■ El incidente pudo ocurrir por falta de competencia de los responsables: Josefina Nava
■ Desde su punto de vista, no es convincente el argumento de que fueron desechados porque estaban deteriorados y ya se contaba con un duplicado
■ “Nosotros incluso tenemos periódicos en condiciones más lamentables y aun así los rescatamos de la pérdida, pero hay procedimientos”
En pleno año de 2019, cuando existen numerosas técnicas y tecnología para preservar y resguardar documentos, desechar periódicos y revistas antiguos, como ocurrió en la Universidad Autónoma de Zacatecas (UAZ), no tiene justificación, afirmó Josefina Nava Sánchez, especialista en restauración de acervo bibliográfico.
Luego de observar los documentos rescatados por La Jornada Zacatecas, aseguró que la condición en que se encuentran es buena, incluso mejor que la de muchos archivos que en este momento está restaurando, mismos que datan de la década de los 50 del siglo pasado.
“Estos documentos, en un análisis visual, no nos parece que estén en malas condiciones. Nosotros incluso tenemos periódicos en condiciones más lamentables y aun así los rescatamos de la pérdida, pero hay procedimientos. Para nosotros definir los procedimientos y las técnicas que debe realizarse sobre un documento, tenemos que hacer una valoración y un diagnóstico. Cuando tenemos materiales en malas condiciones debemos diagnosticarlos y después implementar los procedimientos que se requieran”, expresó.
Desde su punto de vista, el argumento de que fueron desechados porque estaban deteriorados y ya se contaba con un duplicado, dijo que ello no es convincente, porque todo documento con esa significación histórica debe ser preservado, por ejemplo, para complementar la colección de otras instituciones.
Por ejemplo, refirió que recientemente una institución notificó a la Hemeroteca de la Biblioteca Mauricio Magdaleno que tenía material duplicado que podía donarlo. Entonces “revisamos y afortunadamente a nosotros nos van a servir independientemente de que ellos los tengan digitalizados y duplicados”.
Nava Sánchez, quien funge como responsable de la hemeroteca ubicada en la biblioteca Mauricio Magdaleno, comentó que esta ha donado material duplicado a bibliotecas de varios municipios para que estos iniciaran o continuaran con su hemeroteca. Es decir, “es mejor enriquecer otros lugares que tirarlo”.
En caso que ese material estuviese deteriorado o dañado, reiteró que “estamos en 2019. Ahorita nosotros ya tenemos egresados de la Escuela de Conservación y Restauración. Ya no tenemos justificación en tomar estas decisiones porque tenemos a los profesionistas a los que debemos acudir para la resolución de este tipo de problemáticas”.
Consideró que el incidente pudo ocurrir por falta de competencia de los responsables, pero “ya sucedió y ahora lo que tenemos que hacer es ver la manera de preservar lo que quedó: que se invite a profesionales para que vayan a valorar lo que quedó y hacer un proyecto de rescate de ese material”.
Se refirió al espacio que albergó el acervo del antiguo Instituto de Investigaciones Históricas e incluso llevó a sus alumnos de la Escuela de Conservación y Restauración “para que vieran cómo no debe estar un Archivo. Ese era el objetivo, que vieran un Archivo al que le faltan condiciones para estar en buen estado”.
Nava Sánchez describió que ese espacio era pequeño, con humedad muy alta y los hongos eran visibles en libros, periódicos y otros objetos, pero según la encargada en ese momento, “no tenía el apoyo suficiente para cambiar esas condiciones. Todos esos factores estaban ocasionando el deterioro del material”.
Sin embargo, afirmó que a pesar de ese deterioro los documentos pudieron ser restaurados y en la actualidad ya no es justificable que se desechen con el pretexto de su condición material.
“Ahora tenemos todos los conocimientos, tecnología, para arreglar ese deterioro en documentos. Lo que yo vi en ese espacio en el que estaba el acervo es que era necesario arreglarle el espacio, acondicionarlo, o cambiarlo de lugar, a otro más adecuada, y con las personas indicadas tanto en archivística, biblioteconomía y conservación”, indicó.
Por último, expuso que ha trabajado en la biblioteca Mauricio Magdaleno y en el transcurso del tiempo se dio cuenta de que un problema importante era que muchos de sus documentos presentaban daños, por lo que se interesó en la disciplina de la conservación y la restauración.
Nava Sánchez concluyó que “las fuentes documentales son nuestras, es nuestro patrimonio, nuestra herencia, y hay que cuidarlo. Estos documentos son nuestros, de los zacatecanos, de los mexicanos, y hay una gran responsabilidad de quienes están al frente para conservarlos en buen estado”.
