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jueves, 18 abril, 2024
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A la sombra de los caudillos. El presidencialismo en el cine mexicano*

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Por: ÁLVARO A. FERNÁNDEZ •

La Gualdra 425 / Desayuno en Tiffany’s, mon ku / Cine

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Durante sexenios ha permanecido una extraña sensación de crisis en la sociedad mexicana y de paso en su cinematografía. Luego de la insólita y benéfica relación entre el Estado y la industria cinematográfica que diseñó el presidente Luis Echeverría (1970-1976) para refrescar una producción aniquilada por películas de jóvenes rebeldes y luchadores enmascarados, caracterizadas por escasos valores estéticos, pero rápida recuperación económica, le siguió el desmantelamiento de esas políticas por parte de la hermana del presidente José López Portillo (1976-1982), entonces directora de la Comisión de Radio, Televisión y Cinematografía (RTC), con el fin de incentivar la iniciativa privada, volver a la producción de cine de géneros populares y crear de paso la llamada “generación de la crisis”.

La crisis de los ochenta, alimentada en parte por la entrada del video a los hogares, parecía quedar atrás con la llegada del llamado Nuevo Cine que impulsó el gobierno de Salinas de Gortari. En esos años debutaron figuras como Guillermo del Toro y Alfonso Cuarón y el cine nacional se proyectó a niveles internacionales. Para el momento todo parecía florecer, pero terminó como una “cortina de humo” develada años después tras la devaluación del peso en 1994, el levantamiento zapatista y el asesinato de Luis Donaldo Colosio. De hecho, tres años más tarde el cine mexicano llegaría a su más bajo nivel de producción con escasas 9 obras, mientras en la llamada época de oro se llegaron a producir más de 110 largometrajes y en años recientes alrededor de 170.

Es de común acuerdo que estas subidas y bajadas del arte y la industria cinematográfica siempre ha tenido estrecha relación con las políticas del presidente en turno, fenómeno que motivó la idea de escribir un libro colectivo que articulara el presidencialismo y el cine mexicano, sus momentos de crisis, pero también de esplendor, sus relaciones más cercanas, y también las más lejanas.

Es así que Ángel Román y el que escribe estas líneas, se dieron a la tarea de reunir a quince reconocidos analistas e historiadores de cine especializados en diversos periodos, para realizar un estudio sobre el cine y la tradición del presidencialismo moderno forjada desde los años de Lázaro Cárdenas (1934-1940), una década después de que los caudillos revolucionarios se bajaron del caballo para enfrentarse a la consolidación institucional y al nacimiento de una industria, hasta el periodo de Enrique Peña Nieto (2012-2018) en el que el estado fantasmagórico del presidencialismo y su relación con el universo mediático no tenía precedentes.

Pese a no concebir de manera sexenal la historia del cine en México, seguimos una estructura cronológica de acuerdo con los periodos presidenciales. Esto permite una lectura lineal o transversal, con saltos en el tiempo o dirigidos por los enfoques de estudios de caso de películas concretas o de panoramas del contexto, siempre enfocados a develar las influencias recíprocas entre la cinematografía y la política, entre las películas y la figura presidencial, entre los discursos fílmicos con las ideologías del momento, o incluso poner énfasis en los contradiscursos que criticaban y desacralizaban la figura del presidente.

De tal manera este libro publicado en enero del presente año por la Universidad Autónoma de Zacatecas y la Cineteca Nacional, se tituló A la sombra de los caudillos. El presidencialismo en el cine mexicano, por supuesto haciendo alusión a la novela de Martín Luis Guzmán y a la sombra de ilusiones rotas que quedaron luego de la Revolución mexicana sexenio tras sexenio. Se trata de una publicación novedosa en la que han colaborado estudiosos de España, Estados Unidos, Francia y México, investigadores e investigadoras que ofrecen una contribución a la historia del cine y, en alguna medida, a la historia del presidencialismo mexicano, que deberá completarse al final de los sexenios venideros que, al parecer, han dado un importante giro desde que López Obrador tomó el poder en diciembre de 2018, momento en el que algunos vislumbraron prematuramente otra vuelta al presidencialismo.

Por tanto, el contenido del libro se compone de doce capítulos y un prólogo escrito por Marina Díaz. En el primer capítulo David Wood aborda la nostalgia del Porfiriato en las películas producidas durante el avilacamachismo; el presidencialismo de Cárdenas lo trabaja Carlos Belmonte; Ángel Román estudia a Ávila Camacho y la representación de la Segunda Guerra Mundial; la figura presidencial en el filme Río Escondido es analizado por Mauricio Díaz y Alicia Vargas; el alemanismo es tratado por Francisco Peredo Castro; la Guerra fría, que va de Ávila Camacho a Díaz Ordaz, por Maximiliano Maza Pérez; el impacto de la cultura cinematográfica en el periodo de Echeverría lo escribe Yolanda  Campos; el sexenio de López Portillo lo trata Alejandro Pelayo; las políticas del neoliberalismo de Salinas y Zedillo las reconstruye Ignacio Sánchez Prado; Diego Zavala Scherer reflexiona sobre el panismo junto con  Alfredo González que analiza la relación PRI-PAN en el caso del filme sobre Colosio; y finalmente los golpes al sexenio de Peña Nieto desde las narrativas transmedia es tratado por Álvaro A. Fernández.

 

*Publicación de la Universidad Autónoma de Zacatecas y la Cineteca Nacional.

 

 

https://issuu.com/lajornadazacatecas.com.mx/docs/la_gualdra_425

 

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