■ Debate el artista visual sobre las consecuencias de la Reforma Energética para el campo
“Siempre nos dicen que la gente se va a beneficiar. Yo me pregunto, ¿beneficiarse es ser esclavos de sus empresas?” La reflexión ofrecida por el artista visual Javier Cortez tiene que ver con las implicaciones que tendrá la Reforma Energética y su legislación secundaria, de la que atisba vendrá el despojo de las tierras y la contaminación del ambiente bajo el interés de explotar los hidrocarburos.
Destaca como muy triste, que se desprenda a la gente del campo de sus lugares de origen y aun del vínculo con la tierra que les ha alimentado ancestralmente para ofrecerles un empleo, quizás en una fábrica.
“Otra cosa que me llama mucho la atención es que un gobierno…yo así lo veo… presume de dar empleos a la gente…la tierra no está recibiendo el apoyo, la gente no está viviendo de la tierra, está abandonada…el gobierno presume que está desprendiendo a la gente de su lugar de origen”.
“Siento que quien más quiere tener, quien más quiere joder y chingar tiene más miedo existencial”, así expone la avaricia, que señala está detrás de estas medidas que buscan que “dos o tres personas quieran tener todo”.
Cortez cree que quienes han promovido y votado en el Congreso de la Unión afirmativamente procedimientos como el fracking, la fracturación de roca para la extracción de gas shale que se ha denunciado por grupos ambientalistas como altamente contaminante, no han tenido la oportunidad de experimentar el placer del contacto con los elementos naturales y desconocen por tanto el amor por la Tierra.
Desde hace 15 años, conjuntamente con otros artistas, ha participado en alrededor de 20 episodios del denominado Arte de la Tierra dentro y fuera del territorio del estado de Zacatecas, el más reciente, realizado en Colotlán, Jalisco.
Entre otros paisajes esta experiencia creativa, lúdica y de conexión dice, con el aire, la tierra, el agua y el fuego, que involucra la observación y disfrute de la flora y la fauna de México, ha tenido entre otros escenarios Real de Catorce, zona sagrada para los wixáricas que ya se disputan las mineras extranjeras.
En estas excursiones los participantes utilizan lo que encuentran en el paisaje rural para realizar piezas de arte efímero con rocas, ramas, hojas y en general elementos del propio paisaje que se adaptan a él y luego serán destruidas por los procesos naturales de erosión que realizan el viento y el agua en sus ciclos sempiternos.
En caso de haber basura también se utiliza en las creaciones para luego ser recolectada y retirada del lugar.
“Nos la llevamos, se siente uno a gusto cuando recoge una botella…aunque la haya tirado otro… porque es nuestro espacio”.
Esas ocasiones en torno a una fogata, los participantes conversan frente a frente acerca de la experiencia vivida en el día pero también de los temas que hoy afectan a la sociedad.
“Estamos atentos a lo que está pasando, somos personas sensibles y no queremos que le vaya mal a una sociedad, a nadie…”.
En esos momentos dice, el mismo fuego “incluso hace que guardemos silencio y en ese silencio profundicemos y reflexionemos. Imagínate: la noche, las estrellas, el cielo, la vía láctea, los sonidos de los animales…”
La experiencia toda asegura Javier Cortez, conmina a salirse “un poquito del ego del yo soy, yo quiero…”
Cortez le apuesta a la sensibilización que el arte y la cultura pueden ofrecer a los seres humanos, reclama el que la Secretaría de Educación la incluya por esto en sus programas y que los maestros estén capacitados para impartirla.
Cree importante que más gente tenga experiencias que le conecten con la naturaleza, incluyendo a aquellos que promovieron la Reforma Energética: “creo que ni siquiera se les ocurriría llegar a hacer esto con la Tierra, hacerle este daño…nos estamos haciendo daño a nosotros mismos”, dice.
