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jueves, 25 abril, 2024
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Regresa Pablo Fendrick con la cinta El Ardor; está fuera de competición en sesión especial

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Por: LLUNA LLECHA • Araceli Rodarte •

■ El film está basado en una historia real que transcurre en la estancia La Fidelidad, en Argentina

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■ “Es un western de acción al mismo tiempo que trata de cuestiones sociales”, afirma el director

Tras El Asaltante y La sangre brota, películas exhibidas en la Semana de la crítica del Festival de Cannes en 2007 y 2008 respectivamente, el argentino Pablo Fendrik vuelve con su nuevo largometraje El Ardor, presentado fuera de competición en sesión especial.

El mexicano Gael García Bernal (miembro del jurado de la Competición del Festival de Cannes de este año) y la brasileña Alice Braga lideran el reparto de la cinta, y Claudio Tolcachir, Chico Diaz, Jorge Sesán, Lautaro Vilo y Julián Tello lo completan.

La película se abre con un magnífico plano aéreo de la selva tropical de Misiones, en Argentina. Poco a poco la cámara se va adentrando en su espesura: plantas inmensas, frondosidad, humedad, ruidos diversos no identificados y una música extradiegética a todo volumen de acción y suspenso: la atmósfera está creada de entrada y una inquietud latente invade a los espectadores.

La grandeza y el misterio del paisaje contrastan con el peligro inminente que se respira desde los primeros minutos del filme y que dejan al espectador en un estado de angustia, tensión y malestar permanentes.

Es “una lucha entre el hombre y la naturalezaen un medio ambiente deslumbrante que cada vez está más destruido por la deforestación”, afirma Fendrik, a la vez que “una historia de venganza en un contexto social preciso: la deforestación, la expulsión violenta de las poblaciones de sus tierras”.

La película está basada en una historia real: el propietario de una estancia conocida (La Fidelidad, en Formosa, una provincia de Argentina) y su mujer fueron torturados por mercenarios que llegaron de noche. Tras negarse a firmar un falso acto de venta de su terreno, el hombre fue asesinado y usaron su mano para firmar el papel. El organizador del asesinato era un gran propietario de campos de soja que quería el terreno.

A partir de esta historia, Fendrik crea una película de 100 intensos minutos en los que se combinan acción, suspenso, sentimentalismo y un western que respeta sus códigos pero que se aparta del clásico; “es un western de acción al mismo tiempo que trata de cuestiones sociales”, afirma el director.

El trabajo de preproducción duró más de cuatro años y supuso “mucho trabajo de investigación, reescrituras, búsqueda de financiación, scoutings, infinitas charlas con diferentes proveedores de efectos, entrenadores, coproductores, ensayos, audiciones…”.

El director, que se embarcaba con esta película (con respeto a sus dos largometrajes anteriores) en un proyecto mucho más ambicioso a nivel de formato, presupuesto y casting, quería una cinta de alta calidad técnica, con muchos efectos visuales, con aventura y acción, en la que los personajes conmovieran al espectador y que “funcionara como vehículo de expresión y dispositivo de entretenimiento al mismo tiempo”.

En este sentido, la película engancha al espectador desde el primer minuto por su acción, sus guiños constantes al western, la calidad de la fotografía y la buena interpretación de los actores.

Aunque la cinta sea previsible a ratos, exagerada a otros y que la cámara mime en exceso a un atractivo Gael García Bernal para mostrar su torso desnudo en numerosos primeros planos, Fendrik habrá alcanzado su objetivo: entretener al público amante de acción.

 

Una coproducción internacional

Tal como comentó el director, esta película es una de las primeras coproducciones entre América Latina, Estados Unidos y Europa y una de las producciones cinematográficas argentinas de los últimos años con mayor proyección internacional:

“Los primeros socios interesados por el proyecto eran latinoamericanos, primero Brasil con Bananeira Films y luego Canana, la casa de producción de Gael García Bernal, Diego Luna y Pablo Cruz. Bac Films, el vendedor internacional de El Ardor, acompañado del coproductor francés, Manny Films, se embarcó más tarde en la aventura. Al final, Participant PanAmerica se unió al equipo”.

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