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miércoles, 24 abril, 2024
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Acuífero Guadalupe Bañuelos es sobreexplotado pese a sus altos niveles de metales pesados

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Por: MARTÍN CATALÁN LERMA •

■ Conforme bajan los niveles piezométicos se empeora la calidad del agua

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■ Su aprovechamiento inició ante requerimientos pequeños, luego iniciaron la perforación de pozos profundos de gran caudal para abastecer nuevas zonas de crecimiento

 

A pesar que el acuífero Guadalupe Bañuelos tiene concentraciones de flúor, arsénico y otros metales pesados por encima de los valores máximos permitidos por la ley, este sigue sobreexplotándose y conforme bajan los niveles piezométicos se empeora la calidad del agua, advirtió Francisco Aguilar Ortega, docente de la Unidad Académica de Ingeniería de la Universidad Autónoma de Zacatecas (UAZ).

Expuso que el aprovechamiento del acuífero Guadalupe Bañuelos inició ante necesidades y requerimientos pequeños, como era el abastecimiento a poblaciones rurales y pequeños regadíos, suministrados principalmente mediante pozos a cielo abierto, de bajo caudal y excavados a poca profundidad.

Poco después, para resolver el suministro del incremento poblacional de la zona conurbada Zacatecas Guadalupe y debido a la cercanía del acuífero con ésta, se inició la perforación de pozos profundos de gran caudal, para abastecer las nuevas zonas de crecimiento.

Al iniciarse el aprovechamiento intensivo se presentaron los primeros síntomas de sobreexplotación: la profundización de los niveles de bombeo, provocando mayores consumos de energía eléctrica, lo cual generó baja rentabilidad en los cultivos y en algunos casos el abandono de la actividad agrícola; y la “contaminación natural” del acuífero, exacerbándose con el tiempo hasta llegar a límites impropios para el consumo humano.

Aguilar Ortega indicó que, si bien la zona de “inadecuada” calidad del agua se encuentra bien establecida, es necesario desarrollar acciones encaminadas a evaluar con mayor precisión las características de la calidad del agua extraída de este acuífero, para que en determinada condición reubicar o reorientar el aprovechamiento de ciertos pozos.

De acuerdo con su análisis, publicado en la revista Observatorio del Desarrollo de la Unidad Académica de Estudios del Desarrollo, enfatizó en que la “calidad” del acuífero no sólo debe ser atendida por las instituciones gubernamentales; “las condiciones de transparencia en el manejo de la información promueven la participación de la ciudadanía en su análisis así como en las soluciones de los posibles problemas de contaminación que podrían incrementarse bajo este aprovechamiento intensivo, siendo la ciudadanía la que en mayor parte consume el agua que se extrae de este acuífero y que, en caso de existir graves problemas, es la que a largo plazo sufriría de las consecuencias de una deficiente gestión del agua”.

Expuso que en 2011, se realizó la caracterización de las aguas contenidas en pozos a cielo abierto y profundos por maestros y alumnos de servicio social del Laboratorio de Química de Superficies y Análisis Industriales de la Unidad Académica de Ciencias Químicas de la UAZ. En este estudio las muestras de agua mostraron valores en los parámetros de hierro, plomo, cadmio y mercurio fuera de los límites permisibles de la norma de salud vigente, principalmente en las comunidades de Casas Coloradas, Las Mangas y San Jerónimo.

Posteriormente, Aguilar Ortega expuso que hacia 2012, en el acuífero Guadalupe Bañuelos se realizó un estudio en nueve pozos profundos, tres pozos a cielo abierto (norias) y un manantial. Aunque el agua se clasifica como potable o propia para el consumo humano, se reveló la existencia de un pozo profundo con valores altos en los índices de flúor y arsénico, sin evidenciar la localización de los pozos muestreados.

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