansiva para contrarrestar la caída del consumo e inversión privada, de las exportaciones y de la entrada de capitales. El gobierno en vez de hacer ello, instrumenta una política de contracción del gasto para mantener su austeridad fiscal neoliberal. De tal forma, a la caída de la demanda del sector privado y de las exportaciones, se suman los constantes recortes presupuestales, así como el que anunció la semana pasada en que todas las dependencias públicas (a excepción de la Secretarías de Salud y Defensa Nacional, así como la Guardia Nacional), deberán reducir sus gastos al 50 por ciento en las partidas de servicios generales y gastos de operación.

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a raíz de la emergencia sanitaria. Resalta también el recorte presupuestal de las Participaciones y Aportaciones a Estados y Municipios, en un contexto donde ellos están viendo disminuídos sus ingresos tributarios por la propia contracción del ingreso nacional, por lo que no contarán con recursos para hacer frente a la pandemia del coronavirus, ni para atender los servicios públicos, lo que agrabará la desatención de las demandas de los ciudadanos. Tales recortes presupuestarios contraerán más la producción y la generación de empleos.

El gobierno federal insiste en sus posiciones neoliberales de no déficit fiscal para no incrementar la deuda. No reconoce que estamos en una situación de emergencia en donde todos los países están dejando la austeridad fiscal y están trabajando con déficit fiscal e incrementando su deuda y nadie se preocupa de las calificadoras internacionales. La deuda no es mala si se utiliza en el combate a la epidemia del Covid-19 y a aumentar la producción y el empleo y el ingreso de los que quedan desempleados.

El gobierno ha dicho que no acepta la postergación del pago de impuestos y contribuciones porque ello le mermaría los ingresos para sus programas sociales. Lo que no entiende es que al frenarse la producción, el empleo y la actividad económica, seguirá disminuyendo la captación tributaria y su capacidad de gasto. Además, aumentará el problema de cartera vencida, lo que llevará a una crisis bancaria y a otro Fobaproa, por lo que para evitar tal situación, el gobierno debe tener políitca de estímulo fiscal y trabajar con déficit publico. Debe entender que el gasto es el que genera el ingreso. Si sigue disminuyendo el gasto, recaudará menos, pues restringe el crecimiento económico. Debe gastar más y permitir la postergación del pago de impuestos para aquellas empresas que han cumplido con el pago de impuestos y están viendo disminuídas sus ventas e ingresos en más del 30% en el mes de marzo, con la condición de que mantengan la capacidad productiva y el empleo y así evitar insolvencia y una fuerte caída de la economía.

Como la pandemia se presenta en México en un contexto donde ya estábamos en recesión económica, vamos a ser más afectados que otras economías y más porque el gobierno insiste en las mismas políticas neoliberales de austeridad fiscal causantes de la recesión.

La desaceleración de la economía mundial retroalimenta dicha situación, pues a la caída del mercado interno, se suma la de las exportaciones. El gobierno no puede continuar con la política económica causante de la crisis económica y que nos impide encarar y superar la pandemia y los problemas que ésta origina. Tiene que trabajar con gasto deficitario y con mayor deuda pública interna. Ello debe ir acompañado con tasa de interés cero, para que ésta no presione sobre las finanzas del sector público y del sector privado.

El gobierno perfectamente puede postergar el pago de la deuda externa y reestructurar su deuda interna, a fin de potenciar su capacidad de gasto para combatir la pandemia, como para mantener la capacidad productiva y el empleo, y así el ingreso nacional para aumentar la recaudación tributaria y reducir el déficit fiscal y el monto de la deuda impulsores de la actividad económica.

La libre movilidad de capitales en el contexto de incertidumbre que se enfrenta, está provocando salida de capitales y devaluación, a pesar de las altas tasas de interés que se ofrecen a los bonos mexicanos a 10 años que están en 7.16%. El gobierno debe establecer controles a los flujos de capitales para frenar la devaluación y evitar que nos saqueen como aconteció en la crisis de 1982 y 1994 y para poder bajar la tasa de interés a cero para el impulso de la dinámica económica nacional.

El Estado debe asumir el papel que le corresponde para vencer la pandemia y evitar que la crisis pandémica y económica se prolonguen.

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