■ En representación del Ejecutivo federal, asiste la secretaria de Salud, Mercedes Juan López
■ Al acto político no acudió la mayoría de los diputados y líderes partidistas de oposición
Bajo un importante dispositivo de seguridad, se realizó ayer el cuarto Informe del gobernador Miguel Alonso Reyes. No sólo el Palacio de Convenciones fue blindado por corporaciones policiacas, para que exclusivamente asistieran los más de 3 mil invitados especiales con pase personalizado en mano, sino las inmediaciones del lugar y el propio Congreso del estado, donde acudió a primera hora para entregar por escrito el documento.
La jornada del 8 de septiembre, fecha en que también se celebra el aniversario de la ciudad de Zacatecas, la inició el jefe del Ejecutivo al apersonarse en el Congreso local, donde fue recibido por los diputados locales.
Tras un breve discurso, abandonó el recinto y ello provocó la molestia de los grupos parlamentarios de oposición, pues se dijo, habían pactado, incluso con los del PRI, leer al gobernador los posicionamientos de cada bancada, sin embargo, por falta de quorum al retirarse los tricolores, no fue posible. Se trató de acuerdos políticos incumplidos.
Poco más de una hora después, Alonso llegó al Palacio de Convenciones, donde sus invitados ya lo esperaban. En representación del presidente Enrique Peña Nieto, “amigo de Zacatecas” como le llaman los priístas, vino la secretaria de Salud, Mercedes Juan López. César Camacho Quiroz, dirigente nacional del PRI, sí acudió y aprovechó los reflectores para hablar de “lo profundamente orgullosos que están los priístas de Miguel Alonso”.
Al acto político donde no acudieron la mayoría de los diputados de oposición (PRD-PT-MC-PAN), ni tampoco los dirigentes de institutos políticos como el PT, Movimiento Ciudadano y el Movimiento de Regeneración Nacional (Morena), sorpresivamente asistió el jefe de Gobierno del Distrito Federal, Miguel Ángel Mancera.
Otros 12 gobernadores también fueron testigos de la dedicatoria especial que hiciera Alonso Reyes al presidente Enrique Peña, a quien le agradeció “su apoyo y cariño a Zacatecas”.
Reconoció sus cuatro visitas a la entidad a lo largo de su sexenio y a nombre de los zacatecanos le extendió sus “más franca” felicitación por la concreción de las históricas reformas estructurales.
Entre aplausos, el gobernador externó su respaldo a Peña Nieto de forma tan “vigente” como en 2012, cuando este estado se convirtió en el más priísta del país.
El gobernador del Estado de México, Eruviel Ávila; de San Luis Potosí, Fernando Toranzo; Tamaulipas, Egidio Torre; Chihuahua, César Duarte; Chiapas, Manuel Velasco Coello; Hidalgo, José Francisco Olvera; de Nayarit, Roberto Sandoval; de Puebla, Rafael Moreno Valle Rosas; Quintana Roo, Roberto Borge Angulo; Tlaxcala, Mariano González Zarur; Yucatán, Rolando Zapata Bello, y de Nuevo León, Rodrigo Medina, ocuparon las primeras filas del evento político. Custodiados, algunos por la puerta trasera abandonaron el recinto antes de concluido el evento.
A cuatro años de la administración alonsista, las rencillas políticas que aún privan entre el sexenio actual y los dos que le anteceden, lo cual es notorio, no sólo porque Alonso aludió en su mensaje al hecho de que Zacatecas “ha pasado de una condición ruinosa, a otra que ofrece un porvenir de oportunidades”, sino de manera especial, porque en una ocasión más no estuvieron presentes junto a los ex gobernadores asistentes, la perredista Amalia García y el coordinador en la Cámara de Diputados de Movimiento Ciudadano, Ricardo Monreal. Ambos ex mandatarios y de cuyos gobiernos Miguel Alonso formó parte.
Además de los detalles de los ejes rectores de su administración, el mensaje netamente político del priísta fue breve, y lo centró en la promesa de trabajar con “optimismo”, aprovechar la “oportunidad histórica” de gestiones exitosas ante la Federación y el Congreso de la Unión.
Ofreció trabajar para ser el gobernador que esté a la altura de los desafíos, mantener y acrecentar la confianza del pueblo, al cual no le pedirá más de lo que no esté dispuesto a cumplir, pronunció seguido de los aplausos de los asistentes pulcramente electos.
Para las decenas de ex braceros, maestros y trabajadores manifestantes que pretendieron llegar a Alonso para entregarle un documento, fue misión imposible intentar siquiera llegar a las inmediaciones de Ciudad Administrativa. Impensable fue creer que podían encarar a su gobernador.
