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jueves, 25 abril, 2024
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Una Panista en Morena. La ética política

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Por: LUZ ARCELIA MADERA ÁVALOS •

Las situaciones de desastres naturales como el que se enfrenta en el país, son mínimamente predecibles, quizá la ciencia nunca genere información en tiempo para prevenir y evitar afectaciones vitales.  Ninguna ciudad o país por muy desarrollado que sea está exento de sufrir este tipo de eventos.

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Tales casos son también un momento de introspección, inspiración y, una prueba para demostrar que México ha sido una nación que históricamente sale adelante con el valor y amor humanos y que basta una prueba para que hasta el más humilde ciudadano aporte y ayude con lo que tiene a su alcance. En muchas de estas situaciones son quienes menos tienen los que están con mayor disposición de ayudar. Enfrentar con solidaridad y generosidad es algo peculiar de la raza de oro y plata que habita estas tierras, la raza que por cultura se une ante la desgracia. Sin embargo, aún en momentos de emergencia nacional hay quienes abusan de la situación, tomándose la foto para decir al mundo que “ayudaron” –en un claro acto ególatra- o en algunos horrendos casos hurtando los recursos económicos y /o materiales que son para damnificados.

Valdría la pena evocar a Aristóteles y su Ética Nicomaquea cuando considera que la moral del ciudadano individual se realiza de la mejor manera, en la medida en que él busca –al realizar sus propios fines- los intereses del Estado…Y preguntarse, ¿Si en estos tiempos el interés del Estado aún es el bien común del ciudadano, o es el bien común de la oligarquía que lo utiliza? Este es el temor cada vez más fuerte que se percibe en la ciudadanía, la cual se resiste a entregar víveres a centros de acopio de instituciones de Gobierno pues teme que no sean empleados para el alivio de las personas en desgracia.

A propósito de los casos en los cuales las donaciones, presupuesto de los fondos de desastre y ayuda humanitaria en general se pretende usar de manera perversa por las autoridades, es momento de referirse a la Ética Pública sobre la cual escribió Elena Álvarez de Vicencio y donde acertadamente menciona que, quien habla de ética política es porque tiene una norma y  un ideal del ser y de la comunidad, puesto que la ética debe tener el sentimiento de norma y solidaridad, de medios y fines, de lo justo y de lo injusto, pero quienes no tienen ése referente personal difícilmente consideran que la política se vincule a normas éticas. Por desgracia los gobernantes de los tiempos presentes han olvidado o desconocen el significado y la importancia de la palabra Ética, sus usos y aplicación en el ejercicio de un cargo, este momento de distancia entre la necesidad del ciudadano y el interés del gobierno explica porqué, destinar el 20 por ciento de las prerrogativas para campañas políticas a reconstruir daños fue un asunto controversial, que exhibió la mezquina necedad de algunos y que sin embargo, debió haber sido un asunto de Ética política, acción que por su intención no tiene lugar a dudas. Posteriormente, cuando el asunto se hizo viral y podía generar votos, entonces ya no hubo lugar a la duda, hubo incluso la innovación a la acción; y partidos como Encuentro Social y el Revolucionario Institucional de pronto sí pudieron aplicar recursos incluso del 2017… Y al día siguiente ya tenían spots en radio nacional haciendo gala de ello, por lo visto tampoco leyeron la máxima bíblica “que tu mano izquierda no sepa lo que hace tu derecha”, finalmente una acción ética se convierte en un acto proselitista.

La evaluación sobre la conducta pública finalmente la tiene el pueblo y los frutos de los actos de quienes gobiernan. Las y los mexicanos, actuaron con determinación y valor, y ello demuestra que, este 2018, se  puede con igual firmeza exigir a quienes aspiren a gobernar, una conducta responsable apegada a la Ética Política pues es lo que reconstruirá el país.

Mejor aún, la decisión no basta, es menester la participación, para que el gobernante cambie la voracidad, la ambición y la corrupción que lo invade  y que lo ha vuelto insensible a la misión de la vida pública e institucional. Por ello cuando se habla que el Movimiento de Regeneración Nacional, promueve una transformación, se refiere a “un cambio en lo político, económico, social y cultural” y afirma que es la decisión y la acción del pueblo la que puede salvar este país. Lo cual se puede lograr “imprimiendo principios éticos a la vida política y defendiendo los derechos humanos, la libertad, la justicia y la dignidad de todos”. (Declaración de principios de MORENA). Por eso cuando en otros institutos políticos de pierde la mística y la ética lo que sigue es apostarle a la Reconstrucción, a la Regeneración.

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