La cualidad polémica del presidente, y la cultura política zacatecana provocan que tirios y troyanos, oficialistas y opositores, simpatizantes y críticos coincidan en esperar que las soluciones lleguen de la federación.
Así estamos acostumbrado, más del 90% de los ingresos del estado son federales, y muchos de nuestros problemas están influidos por lo que ocurre más allá de la entidad.
A nivel nacional no se niega esa realidad. El diagnóstico que a nivel federal se dio la semana pasada sobre la situación de inseguridad en Zacatecas, ponía atención en la colindancia con otras entidades con realidades complejas, y se admitía que la violencia que se vive aquí está fuertemente influida por lo que ocurre mucho más allá de nuestro territorio. Pero eso no exime a la autoridad local.
Durante la presentación del Plan de Apoyo, el secretario de la Defensa Nacional dejó ver una notable debilidad en las fuerzas locales: nueve de 58 municipios, es decir, el 15%, no tiene policías, y eso, sumado al déficit de elementos en la corporación estatal, tiene a Zacatecas con un número de agentes de la mitad de los recomendados por los estándares internacionales de acuerdo al nivel poblacional.
Esto significa que las fuerzas federales duplican a la local, y llenan los huecos que dejan ya sin ningún pudor la policía estatal y las municipales.
Prueba de ello es que la falta de policías municipales, de por sí ya grave y preocupante, no está siendo compensada con agentes estatales, como en otros tiempos había ocurrido, sino con fuerzas federales como la Guardia Nacional.
Es pues el nivel federal quien hará frente a la actual realidad, con el envío de 460 elementos más que respaldarán a los más de 3 mil 300 que ya operaban en Zacatecas, con la ayuda además de helicópteros y apoyo militar en los estados vecinos.
Ante este nivel récord de violencia en la entidad en el que se estima el triple de homicidios comparados con 2019, sólo vemos medidas de igual envergadura a nivel nacional, con un número récord de fuerzas federales en el estado. ¿Y en lo estatal? ¿y en lo municipal?
Claro está que no todo es el enfoque policial, y en ese tenor, el resto de los funcionarios que acompañaron al presidente en su gira por Zacatecas hicieron lo propio para desmentir el cómodo discurso de abandono que tanto ayuda a los locales a lavarse las manos.
La secretaria del Trabajo recordó que en Zacatecas se beca nueve mil jóvenes con un salario mínimo no sólo para garantizarles un ingreso, sino también como una manera de subsidiar a emprendedores, empresarios y hasta instituciones públicas que se ven beneficiadas de una mano de obra que les resulta gratuita.
Anunció también que para el próximo año ese número crecerá a 14 mil. Esto significará que gobierno federal “empleará” (si se le considera equiparable) en Zacatecas a más personas de las que emplea el gobierno estatal.
Es decir, si asumimos a los jóvenes construyendo el futuro como trabajadores, (aunque sólo ganen un salario mínimo) gobierno federal será el mayor empleador del estado por encima de la empresa APTIV, quien hasta ahora tenía ese lugar.
En ese mismo tenor, el presidente abrió la oportunidad de salir del discurso mafioso e ingenuo que pretende mayor presupuesto con base en amiguismos y paisanaje.
Lo hizo reviviendo dos proyectos de gran envergadura: el platabus, y de forma destacada el proyecto Milpillas, que quedó sepultado por la corrupción cínica y la torpeza política.
Está ahí de forma clara la oportunidad de “bajar” recursos a través de proyectos, en lo que se tiene el tiempo suficiente para mejorar los indicadores, porque son estas dos las maneras de obtener recursos, y no las presunciones de compadrazgos que tarde o temprano cobran factura.
Sin duda que no quedó todo resuelto, pero el discurso de la orfandad presidencial ya no tiene cabida, ya se nos dijo “ayúdate que yo te ayudaré”, así que ahora ¿qué sigue? ν
