El próximo 5 de junio habrán de elegirse las gubernaturas de Aguascalientes, Durango, Hidalgo, Quintana Roo, Tamaulipas y Oaxaca. Estimaciones de varias casas encuestadoras consideran que Morena y sus aliados podrían ganar con diferencia significativa los estados de Hidalgo, Quintana Roo, Tamaulipas y Oaxaca; mientras en Durango, la candidata de Morena de “ Juntos Hacemos Historia” Marina Vitela aventaja ligeramente al candidato Esteban Villegas de “Va por México”, y en Aguascalientes la competencia está cerrada, pero sorprende el crecimiento progresivo que ha tenido en la recta final la candidata de Morena Nora Ruvalcaba.
Estas elecciones son el preludio de la sucesión presidencial de 2024, de allí la hiperactividad de los diferentes partidos políticos en el actual proceso electoral. Los partidos de oposición saben que con el triunfo de Morena y sus aliados el próximo 5 de junio, ellos prácticamente no tendrían mucho que hacer en la sucesión presidencial en el 2024.
Morena y sus aliados tienen el plus de Andrés Manuel López Obrador en el actual proceso electoral y seguro lo tendrán también en los comicios del 2024; la oposición lo sabe, y por ello, han enfocado los ataques hacia AMLO; quien a pesar de una costosa campaña negra de difamaciones, calumnias, mentiras y montajes orquestada por los partidos de la oposición en los medios nacionales de comunicación y en algunos extranjeros y sobre todo en las redes sociales; campañas que ha resultado fallidas porque el pueblo no es tonto, está informado y está muy avispado, como dice un dicho “no le han quitado una sola pluma al gallo”; por el contrario, el Presidente se mantiene fuerte, con una amplia aceptación ciudadana del 65% en todas las encuestas serias.
Incluso, a nivel internacional, medios como el británico Financial Times, destaca que López Obrador es el segundo líder más popular del mundo con una aprobación del 67%, solo detrás de Narendra Modi de la India con un 71%, y muy por arriba de los mandatarios de Italia, Alemania y Estados Unidos que rondan entre el 46 y 58% de aprobación.
Otra ventaja de Morena y sus aliados para la sucesión presidencial de 2024, es el amplio abanico de aspirantes presidenciables que gozan de amplio conocimiento y buena aceptación ciudadana, ganada a pulso, por su trabajo y sus hechos en los puestos públicos que se han desempeñado o se desempeñan como lo son: Claudia Sheinbaum, actual Jefa de Gobierno de la Ciudad de México, muy cercana al Presidente Andrés Manuel López Obrador, quien en una reciente encuesta del Universal obtuvo una aprobación del 64% de los capitalinos; Marcelo Ebrard, Secretario de Relaciones Exteriores, quien ha realizado un buen trabajo en política exterior; de igual manera está Adán Augusto López, actual Secretario de Gobernación, quien se ha destacado por coadyuvar de forma adecuada en las relaciones del Poder Ejecutivo con los Poderes Legislativo y Judicial y con los demás órdenes de gobierno; entre otros.
Repito, las elecciones del próximo 5 de junio son el preludio de la sucesión presidencial de 2024, donde todos los partidos políticos quieren mantener o acrecentar el número de gubernaturas que les permita acceder a la Presidencia de la República, a más escaños en el Senado de la República y a más curules en la Cámara de Diputados, entre otros puestos de elección popular en los estados y municipios. Actualmente Morena y sus aliados tienen 17 gubernaturas, a las cuales se podrían sumar el 5 de junio otras cinco o seis, llegando a 22 o 23 gubernaturas de las 32 del país; en 2023 estarían en disputa las gubernaturas del Estado de México y de Coahuila y en el 2024 se elegirían nueve gubernaturas (Chiapas, Guanajuato, Jalisco, Morelos, Puebla, Tabasco, Veracruz y Yucatán).
Como vemos, en el 2024 es mucho lo que se juega, donde hasta ahora, Morena y sus aliados llevan ventaja rumbo a esos comicios; sin embargo, lo más importante que estará en juego es el proyecto de Nación, donde solo habrá dos opciones, una opción será regresar al pasado de corrupción, tráfico de influencias e impunidad; a las privatizaciones de los bienes públicos y a los gobiernos al servicio de los monopolios y de las trasnacionales; a los endeudamientos del país y a las condonaciones de impuestos a grandes empresarios y potentados; a los fraudes electorales y a la compra del voto; a espiar, perseguir y desaparecer a líderes políticos incómodos; a los millonarios convenios con los grandes medios y al pago de favores a periodistas “a modo”; a gobernar para unos cuantos y favorecer a los que más tienen y olvidarse de los más pobres.
La otra opción es, la consolidación de la Cuarta Transformación para lograr un cambio verdadero, con gobiernos que combatan la corrupción e impunidad, que separen los intereses económicos privados de los intereses del poder público; la de un auténtico Estado de Derecho “al margen de la ley nada y por encima de la ley nadie”, donde se atienda y se respete a todos; se auspicie la igualdad de géneros, se repudie la discriminación, el racismo y el clasismo; se fortalezcan los valores morales, culturales y espirituales; se garanticen las libertades y el derecho a disentir y a la información; donde no se censure ni se espié a nadie, no se violen los derechos humanos ni se reprima al pueblo. Donde Por el Bien de Todos, Primero los Pobres, con una política social y programas para el Bienestar para el 70% de las familias del país que menos tienen, mediante apoyos como son becas escolares, pensión de adultos mayores, jóvenes construyendo el futuro, sembrando vida, personas con discapacidad y a madres estudiantes, entre otros. Donde regrese la inversión pública y la privada sin endeudar al pueblo, con más oportunidades de empleo y de desarrollo del país.
