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sábado, 10 mayo, 2025
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Móviles del rearme europeo

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Por: José Luis Pinedo Vega •

Muchas voces, en todas partes del mundo, han abogado por el fin de la guerra en Ucrania, incluidos la mayoría de los ucranianos, resignados a otorgar concesiones territoriales a Rusia para lograr la paz. Pero, controversialmente, hay una gran inercia para que eso no ocurra, impulsada por la mayoría absoluta de los líderes, elites políticas y el parlamento europeo. La primera ministra danesa Mette Frederiksen argumentó «que la paz puede ser más peligrosa que la guerra» (¿?). El miércoles 12 de marzo 2025 el parlamento europeo, aprobó, con 419 votos a favor, 204 en contra y 46 abstenciones, la resolución que promueven el rearme de Europa y la continuación de la guerra en Ucrania. Los únicos lideres antibelicistas son los primeros ministros de Hungría, Víctor Orbán y el de Eslovaquia, Robert Fico, y probablemente pronto habrá un gobierno antiguerra en República Checa. 

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Trump suspendió el suministro de armas y el financiamiento a Ucrania, sin duda, no por humanismo. Por una parte, lo mueve la venganza contra el estado profundo que –como se sabe sirve a los intereses del complejo industrial militar– fue el que le orquestó la derrota electoral contra Biden en el 2020. Por otra parte, para intentar recuperar la competitividad respecto a China, Trump hace a un lado la economía de guerra –que ya dio suficientes dividendos a la economía norteamericana con las guerras de Ucrania y el genocidio en Palestina– y como alternativas, opta por impulsar las empresas tecnológicas, la inteligencia artificial, los aranceles a diestra y siniestra y sueña con sus desarrollos magno-inmobiliarios…

Trump no se sale del guion intervencionista y expansionista de la política exterior de los Estados Unidos. Anuncia, sin escrúpulo alguno, la intención de anexarse Groenlandia, el Canal de Panamá, el Golfo de México, y de tener derechos perpetuos de explotación de las tierras raras y minerales estratégicos de Ucrania –un inmerecido trofeo de guerra para disponerlo como “soplo divino” a la inteligencia artificial–. Para imponer todo eso, no exhibe las armas, quiere hacerlo todo sin erogar más gastos militares, pero no renuncia a la disuasión militar. Le exige a Europa hacerse cargo de su seguridad, para ello, le instruye a elevar al 4 o 5% del PIB el presupuesto destinado a la defensa y hacerse cargo del financiamiento de la OTAN. Y Europa, a falta de una política exterior propia, lo que hace es obedecer. 

El rearme europeo implica, destinar 800 mil millones de euros para compra de armas y reactivar el complejo industrial militar. Para ello, la comisión europea ha instruido a los miembros de la UE a aumentar a 4% del PIB el presupuesto para “defensa”, una cantidad enorme, que no hay donde sacar más que exprimiendo el gasto social, aumentando una deuda –que de por sí ya es asfixiante– lo que significa crear dinero a partir de la nada. 

Pero ¿porque los líderes europeos están dispuestos a seguir las ordenes de Trump? No propiamente siguen las ordenes, pero no pueden imaginar otra opción. Durante el 2024 el crecimiento promedio en Europa fue 0.9% del PIB, y si se considerara la inflación generalizada –superior a un 4%– indudablemente debe haber una flagrante recesión acallada por todos los medios. Europa ha perdido competitividad no solo frente a China sino frente al mundo entero, y no tiene formula alguna para salir de ella.

Europa, tal vez con excepción de Países Bajos, no tiene alternativas tecnológicas de punta para competir ante la guerra comercial liderada por China. A diferencia, Estados Unidos tiene el dominio en el mercado mundial del petrolero y del gas. Para eso, Israel ha jugado el papel de alfil en el control del Medio Oriente –por ello ha sido armado hasta los dientes y se le ha solapado el genocidio de los palestinos–. Y para salvaguardar los intereses a nivel mundial, cuenta con el ejército más grande del mundo, con 750 bases militares en 80 países. También cuenta con el poder del capital financiero y del dólar, con la libertad de imponer políticas monetarias mundiales. Aunque, aun así, está perdiendo terreno en la guerra comercial contra China y los BRICS. Y cuenta con la competitividad de las empresas tecnológicas de Silicon Valley.

¿En que radica la fortaleza económica de Europa? Unos países más que otros son fuertes en el turismo, confección y producción de artículo de lujo, perfumería, vinos y productos agro-industriales, pero eso no es suficiente para mantenerlos como potencia mundial y evitar el estancamiento económico. La fortaleza del euro entro en declive al mismo tiempo que las economías y es dependiente del dólar. Y el sector financiero europeo no es tan poderoso comparado con los grandes consorcios financieros norteamericanos. 

Se pudiera reactivar la industria nuclear para recuperar algo de la seguridad energética, aunque esto requerirá tal vez décadas, porque la ilusión fallida de las energías verdes y los movimientos antinucleares redujeron a su mínima expresión el know how de la industria nuclear. 

Se pudiera restablecer relaciones diplomáticas con Rusia, para disponer de gas, petróleo y materias primas para reactivar las actividades industriales. Pero eso implicaría reconocer que la guerra fue un gran error y que las sanciones contra Rusia se revirtieron y justamente son causa de estancamiento económico y pérdida de competitividad. 

La Banca Central Europea no tiene solvencia para impulsar el rescate económico de toda Europa, por tanto, se necesitan pretextos para echar a andar la impresión masiva de bonos, instrumentos financieros y creación de dinero a partir de la nada. Y el gran pretexto es justamente revitalizar el complejo industrial militar europeo, es decir al estilo Biden, instrumentar una economía de guerra y la carrera armamentista como plataforma de relanzamiento de la economía. 

Para eso, conviene reforzar la guerra cognitiva, hacer creer que Rusia, constituye la amenaza directa a la seguridad europea”, y que “la seguridad de Ucrania es la seguridad de Europa”, y por eso hay que reforzar el apoyo” y hay que mantener la guerra y a Zelenski, y no indultar a Putin como lo hizo Trump.

Pero ¿será cierto que Rusia es una amenaza para Europa?

Múltiples politólogos, ex-diplomáticos y ex-estrategas militares de la propia OTAN, coinciden en que: «Rusia no es ninguna amenaza para Europa». Y esto lo demuestran datos del propio diario Le Monde, – nada pro-ruso, por cierto-. «Hasta el 21 de febrero 2025 el ejército ruso ocupaba el 18.2% del territorio ucraniano, incluido Crimea. A este ritmo, dice el diario, a Rusia le tomaría 154 años en ocupar toda Ucrania». Con estos datos ¿Cuánto tiempo les tomaría invadir todo Europa? Pero además ¿Porque Rusia querría invadir toda Europa? ¿Por territorio? Rusia, con 17 millones de kilómetros cuadrados, es el país más extenso del mundo. Incluso está en duda si tiene capacidad de defensa de todo su territorio. Justamente por ello quería una zona de seguridad desde antes de la guerra. 

Desgraciadamente la propaganda de guerra ha sido infalible, la opinión pública está maniatada al grado tal que han desaparecido de Europa los movimientos pacifistas de antaño. Entre el 60 y el 70% de los europeos realmente cree que el objetivo de Rusia es invadir toda Europa y está de acuerdo en que la prioridad sea el rearme. Piensan que serán otros y no ellos los que irán a la guerra. No tienen temor a una escalada nuclear, y a pesar de la demonización de Putin, confían en que no se dará y de darse no será, completamente destructiva. En el fondo consideran que Putin no se va a animar a apretar el botón, y en caso de hacerlo solo se concretará en hacer bombardeos quirúrgicos sobre blancos militares y que no estará en riesgo la vida sobre la tierra; es decir en el fondo lo consideran benévolo. 

Parece que la capacidad de raciocinio está en peligro de extinción. Pero no es exactamente eso lo que ocurre, sin duda los lideres saben lo que hacen: unos buscan perpetuarse en las elites políticas, otros, realmente creen que la economía de guerra es la única o la última fórmula para reactivar la economía. Y la confluencia de todas esas ambigüedades tiene como común denominador el desdibujamiento del papel histórico de Europa. Los socialistas, laboristas y las izquierdas viraron hacia la derecha o el oportunismo electoral. Los verdes abandonaron las pretensiones de que Europa sea la punta de lanza en contra de la catástrofe climática. Todos son belicistas y solo son peones o alfiles de los juegos de guerra.

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1 COMENTARIO

  1. Antes que nada un agradecimiento al Dr. Pinedo por compartirnos su opinión sobre temas de la mayor actualidad. Enseguida expreso lo siguiente: viendo la situación descrita por José Luis desde una arista alternativa, en Europa se ha refugiado una parte de los capitanes del capital financiero internacional, aferrados en darle vida artificial al modelo de globalización neoliberal, quienes se están apoyando en los gobiernos títeres colocados por ellos mismos en la UE para presentar su resistencia a la expansión del «trumpismo». Ésta resistencia se está dando a nivel internacional y también en los propios EUA con la esperanza de retomar el poder en éste país y continuar con las políticas del neoliberalismo en un «business as usually». Aunque me parece que ésto último ya no es posible como lo expresan diversos analistas, tales como M.L. Khazim, quienes expresan que el modelo económico neoliberal ya se agotó. Cabe aclarar que no estoy expresando apoyo a las políticas de Trump.

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