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viernes, 19 abril, 2024
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Las mujercitas de Greta Gerwig

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Por: ADOLFO NÚÑEZ J. •

La Gualdra 420 / Cine

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Little Women, la novela de Louisa May Alcott (publicada en 1868) ha inspirado una enorme cantidad de adaptaciones fílmicas al pasar de los años. A primera vista, resultaría sorpresivo que una cineasta como Greta Gerwig estuviera interesada en una obra tan antigua, pues tanto en la actuación como dirigiendo, sus trabajos están anclados a la realidad y las incertidumbres de los tiempos modernos. Sin embargo, ese desconcierto e inquietud sobre qué deparará el futuro también está presente en los personajes de Jo, Beth, Amy y Meg, y como tal, la directora se asegura de que sus adversidades sean retratadas de manera dinámica y actualizada. Con un guion adaptado por la propia Gergwig, Mujercitas (2019) toma como base el material original y los eventos representados, pero juega con el paso del tiempo y la cronología de los mismos.

Estructurado en dos partes, el filme se enfoca en la historia de las protagonistas a partir de que tienen mayor edad a la vez que recuerdan su infancia juntas en una serie de flashbacks. De manera no lineal, Gerwig aborda los sucesos definitorios en la vida de las hermanas March a la par de que retrata con sumo detalle sus esperanzas, decepciones y sueños. En ese sentido, la historia de Jo (Saoirse Ronan) refleja las tensiones (también mencionadas en la novela) entre las aspiraciones personales y el conformismo establecido por la sociedad burguesa de la época. Dicha tensión también es representada en las otras tres hermanas, que simbolizan la forma particular de acercarse, como mujer, a un mundo que todavía es excesivamente masculino. Esta búsqueda de cada una de las cuatro mujeres para definir su propio camino se vuelve un viaje lleno de dificultades y contratiempos, pero cuyo crecimiento se vuelve una experiencia humana familiar e identificable, y cuya universalidad también radica en los momentos de su pasado, los cuales terminan por definir y fortalecer a cada una como personas. Con enorme melancolía, el pasado y el presente se funden en pantalla, Gerwig enfatiza en ambos tiempos mediante el uso de colores cálidos en las imágenes de la memoria, en contraste con los tonos grises del presente y el regreso al hogar materno.

Esta narrativa episódica dota al filme de un sentido literario representado en las cuatro hermanas en medio de los capítulos de un libro escrito por Jo; el cual es entregado a un editor quien forma parte de una editorial fría, de mente cerrada y manejada por hombres. Este elemento es utilizado por la directora como una herramienta para desarrollar una interesante y aun relevante crítica contra aquellos que menosprecian las historias escritas por y para las mujeres. Este carácter metatextual del filme termina por señalar que Jo March es un alter ego tanto de Gerwig como en su momento lo fue de May Alcott, y en ese sentido el filme cobra relación con Lady Bird (2017), la ópera prima de la realizadora y en donde su protagonista -también interpretada por Ronan y también otro alter ego de la directora- de igual manera enfrenta un crecimiento emocional similar para encontrar su lugar en el mundo. Al final esta nueva adaptación y la manera en la que sus personajes y los dilemas que enfrentan trascienden hasta tiempos modernos son una clara prueba del poder que la ficción tiene para retratar la condición humana, para vernos en ella y ayudarnos a encontrar nuestro lugar en el mundo. Y al igual que las hermanas March, para recordarnos que no estamos solos.

 

 

https://issuu.com/lajornadazacatecas.com.mx/docs/la_gualdra_420

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