El ambiente sigue degradándose a nivel mundial nos queda claro que cada vez más sentimos los impactos del cambio climático y, lo que antes se veía como algo lejano, ahora lo podemos percibir a simple vista. El panorama mundial no es nada reconfortante, en el Informe 2013 de los Objetivos de Desarrollo del Milenio editado por la Organización de las Naciones Unidas (ONU), se señala en el Objetivo 7 relativo a la sostenibilidad del medio ambiente que desde 1990 las emisiones de dióxido de carbono (CO2) se han incrementado en más de 46 por ciento con lo que se comprueba el fracaso de las políticas mundiales de mitigación al cambio climático, lo cual implica la incorporación de los principios del desarrollo sostenible en las políticas y los programas nacionales e invertir la pérdida de recursos del ambiente. Otras malas noticias se relacionan con los bosques, los cuales están desapareciendo rápidamente según la ONU; a pesar de que muchos países han establecido políticas forestales y leyes que apoyan el manejo sostenible de ellos la pérdida de capa forestal continúa siendo la mayor en América del Sur y en Africa; la ONU asegura que alrededor de 75 por ciento de los bosques del mundo está amparado por programas forestales nacionales, no obstante, en muchos casos, la deforestación se debe a factores que están fuera del control de los programas, por ejemplo, la conversión de los bosques en terreno agrícola para alimentar a la creciente población mundial. En el contexto internacional, se ubica a la deforestación como una grave amenaza para la sostenibilidad del ambiente ya que coloca en peligro los logros en la eliminación de la pobreza y el hambre, por lo que se recomienda integrar más los enfoques de los sectores agrícola y forestal para alcanzar avances reales que reviertan la pérdida de recursos naturales, incluyendo los bosques con la finalidad de cumplir los compromisos internacionales de mitigación del cambio climático, lo cual se antoja difícil ante los inconmensurables esfuerzos de simulación que prevalecen en todo el mundo. Otra pésima noticia es la referente al aumento de las emisiones de los gases de efecto invernadero, mismas que de acuerdo a la evaluación de 2013, entre 2009 y 2010 aumentaron 5 por ciento y ahora, están un 46 por ciento por encima del nivel de 1990; esto significa, un aumento de 10 por ciento entre 1990 y 2000 y, un 33 por ciento entre 2000 y 2010. Lo anterior, motiva a la ONU a decir que se necesitan tomar medidas drásticas por parte de los países. El informe 2013 señala que la contención del crecimiento de las emisiones globales demanda que se tomen medidas agresivas y coordinadas a nivel nacional e internacional, en este último ámbito, la Conferencia de las Partes en la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático, impulsó en 2012, pasos significativos en la dirección correcta mediante la creación de consenso para un segundo período de compromiso bajo el Protocolo de Kyoto, de 2013 a 2020. Se pretende sentar las bases de acuerdos jurídicamente vinculantes entre las partes (países) de lo contrario, la debacle ambiental a nivel mundial se ve irreversible. Continuando con el rosario de lamentaciones, la ONU afirma que diversas especies van camino a la extinción a un ritmo cada vez mayor, con un descenso tanto de la población como de la distribución de las especies, lo cual se deriva del Indice de la Lista Roja, editado por la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza misma que en su actualización más reciente, indica que el declive continúa al mismo ritmo que antes o incluso, a uno más acelerado, lo cual tiene implicaciones graves a la población pues una biodiversidad más pobre afecta gravemente los servicios ecosistémicos de los que dependemos. Se reconoce que solamente Dinamarca y Suecia, han logrado reducir el peligro de extinción de ciertas especies nativas. En materia de suministro de agua, saneamiento e higiene, la ONU deja a los países tres tareas para los próximos años: nadie debe defecar al aire libre; todo el mundo debe disponer de agua segura y de instalaciones de saneamiento en el hogar. En este contexto, me preocupa sobre manera el letargo de algunas instituciones del sector ambiental, actúan como si viviéramos en el paraíso y como si todo fluyera con normalidad, lo malo es que hasta las cifras oficiales son devastadoras. ■
*Representante de Zacatecas ante el
Consejo Consultivo Nacional para el Desarrollo Sustentable
