En la década de los 80´s el activismo político de la comunidad universitaria dejó de orientarse hacia la sociedad para centrarse al interior de la Universidad Autónoma de Zacatecas (UAZ). Dejando a un lado los efectos de la polarización, se retomó el diálogo y la búsqueda de consensos entre las diferentes expresiones de opinión al interior de la Universidad, gracias a lo cual fue posible la realización de dos fructíferas etapas de un Congreso General de Reforma Universitaria, y se iniciaron las gestiones para realizar en 1991 la tercera y última fase. Las dos primeras etapas propiciaron el reencuentro de una comunidad inmersa en la descalificación y desconfianza hacia la opinión del otro. Se produjo una normatividad electoral que permitió dejar atrás el período de todo o nada y se conformó un esquema de conducción plural, cuya finalidad expresa era la incorporación en la conducción y dirección de la UAZ de los mejores perfiles.
Durante el proceso introdujeron los principios orientadores de las funciones sustantivas de la Institución: extensión, investigación y docencia. Las conclusiones de las dos fases se vieron cristalizadas en el desarrollo de núcleos académicos consolidados en las distintas áreas, cuya productividad podía medirse a través de publicaciones, participaciones en congresos, mesas redondas, conferencias, investigaciones concluidas y por el conjunto de servicios sociales. Estos núcleos remplazaron a los activistas que en el pasado constituían el foco de la vida universitaria.
En esa época se consideraba que la vida universitaria se caracterizaba por la conjugación de tradiciones de las que los universitarios se sentían orgullosos (la vocación por el compromiso social, la irrestricta libertad de expresión, la viva y libre expresión científica, estética, filosófica y política…) con otras, cuyos efectos era preciso erradicar (destacando la frustrante sensación de que todo era negociable: lo mismo plazas que promociones, asignación de recursos materiales o becas…). Resultaba indignante el sentimiento de que lo que se recibía no era por méritos propios, sino por favor de quien estaba detrás del escritorio. Así como penoso resultaba el directivo o funcionario que cedía a las pretensiones inviables de quienes enmascaraban en demandas colectivas sus objetivos individuales o grupales.
Es por ello, que ante esta breve radiografía de las cosas el Rector Francisco Flores Sandoval en el año de 1991 propone a la comunidad universitaria y a la sociedad, una renovación completa de la legislación universitaria, la que debía iniciar con una nueva Ley Orgánica que recogiera el espíritu y la letra de los resolutivos del Congreso General de Reforma Universitaria. Además de la tercera fase del congreso proponía realizar un Foro Legislativo, del que surgiría el proyecto de Ley Orgánica, que se presentaría a la Legislatura del Estado para su aprobación.
La renovación sugería la participación de todas y todos los universitarios y de las y los ciudadanos que creyeran en la Máxima casa de Estudios. El espíritu de la propuesta era:
- Sustituir una ley que ya no era aplicable, dado que se había elaborado cuando la comunidad universitaria estaba conformada aproximadamente por el diez por ciento de los que la integraban en el año de 1991, y cuando no existían la mayoría de las escuelas con la que contaba, y cuando la investigación, extensión e intercambio con instituciones del país y del extranjero se reducía a su mínima expresión.
- Someter todos los procesos universitarios a la Ley, para que dejaran su dependencia del juego de fuerzas políticas.
- Establecer el diálogo y la negociación legitima y legal de los asuntos de interés colectivo, excluyendo la negociación ilegítima, el clientelismo.
- Poner la casa en orden sin sacrificar la libertad, porque no por repetido deja de ser verdad que “orden sin libertad es tiranía y libertad sin orden anarquía”.
- Se anhelaba un transitar de la Universidad respetuoso de la Ley, para vivir la democracia con elevado sentido pedagógico, es decir, una democracia practicada y no solo predicada.
La propuesta para la renovación legislativa de la UAZ fue presentada ante un público diverso, suscitando un intenso debate. Entre otras cosas, en ella se reivindicaba el pluralismo, pero reglamentado. La política como componente esencial de la institución, pero reglamentada. La herencia que más sólidamente había impreso su huella en la historia reciente de la Universidad.
Durante la celebración de la XXI Semana de Ingeniería (1991), uno de los acontecimientos fue la reinauguración del Laboratorio de Plásticos y Fundición, perteneciente al área de Mecánica. Una función muy importante del laboratorio era el diseño y construcción de prótesis de piernas, para las personas que lo requerían, reduciendo considerablemente los costos y evitando en muchos de los casos su importación. Entre otras cosas se pretendía ofrecer un servicio social permanente; apoyando a los alumnos en el diseño y elaboración de diversos productos a bajo costo y buena calidad, además del desarrollo de sus habilidades, capacitándolos en la elaboración de alternativas para la fabricación de productos mediante la selección de los materiales y los procesos de manufactura. La asistencia al laboratorio era obligatoria para los alumnos de octavo, noveno y décimo semestre de la carrera de Ingeniero Mecánico. Se trabajaban materiales: metálicos, cerámicos, compuestos (fibra de vidrio y concreto) y polímeros. Los procesos de manufactura eran: fundición de metales no ferrosos, soldadura, tratamiento térmico y acabados superficiales.
En el marco de esta semana se rindió un homenaje en vida al Ingeniero Manuel Ríos Herrera, responsable del Observatorio Astronómico de Ingeniería, por su trayectoria académica y de investigación en la UAZ. En el acto se destacó que el maestro Ríos Herrera contaba con 36 años de servicio en la Institución, que era pionero en la Astronomía en el Estado de Zacatecas y que había contribuido en la formación de muchas generaciones de ingenieros.
Por ese mismo tiempo, mediante un convenio de comodato con el Instituto Nacional de Estadística, Geografía e Informática (INEGI), el Área de Topología de la Facultad de Ingeniería adquirió un equipo, denominado “estereocomputación fotográfica análogo óptico de segundo orden”, destinado a la producción de información cartográfica y topográfica. Además del apoyo académico, el equipo podía ser utilizado para la obtención de recursos económicos, de autorizarse está utilidad representaba una posibilidad de autofinanciamiento para el área de Topografía. Los trabajos que se podían realizar eran: Localización de boquillas de almacenamiento, localización de pozos, determinación de cuencas geológicas, trazo de carreteras y localización de bancos de materiales y principalmente planos.
Con la finalidad de estimular a los jóvenes con talento e inquietos por la investigación, así como presentar los resultados de las investigaciones que se realizaban, del 20 al 24 de mayo de 1991 se verificó por segunda ocasión la Semana de la Investigación Científica en la UAZ. La primera semana se realizó en noviembre de 1990 de forma simultánea en 40 sedes, con la participación de la máxima casa de estudios. El programa de la segunda semana contemplaba cinco conferencias: “Energía nuclear: sus aplicaciones”; “Estrategias para eficientar el uso del agua en zonas áridas”; “El Tratado de Libre Comercio y el futuro de México”; Los otros 80 metales… y después del fierro también hay vida” y “Los caminos del cáncer”.
Participaron como ponentes el maestro Leopoldo Quirino Torres (Coordinador del CREN), Dr. Leonardo Tijerina (del Colegio de Postgraduados), Dr. Rodolfo García Zamora (director de la Escuela de Economía), Dr. Manuel Méndez Nonell (Coordinador de la Unidad Saltillo del CINVESTAV), y Dr. Saúl Villa Treviño (Profesor del Departamento de Biología Celular del CINVESTAV).
Se parte de la Unidad Académica de Ciencia y Tecnología de la Luz y la Materia (LUMAT). Informes:
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1Docente Investigador de la Unidad Académica de Ciencia y Tecnología de la Luz y la Materia. LUMAT
