El añejo problema financiero por el que atraviesa la UAZ, ha evidenciado, a partir de la huelga que estalló a las a las 12 horas del miércoles 19 del presente mes y año, grandes corruptelas y graves anomalías con las que se trabaja en esa Máxima Casa de Estudios. Mucho se ha escrito sobre su origen; sobre propuestas y viable solución. En ese contexto, quiero externar mi opinión.
Me duele mucho lo que está pasando en nuestra Universidad; me duele por lo que la están haciendo pasar y por lo que hacen y han hecho de ella, pues mi formación como profesionista, se lo debo justamente a la Universidad Autónoma de Zacatecas, y a lo que entonces se llamó Facultad de Derecho. Sin embargo, de alguna manera debo dar un punto de vista lo más objetivo posible, decir lo contrario a nadie podría engañar.
Nuestra alma mater ha sido noble. Ha permitido su ingreso indiscriminado a todos quienes pertenecen a ella. Existe, actualmente, un excesivo número de trabajadores y la matrícula del alumnado rebasa límites verdaderamente exagerados, sobre todo en las Unidades Académicas de Derecho y de preparatoria. El personal administrativo y de intendencia se ha multiplicado y remultiplicado groseramente. Este panorama inicia, si se desea observar desde la cúspide, con los funcionarios de primer nivel, quienes tienen a sus auxiliares, quienes a su vez éstos, tienen a su cargo a otro tanto de personas.
Armando Silva Cháirez, como Rector, tiene un número de personas que lo auxilian entre secretarias y otros.
Cuauhtémoc Rodríguez Aguirre, secretario general de la Universidad también, es auxiliado por empleados que nadie sabe cuál es su función, pero están bajo su cargo, y claro que por ello reciben sueldo.
Miguel Rodríguez Jácquez, el secretario académico, tiene también su personal. En fin…
Lo más lamentable de todo, es que se desconoce cuál fue el perfil que se tomó en cuenta para que, sobre todo estos dos últimos funcionarios ocuparan esos cargos, puesto que ninguno tiene trayectoria ni académica, ni universitaria ni política. Tampoco se han caracterizado, al interior o exterior de la UAZ, como luchadores sociales. ¿?
Una sociedad como la nuestra, que aporta impuestos a la UAZ, requiere y merece que esta institución tan noble e importante en nuestro Estado, sea dirigida por los mejores y más destacados universitarios.
Tienen fundamento mis afirmaciones, porque no obstante las peticiones que ha hecho el Spauaz en defensa de los derechos laborales además del problema de Seguridad Social, ha representado un desgaste tanto para nuestro líder Antonio Guzmán Fernández como para todos los académicos integrantes del sindicato, ya que ninguno de los funcionarios mencionados ha dado la cara no sólo frente al sindicato, sino ante la sociedad misma, ofreciendo serias propuestas, que puedan traducirse en avances que permitan dar salida al grave problema que enfrenta hoy la UAZ. Por el contrario, parece ser que se encuentran jugando a la política del avestruz, es decir, escondiendo la cabeza a pesar de que en el señor rector depositamos nuestro voto de confianza.
Quienes se encuentran mal asesorando al ingeniero Armando Silva Cháirez, deben darse cuenta que la Universidad no es propiedad de nadie, como tampoco se trata de una empresa comercial, pues como el problema se está manejando, son mayores los daños que le ocasionan. ¡Pobre UAZ! Para justificar la falta de responsabilidad y de solución a este problema, se habla de otro tiempo, de otras personas, pero lo actual, es lo actual y es lo que estamos viviendo, por eso urge que se le dé solución.
Ahora, si el problema se desea observar sobre la base, encontramos también, un excesivo número de personas en donde, una sola actividad se duplica, de tal forma que también, en algunas ocasiones se burocratizan ciertos trámites.
Un problema central es el que atañe al personal docente, quien también sufre los estragos de esa cuestionable y cuestionada administración. Se ha incrementado sin tomar en muchos casos, ningún parámetros que garantice su ingreso, para que con ello, pudiera tener solidez en su empleo.
Pero, la parte medular de nuestra Máxima Casa de Estudios es el alumnado. En algunas unidades académicas, la matrícula se dispara, porque en la mayoría de los casos, se desconoce el perfil que se tomó en cuenta para el ingreso a la escuela correspondiente, como se desconoce también, quién o quiénes tuvieron a su cargo la evaluación de ingreso.
Toda la problemática de la UAZ, como vemos es muy compleja, pero algunas de las partes involucradas debe ceder. Entre otras cosas las preparatorias deben desconcentrarse de la UAZ. También el Ceciuaz.
Hace algunos meses acudí a la Universidad de Aguascalientes para tratar de hablar con el Rector. Al observar las instalaciones y sus bien cuidados jardines, esperaba lujos y numeroso personal. Quedé asombrada cuando me atendió su secretaria, una persona sencilla, en un inmueble austero y con mobiliario y computadoras austero todo. Me hizo pasar. Fui atendida por el Rector y dio solución a mi problema.
Yo me pregunté amargamente ¿si esto ocurriera en la UAZ?, nuestra realidad sería otra. ¡Pobre! ■