Nuestro país a pesar de contar con una gran riqueza natural y poseer una ubicación geopolítica importante en la época de la globalización, sigue padeciendo el síndrome de no poder ser un país competitivo y dejar atrás el lastre de las reformas que suponen le darán una nueva fórmula de acumulación que lo ponga por lo menos a la altura de Brasil, difícil tarea tiene el gobierno de Peña Nieto de enderezar el rumbo del destino de millones de mexicanos que viven o sobreviven a una economía desoladora.
Uno de los aspectos que cala hondo en la política que despliega el sistema de instituciones públicas que están bajo el mando del PRI, es de que han dejado en un segundo plano su carácter institucional a raíz del uso corporativo a favor de la figura presidencial, aquellos que pensaron que la modernidad alejaría y terminaría con el ejercicio del presidencialismo se equivocaron, sigue vigente y se nutre ahora de los medios de comunicación que controla el capital privado en clara alianza con el PRI.
A pesar de que en los ámbitos del Congreso de la Unión se discutan las llamadas “Reformas Estructurales” los simples ciudadanos no tienen ni la menor idea de qué sucederá de aprobarse las que vienen, más de lo mismo para los que menos tienen, pero lo paradójico es que ahora el capital a través de sus acomodadores se han puesto a dudar de las bondades de las reformas hacendaria y la financiera. Y lo anterior porque han analizado el impacto negativo para permitir salir de la recesión en la que se encuentra México.
Es importante esperar como finalizará el episodio de estas dos reformas la hacendaria y la financiera, pues algunos analistas señalan que, en lugar de impulsar el crecimiento económico agravarán la recesión económica del país porque reduce su competitividad, resulta que los neoliberales en vez de crear condiciones para el despegue de la economía del país la encorsetan en múltiples vericuetos legaloides que impiden crecer económicamente y desean dominar las leyes del mercado pero sin saber para qué.
Esta crisis de vida que hoy vivimos los mexicanos ha sido una constante que no ha desaparecido y al parecer no está para un futuro cercano su cancelación, las viejas generaciones y las nuevas se encuentran paradigmáticamente en una encrucijada histórica producto de un proceso que desplazo al PAN de los Pinos pero regresaron los que ahora están junto con los millones de mexicanos literalmente con el agua hasta el cuello, que ha provocado que se diseñen uno, dos y más planes de contingencia y con ello de reordenar las finanzas públicas ante la prioridad de la emergencia en la que entro el país con los meteoros Manuel e Ingrid.
Estos dos eventos naturales pusieron en evidencia la verdadera vulnerabilidad de nuestro país ante este tipo de contingencias, pero no sólo eso la vulnerabilidad viene de atrás la corrupción con que se hicieron las carreteras, los puentes en fin la obra pública que viene desde Carlos Salinas de Gortari, el desenlace de toda esta trama nos obliga a pensar en qué cantidad se va a incrementarse la falta de vivienda, de salud, de empleo y de educación que en realidad no tienen tanto que ver los profesores del CNTE sino la puesta en marcha de una reforma educativa chata que lo único que busca es el control sobre el magisterio.
Por último ¿Podrá Peña Nieto transformar a México en una potencia intermedia y con seguridad para los ciudadanos? ■
*Docente Investigador UAZ