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viernes, 26 abril, 2024
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De la atención a la pobreza al enorme reto de la desigualdad

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Por: MARCOS IBARRA INFANTE •

Desde el inicio del presente sexenio la política social se planteó el enorme reto de combatir la pobreza extrema y el hambre, con esa lógica en mente se creó la estrategia integral de la Cruzada Nacional contra el Hambre y surgieron programas como Madres Jefas de Familia y la pensión para Adultos Mayores, entre otros. De acuerdo con las últimas cifras del CONEVAL, organismo encargado de evaluar la política social, entre 2014 y 2016 la pobreza extrema disminuyó 2.2 puntos porcentuales, al pasar de 11.4 millones de personas en esa condición a 9.4 millones, desde luego un resultado muy relevante pero que significa un reto enorme ya que aún tenemos millones de personas en esa condición. Sin embargo, mención especial significa la reducción en materia de carencia alimentaria, porque dejar esa condición significa, en pocas palabras, que los pobres extremos coman mejor, y a pesar de dicha complejidad se logró que entre 2012 y 2016 la carencia alimentaria disminuyera 3.2 puntos porcentuales que significan 2 millones 800 mil pobres extremos que comen mejor. Para Zacatecas también se presentaron buenos resultados, ya que la pobreza extrema disminuyó también 2.2 puntos porcentuales al pasar de 5.7 puntos en 2014 a 3.5 en 2016, lo que representa pasar de 89.4 mil personas en esa condición a 56.1 mil personas, donde al igual que la tendencia nacional también se disminuyó la carencia alimentaria pero además se agregó la reducción de la carencia por hacinamiento que pasó de 13.3% en 2014 a 10.7 en 2016, es decir cerca de 40 mil personas menos viviendo en esa condición.

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Sin embargo, a pesar de estos resultados en la reducción de la pobreza extrema y la mayoría de las carencias que la componen, hay un hecho que resalta también de los resultados de CONEVAL pero sobre todo de la información previa que levanta el INEGI a través de la Encuesta Nacional de Ingreso Gasto de los Hogares (ENIGH) y que se refiere a la concentración del ingreso y por tanto a la desigualdad que existe en nuestro país. De acuerdo a un análisis que realiza la Organización Oxfam a partir de la ENIGH 2016, denominado Análisis de la desigualdad, hay una brecha de 154 mil pesos trimestrales entre el ingreso de 10% de los mexicanos más pobres y el mismo porcentaje de los más ricos, las percepciones de los 12 millones de los mexicanos más ricos son equivalentes a las de los 84 millones de personas que viven en pobreza, en otras palabras, mientras los 12 millones más pobres de México obtienen cada tres meses 6 mil 820 pesos, el décil más rico percibe 160 mil 820.

Esta situación es muy delicada y requiere toda la atención del Estado transversal y horizontalmente. Una sociedad desigual tiende a perpetuar la desigualdad y la incrementa, genera encono y división que al final del día termina reflejándose en temas de agresión e inseguridad. Disminuir la desigualdad es una tarea compleja pues tiene que ver con el modelo económico neoliberal que tenemos vigente en gran parte del mundo y que como parte de sus premisas fomenta la concentración del capital en aras de ponerlo en las manos “más eficientes”, pero además, en el caso particular de México viene de raíces históricas arraigadas y nacidas desde la lucha de clases.

En este contexto, las tareas para su atención sólo pueden resultar eficientes si parten desde el nivel más alto del estado y cuentan con la participación de todos los actores relevantes, desde los empresarios hasta los políticos. Sin embargo, hay algunas medidas que desde mi punto de vista pueden adoptarse desde lo local al menos para atenuar algunas de sus consecuencias. Primero, establecer políticas públicas puntuales  y focalizadas para atender a los grupos vulnerables y en pobreza extrema, como una forma de compensar la desigualdad histórica con la que nacieron y de manera fundamental dichas políticas deberán considerar ofrecer a estos segmentos el acceso a las herramientas que les permitan aminorar por sí solos las brechas, como por ejemplo el acceso a la educación, a la salud, a la seguridad social y en la actualidad la necesaria posibilidad  de que tengan a su disposición conectividad y conocimiento del uso de las herramientas tecnológicas y de redes sociales.

Otro punto fundamental debe ser establecer servicios y obras públicas o de infraestructura que lleven a las zonas  donde habitan estos segmentos poblacionales con mayores déciles de ingreso, es decir, se debe llegar a las colonias más marginadas, parques, bibliotecas, escuelas e infraestructura de servicio de la mejor calidad. El tercer punto son los instrumentos normativos que apoyen y protejan a esta población, a lo que me refiero es generar un marco legal, normativo e incluso de reglas de operación que reconozca la desventaja con la que nacieron estos segmentos poblacionales y con esa perspectiva promover condiciones de igualdad un ejemplo claro de esto sería al momento de acceder a programas o al realizar cualquier trámite.

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