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lunes, 30 junio, 2025
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■ Historia y Poder

Cuauhtémoc, héroes del pueblo, mártires y guías fraternas

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Por: MIGUEL ÁNGEL AGUILAR •

Decía Bernal Diaz del Castillo que muchas mujeres aztecas “era demasiado hermosas para ser indias”, Bernal fue el cronista preferido de reyes y comandantes militares, brazo diestro y nunca siniestro traduciendo en párrafos inolvidables, la mezcla increíble del imperio azteca ante la osadía de los españoles invasores y sus aliados.

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Moctezuma finalmente murió a los 52 años, su hermano Cuitláhuac de 40, Cuauhtémoc de 28 y en medio de otros cientos de miles de fallecimientos en batallas directas, enfermedades, hambres, acosos. Tecuichpo era la viuda de Cuitláhuac y rápido Cuauhtémoc -en medio del acoso brutal- celebró sus bodas con ellas “defendiendo así el honor de un rey muerto y honrando el lazo amoroso de su linaje”. Bernal acota: la belleza de esta mujer no tiene límites, entera es un manjar de Dioses y hechura divina, la perfección y la lindura.

Bernal Diaz del Castillo pudo tener la destreza de describir lo que habían vivido y al mando supremo de Hernán Cortés Pizarro, quien previamente en las fatigosas selvas veracruzanas los azuzaba a que “pasaran a la historia” y desarmando los bergantines -nunca quemándolos o hundiendo como falsamente se decía- y entonces Bernal describe paso a paso los momentos cruciales y cotidianos de atravesar no solo las descomunales ciudades de los Cholulas o la grandeza Tlaxcalteca, sino la mismita sede del fabuloso impero azteca y sus 400 mil habitantes en medio de islas y calzadas llenas de árboles de vainilla y ceibas poderosas, acueductos con miles de canoas, sembradíos por doquier, edificios monumentales, mercados y escuelas, comercios y templos.

Describe el cronista y muchos otros detalles de cómo eran de hermosas las indígenas mexicanas, pero en especial las princesas aztecas, sus ojos, su piel, sus trenzas, su limpieza, sus cuerpos frágiles y a la vez con destrezas físicas, los quehaceres en los que se desenvolvían, las tareas con los hijos y abuelos, la limpieza de hogares y calles, calzadas o vías marítimas, lo alisado de sus vestimentas.

También los cronistas -tengo más de 20 documentos diversos que he recopilado a lo largo de 40 años-describen prostitución y homosexualismo en sus plazas públicas y caminos y el gran lesbianismo en las cortes indígenas pues los reyes y señores, aburridos de tanto sexo “dejaban se acariciaran entre ellas”.

No es recomendable tratar de indagar más de las gravísimas atrocidades que los enemigos naturales en contra de la población femenina, ni perdón ni olvido sino el ejemplo de que la historia de la humanidad especialmente en tierras americanas se sintetiza al sufrimiento y la belleza, el renacimiento de ciudades, la herencia genética, las costumbres guerreras, la sombra de que el fascismo mundial nos lleve a la hecatombe planetaria o la intervención directa.

A lo largo de la vida me he dado cuenta que en cualquier ciudad, pueblo o montañas, mares o valles, existe siempre, se aparece siempre, la mujer hermosa, delicada, “todas lo son” decía mi madre y ahora que vemos los debates en redes y televisoras y programas de radio, casi todas las debatientes participantes de la llamada cuarta trasformación, son en extremo hermosas, aguerridas, nótese Julieta Ramírez de Tijuana, Andrea Chávez de Chihuahua, Geovana Bañuelos de Zacatecas, además de Ana Luisa del Muro -mi amiga fraterna-Gobernadoras como Indira Vizcaino, Mara Lezama, Marina del pilar, Evelyn Salgado,  es decir, belleza en su interior -argumentos y pruebas-y espectacularidad en sus rasgos mexicanos, ultra latinos.

Nuestro país vive acorde a lo planeado: la cuarta transformación es uno de los movimientos más sorprendentes y espectaculares del mundo entero, la capacidad de resarcir errores y de acaparar la atención mundial por su embate directo a la pobreza, los males de vivir y convivir en una frontera de más de 3 mil kilómetros con el país más drogo y violento del mundo, la derecha de ambos países, la nativa más obcecada y tristemente necia y risible, pero a la vez, conspiradora de todo renglón, a expensas de lo que dicte EEUU,  que les da agenda pero también una imagen muy negativa ante el electorado mexicano que harto de ella, se perfila a apoyar por muchísimos años a lo que realmente se vea y sienta, como algo trasformador, de beneficio colectivo.

Quizás la energía sublime y guerrera y mártir del buen príncipe azteca Cuauhtémoc siga siendo emblema de toda una odisea que vivimos los mexicanos, echar por tierra un pasado de siglos donde el agandalle fue supremo ante millones de pobres y cimentar – en cambio-una nueva era en la que sea ejemplo para el mundo y su triunfo indiscutible.

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