18.7 C
Zacatecas
viernes, 19 abril, 2024
spot_img

El árbol y el bosque. Una lectura del conflicto en la Universidad Autónoma de Zacatecas

Más Leídas

- Publicidad -

Por: MARIANA TERÁN •

El árbol

- Publicidad -

Los últimos acontecimientos de la UAZ derivados de las rescisiones laborales realizadas por el rector Dr. Antonio Guzmán Fernández, pueden tener varias interpretaciones y las han tenido. Uno de los principios de toda universidad es su pluralidad y diversidad de opiniones y críticas. La formación del pensamiento crítico es uno de sus más señeros rasgos. Entre esas interpretaciones se ha promovido por algunos integrantes de la institución y por algunos medios de difusión la idea de que la actual administración ha sido arbitraria, autoritaria e ilegal al sancionar, a través de la rescisión laboral, el derecho a la libre expresión. Esta puede ser la imagen fotográfica del árbol, podemos quedarnos con ella,  solidarizarnos con los seis académicos en huelga de hambre y sostener que efectivamente se trata de una rescisión laboral injustificada, tal como ellos lo han expresado en diferentes medios. Pero al paso de los días se han ido precisando las diferentes circunstancias laborales de cada uno los afectados (de confianza, de tiempo determinado, de base) y el hecho de que posiblemente sólo en uno de ellos, hoy también en huelga de hambre, el derecho a la libre expresión sea el tema por analizar para valorar la acción de rescisión. Enseguida les invito a la reflexión integrando otros elementos para dar contexto a la fotografía que tenemos hasta el momento de ese árbol.

 

El bosque

La Universidad Autónoma de Zacatecas, vale reiterarlo, es el proyecto cultural más importante creado en Zacatecas, aquí se forman profesionales de las humanidades, las ciencias y las tecnologías, las artes y la cultura. A lo largo de sus cerca de 50 años con   autonomía ha sido el referente para la formación del pensamiento crítico y plural.

Esta noble institución tiene bien establecidos sus propósitos en la Ley Orgánica que nos rige, sin embargo no todos sus miembros los han promovido; prevalecen las prácticas políticas clientelares de distintos grupos, intereses familiares, de partidos políticos, corporativo-sindicales. Nuestra institución está atrapada en el nudo de esos intereses, ello ha entumecido su misión: el desarrollo de la ciencia y la tecnología, el fomento de las humanidades y las artes, la formación de ciudadanos honestos y responsables.

El actual conflicto no debiera reducirse al tema de la huelga de hambre, tiene muchos porqués. Uno de ellos obedeció justamente a esas prácticas clientelares donde por el abuso de autoridad se contrataron entre 2008 y 2014 alrededor de 1,300 nuevos   académicos, sin un ejercicio de planeación estratégica que los legitimara e integrara dentro del techo financiero por su necesidad para la docencia, la investigación, la extensión o la actividad administrativa. El abuso del poder se expresó también en los muy altos salarios de los funcionarios, la multiplicación de programas en diferentes municipios sin un estudio previo y promovidos por el compromiso político de las autoridades de entonces. Ese abuso del poder fue en gran parte patrocinado por nuestra seguridad social, la que nos fue retenida puntualmente pero que no fue enterada a las instancias correspondientes porque, “dicen”, fue usada para el pago de la nómina.

En suma, ante una nómina crecida y sin planeación estratégica, fue fácil desviar el recurso de seguridad social para cubrir “dicen” las quincenas de los trabajadores universitarios. Esos días el discurso del rector en turno era que el Estado mexicano se tendría que hacer cargo porque era suya la obligación de garantizar la educación superior.

El periodo siguiente, el de la administración 2012-2016, fue ampliamente criticado tanto por los universitarios de Zacatecas, como por diputados locales, federales, instituciones de seguridad social, de hacienda y de educación. A cargo un rector que en principio intentó renunciar y que no tuvo capacidad de gestión ni disciplina presupuestal. Una administración obesa e injustificada, sin vida en las autoridades colegiados de nuestra institución. La debilidad del rector derivó en la profundización de la actual crisis financiera heredada a su sucesor.

En 2014 el H. Consejo Universitario recibió de la Comisión Temporal creada ex profeso un primer diagnóstico y propuestas de reordenamiento en lo financiero, administrativo y académico, fue así porque la última auditoría oficial calificó de “déficit alarmante” la situación de la UAZ. Algunas observaciones y recomendaciones de entonces, es útil recordar ahora (los entrecomillados que siguen, son fragmentos textuales del diagnóstico):

 

1.- Según la información enviada por el Departamento de Planeación de la UAZ, entre 2008 y 2013 el número de profesores de tiempo completo creció de 936 a 1,532. Las áreas académicas que concentraban los más altos porcentajes en capacidad y competitividad (reconocimientos del entonces PROMEP y SNI) estaban en Básicas y Humanidades, en tanto que los porcentajes menores de profesores reconocidos por el Sistema Nacional de Investigadores estaban en Ciencias Sociales, Arte y Cultura y Ciencias de la Salud. Si cruzamos esta información con la matrícula, vemos que las áreas de Ciencias de la Salud y Sociales tenían los más altos porcentajes de matrícula (24.8% y 38.6% respectivamente), es decir, donde había menor capacidad y competitividad de la planta docente había más estudiantes. Un dato que no puede pasar por alto es que para el ciclo escolar 2013-2014 la matrícula de la Unidad Académica de Preparatoria era de 10,487 (el 81% se encontraba en los planteles I, II, III y IV) y la de las licenciaturas de 20,515, la de los programas de posgrado fue de 1,153 disminuyendo respecto al año 2009-2010 que era de 1,392.

El diagnóstico reveló que de los 1,532 profesores de tiempo completo, de los 377 de medio tiempo y de las 43,575 horas clase, la mayor parte de las contrataciones hora clase (69%) se concentraron en la Unidad Académica de la Preparatoria (13,884), en Ciencias de la Salud (10,249) y en Ciencias Sociales y Administrativas (5,015), es decir, en las áreas donde se registraron los menores porcentajes de capacidad y competitividad.

Detectamos que en algunos programas del Campus Jalpa, por ejemplo, las licenciaturas de Contaduría e Informática sólo tenían dos alumnos. La Maestría en Economía tres alumnos, Ciencias Biomédicas ninguno (lo cual no deja de sorprender) la Maestría en Matemáticas dos estudiantes, la de Física un estudiante y el doctorado de Ciencias Básicas un estudiante. Si cruzamos estos datos con los criterios nacionales que señalan que la proporción maestro alumno en Doctorado debía ser 2 a 4, la de maestría 4 a 6, la de licenciatura 1 a 25 y la de bachillerato similar a la anterior, es evidente la desproporción y falta de planeación estratégica que se realizó en las últimas dos administraciones.

Otra de las principales observaciones que ese diagnóstico emitió es que una de las causas del déficit presupuestal fue la serie de “contrataciones no autorizadas ni reconocidas en el presupuesto actual”. La alarma se prende cuando identificamos las plazas autorizadas y las ejercidas sin techo financiero. En 2014 según la información obtenida, de las 1,532 plazas de tiempo completo, estaban autorizadas 940. De las plazas ejercidas de medio tiempo, 377, sólo estaban autorizadas 270 y de las 43,575 horas clase ejercidas, sólo estaban autorizadas 14,404. El asunto se agravaría mes con mes debido a la generación de prestaciones.

Se hicieron varias recomendaciones: realizar de “manera inmediata” una auditoría de recursos humanos para analizar la desproporción de las plazas autorizadas frente a las ejercidas. Dar seguimiento por parte de la Secretaría Académica a los programas evaluados y acreditados y a los que históricamente no lo habían sido para establecer una “estrategia para acortar brechas”, diversificar la oferta educativa en los municipios con planeación estratégica reconociendo las vocaciones sociales, productivas y culturales de las regiones del estado de Zacatecas y no replicando programas como Derecho, Administración o Psicología y reconcentrar planteles de la Unidad Académica Preparatoria.

Por lo que se refiere a las principales recomendaciones de la subcomisión administrativa, se dijo entonces que debería adoptarse un “sistema de contabilidad que permita generar información y transparencia en todas las operaciones financieras”. Integrar en el presupuesto todos los ingresos: ordinarios, extraordinarios y propios. “Distribuir el recurso en todo aquello que efectivamente se tenga contemplando gastar, y cuando se realicen transferencias de recursos de un rubro a otro se deben hacer siguiendo estrictamente el procedimiento contemplado en la Ley Orgánica”. En ese mismo conjunto de recomendaciones se propuso la regularización de todas las instancias administrativas así como la revisión de plazas de comisiones temporales y de actividades mínimas “como la pertinecia de asesores jurídicos en las unidades académicas”; se propuso reducir los egresos por rentas de inmuebles, gastos de operación, usar tecnologías sustentables; también se recomendó la revisión de los convenios firmados del programa de sustitución de prestaciones “y de ser posible, dejarles de pagar las prestaciones que ya sustituyeron o que regresen el dinero para que con lo recuperado se inicie un nuevo programa que sí sea un incentivo para el retiro”, como dice el documento, “dejar de pagar sobresueldos del 25%”.

Es imposible en este espacio presentar todas las recomendaciones emitidas entonces, pero no puedo dejar de citar una que me parece de capital importancia: “gestionar el reconocimiento de plazas ahí en donde exista plena justificación de las plantillas de profesores y trabajadores en relación con la matrícula”.

Si consideramos esta información obtenida para el diagnóstico de 2014, vemos que era inaplazable el ordenamiento administrativo de la UAZ. Se culpó al anterior rector, el Ing. Silva Cháirez, de no enmendar la grave situación de nuestra casa de estudios. La actual administración, encabezada por el rector Antonio Guzmán Fernández, ha implementado varias medidas que no son ajenas al diagnóstico y recomendaciones expuestas en el Consejo Universitario en octubre de 2014, como la revisión de las cargas de trabajo, el dejar de pagar el sobresueldo del 25% a quienes decidieron vender sus prestaciones, el respeto a la cláusula 48, la suspensión del pago del bono del día del maestro a quienes no son trabajadores exclusivos de la UAZ, la reducción de espacios administrativos, la disminución del gasto de operaciones.

Es entonces que al árbol habrá que ubicarlo en el bosque. Es inaplazable el ordenamiento administrativo, la planeación estratégica y la austeridad financiera para garantizar la viabilidad de nuestra institución, para todos, absolutamente para todos los que somos parte de la institución. Entonces, a los seis casos de los académicos en huelga de hambre, analizar en cada uno su circunstancia, en cada uno promover el ejercicio de materia laboral legítima porque sea parte de las funciones sustantivas, porque sea necesaria en el marco de la planeación estratégica para lograr los fines de nuestra universidad.

Es inaplazable retornar a la legalidad, la estrategia del ayuno es una cortina de humo orquestada por algunos de los viejos caciques de la UAZ. Volvamos al diálogo respetuoso, fraterno y fundado en la legalidad, de ello dependerá la viabiliad y permanencia de la universidad pública en Zacatecas. ■

 

 

- Publicidad -

Noticias Recomendadas

Últimas Noticias

- Publicidad -
- Publicidad -