Así que concurso de calaveras en el periódico ‘La Jornada’;
ahí les va esta Flaca, ahora si no se la van a acabar,
hoy la Pelona con sus versos se los llevará,
inspirada he llegado, una carcajada les haré sacar…
Sentada la Parca en su lindo balcón,
pensando traviesa en un nuevo fogón,
de panteón me mudo, a Zacatecas me voy,
a ver si por ahí encuentro un millonario doctor.
Y en Ciudad Gobierno, ¡qué sorpresa encontró!
“pero qué gentío, seguro Dalai Lama me ganó”.
Mis huesitos no entienden qué cosa pasó,
mi bello Zacatecas ya parece panteón…
“Ahora sí voy a llegarles al Palacio de Convenciones,
casi estoy segura que hay reunión de pelones;
si tengo suerte me encuentro a Marco Vinicio Flores,
lo alearé conmigo para armar más panteones.”
No encontró nada en Palacio, el argüende era afuera,
y no es la Pelona la causante de la revuelta.
La muerte pensó que por su llegada había fiesta,
después cayó en cuenta, maestros y campesinos están de protesta…
“Yo que a los trabajadores me quería llevar,
ahora resulta que nadie quiere chambear.
Hay paro en el Issste, hay paro en la UAZ;
esta huesuda de buscarlos no se va a cansar.
Ahora a las primarias iré a fisgonear…”
Otra vez me salen con que hay paro laboral,
y mis naguas floreadas no los van a perdonar.
Regresen a sus aulas, o sus huesitos me voy a cargar.
Este año niños burros al panteón no he de llevar,
pues sin matemáticas y acentos no van a pasar…
¿O piensan que con dos calaveras me van a ganar?
En algún lugar me he de quejar.
A Ciudad Universitaria voy a parar,
pues con estudiantes y docentes me voy a desquitar…
De su deportivo bajó, y a un químico encontró,
“así te quería ver, mi estimado rector”.
Regresó a su puesto, pues la calaca lo asustó,
ahora de la UAZ no sale, no vaya a decir que la Parca lo raptó.
Llegó a su objetivo, la Catrina, muy salsa,
que porque en Zacatecas nada pasa.
Ya se va la flaquita muy desconsolada;
nadie le ofreció camote ni calabaza.
