- Esta agrupación es dirigida por el griot Babou Diebatè
- La kora “es el ancestro de todos los instrumentos” y el último instrumento completo: líder del grupo
Respeto hacia el otro y hacia la naturaleza, concordia entre grupos, intercambio cultural entre África y América Latina, y preservación de la tradición. Así se resume el sentido de Kayra Silabaa, agrupación enfocada a la música del mundo y dirigida por el griot senegalés Babou Diebatè, quien toca la kora, el ancestro de todos los instrumentos conocidos hoy en día y el último instrumento completo, de origen africano, para exponer historia y música.
A Babou le fue heredada la función de griot, cuya labor es preservar la cultura, la tradición y la historia de su pueblo, y esto se advierte en sus composiciones e interpretaciones, mismas que dio a conocer, junto a sus nueve compañeros, la semana pasada en la plazuela Miguel Auza de esta ciudad capital, dentro del recién concluido Festival Zacatecas del Folclor Internacional.
Kayra Silabaa, nacido hace casi nueve meses, se integra de siete músicos mexicanos, un panameño, un guineano y del senegalés Babou, director, compositor y cantante del grupo, y ejecutante, precisamente, de la kora.
El concierto se denominó El camino del ‘griot’, y Kayra Silabaa significa gran camino de paz de nuestros ancestros. Acerca de esto, Babou, como griot, es el encargado de proveer o producir la paz, generar concordia en su comunidad y generar paz entre grupos; así, se desempeña dando clases y talleres de música, pero también solucionando conflictos por medio de la música. “Somos palabreros. La palabra es muy sensible, y el griot sabe cómo manejarla. No fui a la escuela para aprender, pero guardo la historia de mi pueblo. Soy sociólogo tradicional. El griot guarda grandes cosas y no tiene salario”, afirmó Babou en entrevista exclusiva.
Y en este sentido es que Kayra Silabaa realiza una labor interesante cuando interpreta canciones de la tradición griot de Senegal y Mali y cuando ofrece sus propias composiciones, pues, en especial, Babou, como historiador y músico y como quien, por medio de la cultura y la tradición, protege la paz, busca el intercambio cultural entre África y América Latina, no sólo entre Senegal y México; es decir, esta agrupación formada en la Ciudad de México toca géneros de otras partes de África, como el zouk, y lo fusiona con salsa, son jarocho, reggae, jazz, funk y otros. En esta música del mundo conviven instrumentos tradicionales de Cuba, México y África, y otros como el saxofón, que es europeo, la guitarra eléctrica y la batería.
En esta fusión de lo tradicional y lo moderno, Babou hace los arreglos y el resto colabora en ello y comparten sus ideas. En el proceso de composición, la kora funge como orquesta, de modo que cuando Babou expone sus composiciones al resto de integrantes, dicho instrumento ya sólo reparte los sonidos al resto de los mismos.
Babou relató que la kora fue creada antes de Cristo y es el último instrumento que los ancestros crearon y también el último instrumento completo, pues tiene todas las notas, do re mi fa sol la si. La kora “es el ancestro de todos los instrumentos”. Con ella, refirió, se puede tocar un concierto solo. Dijo que hasta ahora no ha podido nadie hacer un instrumento que reúna tanto y suene como la kora, que está hecha con una especie de calabaza que sólo existe en África, piel de vaca y madera sagrada de Senegal –que es la madera más dura de toda África y que ningún insecto incluso puede comer-; de ahí la dificultad de copiar su sonido.
Kayra Silabaa ofrece en lo que toca una temática social que incluye el respeto entre los seres humanos y de ellos hacia la naturaleza. También se dirige a los huérfanos del mundo, a la tristeza de su hermano cuando falleció su padre y al agradecimiento de los hijos hacia los padres por darles educación, tan sólo por mencionar algunos ejemplos.
Esa noche, Kayra Silabaa ofreció una mezcla de los distintos gustos de cada uno de sus integrantes, aunque, sin duda, Babou destacó por su esencia, su música y al tocar boca arriba la kora. En tanto, el saxofonista, Ernesto Hevia, contagió al público con su alegría, ritmo y baile, sobre todo durante las piezas que tenían un estilo más reggae. A su vez, Diana, quien toca la jarana, brindó zapateado dentro de las interpretaciones de son jarocho, entre ellas Chuchumbé. El grupo ofreció un concierto donde conciliaron diversos géneros, donde los conocimientos distintos no fueron discriminados, tal cual la labor del griot.
“Si todos juntos construimos nuestra cultura, si nuestros ancestros lo hicieron, no tenemos por qué pelearnos y fragmentar relaciones. Se trata de volver a la tradición; recordar de dónde venimos, que es de un mismo núcleo; que somos hermanos y no tiene por qué haber conflicto”, sostuvo Ernesto, quien, además, es alumno y amigo de Babou.
Y eso es aplicado a la agrupación. Ernesto señaló que todos los integrantes proceden de escuelas muy diferentes: Babou, de la música tradicional, pero le gusta el reggae, jazz y obviamente la música tradicional de África; el percusionista, originario de Panamá, se dedica a los géneros latinos y se aboca a la música colombiana; el guitarrista, el bajista y Ernesto están enfocados al jazz y, concretamente, Ernesto estudia composición de música clásica; quien toca requinto es director de orquesta, aunque también se dedica a la música jarocha; el jaranero es de una familia de músicos jarochos impresionante y toca con el grupo Los Parientes de Playa Vicente; la jaranera es cantante de jazz, aunque también toca música veracruzana; el baterista se dedica más al funk y al jazz.
“Son muchos intereses y escuelas, pero lo que estamos haciendo es una muy buena fusión y un género en que logramos conciliar todas las escuelas y los conocimientos. Eso es un mensaje importante. Nadie discrimina a nadie. Al final, la música es música, y el que estemos los integrantes que estamos también es parte del mensaje de Kayra Silabaa”, finalizó Ernesto.
Kayra Silabaa comenzó a grabar su primer disco el pasado 7 de julio y espera darlo a conocer el próximo año. Este material se conformará de canciones autoría de Babou y de otras tradicionales tanto de la cultura mexicana como de la mandinga. Su título es todavía una sorpresa.
