El inicio del ciclo escolar es un evento que trae mucha felicidad a niños y niñas. No obstante, existe un grupo, al que estas fechas les produce mucha angustia e incluso terror. El de niñas y niños que sufren acoso escolar o bullying.
Para poder defendernos de este fenómeno tenemos que hacer dos cosas. La primera es que hay que dejar bien claro que el acoso escolar existe. No son “juegos” ni “novatadas”. No es normal. No es algo que haga “más fuerte” a las victimas. Es un fenomeno desgarrador que impacta profundamente en el desarrollo de niños y niñas. Es además un factor importante en las tasas de suicidio, depresión y deserción escolar.
En México, 18 millones 782 mil alumnos y alumnas de primaria y secundaria son víctimas de bullying de acuerdo con un estudio de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE). De hecho, nuestro país, junto con Perú, es el país con mayores casos de acoso reportado, al grado que 2 de cada 10 alumnos y alumnas sufren acoso escolar en México. Por otra parte, se debe tener muy en cuenta que este fenómeno afecta diferente a niñas y niños. Para los varones, el acoso se sufre en su mayoría de forma física, mientras que para las niñas es de forma psicológica. De la misma forma las niñas denuncian más el acoso escolar que los niños, quizás porque encuentran más fácil hablar con adultos y autoridades del tema.
Lo segundo es que si bien, las escuelas, maestros y compañeros y compañeras son parte importante en erradicar el bullying, no podemos dejar de lado nuestra responsabilidad como padres, madres o tutores. Cortar y no fomentar ciertas actitudes y conductas en nuestros hijos e hijas es importante. Como madre con un niño con discapacidad, me llena de esperanza cuando veo que los padres y madres hacen un esfuerzo por inculcar una cultura de inclusión en sus hijos, de invitar a ese niño o niña que es diferente a sus casas y cumpleaños. Lo peor que podemos hacer es ignorar o minimizar las conductas de acoso de nuestros hijos e hijas.
Una de las cosas que tenemos que hacer como familias, es crear comunicación asertiva con nuestros hijos e hijas. Algunos ejemplos son: ver como perciben el regreso a clase, saber que no es normal que sientan miedo extremo -aquel que los paraliza-, ansiedad incontrolable, que no puedan dormir. Tenemos que estar pendientes de sus estados de animo, si cambian su personalidad ante la ida a clases. Ahora tambien tenemos que estar pendientes del comportamiento en redes sociales. Ver que dice su circulo. El 16% de las personas entre 12 y 59 años de edad reporto haber vivido al menos una situación de acoso en redes. Vemos como niños y niñas son victimas de acoso por su apariencia, bodyshaming, o se les amenaze con publicar sus fotos intimas. La Tecnología es una gran herramienta, pero debemos garantizar que sea un espacio seguro para el desarrollo de chicos y chicas.
Los padres y madres somos la primera trinchera en la lucha contra el acoso. Nuestra responsabilidad es enorme, pero es importante trabajar que nuestras familias sean espacios seguros.
Por un México sin Bullying.
Les deseo un excelente regreso a clases.