Estas subastas atentan contra la arqueología moderna al incentivar excavaciones ilegales para extraer objetos, e impedir que éstos puedan ser investigados, con lo que se obstaculiza el conocimiento sobre las antiguas civilizaciones, señala.
Salah Abdeslam, el acusado clave en el juicio por los ataques terroristas de 2015 en París, declaró que los atentados fueron en represalia por los ataques aéreos de Francia contra el grupo Estado Islámico, y que la muerte de 130 personas inocentes no fue “nada personal”, al reconocer su papel por primera vez.