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jueves, 28 marzo, 2024
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En México se ha descuidado la educación por destinar millones a obras sin beneficios

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Por: RAFAEL DE SANTIAGO • admin-zenda • Admin •

■ Hay una injusta distribución del recurso que se destina a cultura: Jorge Humberto de Haro

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■ “El teatro es una profesión privilegiada, quien lo hace vive en la búsqueda del conocimiento”

En el país se ha descuidado la educación por destinar millones de pesos en obras de infraestructura como escuelas o espacios culturales, obras de relumbrón sin beneficios. Esto se hace, sin que se invierta en la formación de hábitos de estudios de educandos, ni en la capacitación de instructores, y se debe invertir en el desarrollo curricular de instituciones educativas, señaló el psicólogo, actor y director de teatro, Jorge Humberto de Haro Duarte.

Opinó que se invierte más en formatos, que en solucionar el problema de fondo, y hay una injusta distribución del recurso que se destina a cultura. “Si no volvemos a educar a nuestros niños y jóvenes, tendremos a más ninis, y concluiremos con el tema de la delincuencia organizada”, dijo el psicólogo de profesión.

Señaló que el destino del país no debe entregarse a los economistas, los cuales ya han demostrado durante más de 30 años que no han podido sacar al país adelante con sus estrategias. “El país debe ser entregado a los filósofos, a los educadores, a los artistas, y es hora de un relevo direccional”, apuntó.

Consideró que no se necesita convocar a artistas extranjeros ni invertir en personajes para dar vida a espacios como el centro cultural que se construye a un costado del parque Centenario, pues en el estado hay talento.

Sin embargo, lamentó que los apoyos a la cultura no solo en el estado, sino en el país, no son suficientes. Aunque también los teatreros deben expresar sus posibilidades y convencer y atraer a niños, jóvenes y adultos.

Sin embargo, subrayó, se destinan millones de pesos a programas, a secretarías y dependencias, pero olvidan destinarlos a la capacitación de quienes desarrollarán las iniciativas y no se destinan presupuestos para actores, directores, teatreros que viven en la miseria.

Señaló que los artistas deben recibir una remuneración por su trabajo y esto corresponde a las instancias que se encargan de la cultura, y que reciben dinero del erario, dinero que, aclaró, es del pueblo.

“Yo creo que una sociedad que apuesta a la educación de su gente, que apoya a la cultura de su gente, tiene más probabilidades de sobrevivir y mantenerse vigente por los siglos de los siglos que una que descuida su educación o que invierte en actos de relumbrón y descuida el abc de sus pobladores”, dijo De Haro.

Originario del municipio de Jerez, actualmente, a sus 66 años de edad, se encuentra impartiendo el taller de investigación teatral para niños en la Ciudadela del Arte. Jorge Humberto es hijo del profesor Antonio de Haro y Jesusita Duarte, de quienes dice orgullos, educaron a más de 30 generaciones de jóvenes.

Su educación básica la realizó en la Escuela Tipo, y en la secundaria nueva que se llamaba Suave Patria. Recuerda que la situación en el municipio era complicada, pues los jóvenes que tenían familiares que se dedicaran a un oficio, tenían esa opción para ocuparse y poder mantenerse económicamente.

Pero también había la inquietud de muchos, como él, que querían seguir estudiando y dice orgulloso que recibió una educación en la que se incluía el arte. En aquel entonces, solamente se podía estudiar el bachillerato en el Instituto de Ciencias de Zacatecas.

Esta escuela estaba destinada a los jóvenes egresados de la capital, por lo que quienes venían de municipios tenían otras opciones. Entre ellas, estaba la Universidad Nacional Autónoma de México y el Instituto Politécnico Nacional, o irse a probar suerte a Estados Unidos, en donde muchos de sus compañeros se enlistaron en el Ejército, aunque no volvió a saber de ellos porque los enviaron a la guerra de Vietnam.

Jorge estudió la carrera profesional de Psicología. En una ocasión su hermano acudió a inaugurar la escuela de economía de Xalapa, Veracruz, y lo invitó al evento. Ahí aprendió a mejorar su educación, pues memorizaba los datos, pero no sabía cómo estructurarlos y el manejo filosófico de la enseñanza.

Ahí conoció al reconocido teatrero Francisco Beverido, quien lo invitó a leer textos. Eso ocurrió en el año de 1968. Después de escuchar a Jorge, el teatrero lo exhortó a participar en uno de sus montajes, aun sabiendo que no era actor “desde entonces me hice adicto al teatro”, dice De Haro. En Xalapa presentó más de una decena de obras, entre ellas el montaje en donde se aborda la persecución y asesinato de Jean Paul Marat.

Dice que descubrió la desgracia de ser actor, pues no tenía un salario fijo. Aunque su carrera de psicología le ayudó a salvarlo de la miseria extrema como él lo refiere y ofreció el primer curso de capacitación dirigido a maestros de la Universidad Autónoma de Zacatecas (UAZ).

El curso fue llamado Tecnología de la Enseñanza en el año del 76. Gracias a ello, obtuvo el apoyo de la Universidad para estudiar una maestría en La Universidad de Michigan. Hasta 1995 fue cuando regresó a la actividad teatral.  Desde hace dos años, y por primera ocasión en toda su trayectoria teatral, recibe un salario.

“El teatro es una profesión privilegiada. Quien hace teatro, vive en la búsqueda del conocimiento. Un actor se mete a explorar las vivencias de los personajes”, explica. Además, el actor debe mantener vigente su salud y condición física, pues debe tener la fortaleza y capacidad física de un atleta, para poder interpretar cualquier tipo de personaje.

También debe aprender a hablar, sin faltas de ortografía y con buen volumen, y comunicar sus ideas no sólo con la palabra, pues puede incluir el cuerpo. Considera que en Zacatecas hay una

excelente actividad teatral, y teatreros que se han esforzado por trabajar y hacer un trabajo honesto.

Con la actividad de teatro de calle, también se ha podido explotar los escenarios y la belleza del estado y la arquitectura de la ciudad es el escenario perfecto para hacer este tipo de teatro, pues hay varios museos, iglesias y viejos templos.

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