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lunes, 21 abril, 2025
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ES LA HORA DE AMÉRICA LATINA

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Por: LUCÍA MEDINA SUÁREZ DEL REAL •

Como David contra Goliat, el presidente Gustavo Petro rechazó el aterrizaje de dos aviones provenientes de Estados Unidos que transportaban migrantes colombianos por las condiciones en las que se les traía, es decir en avión militar (y no civil), y encadenados, en una de esas reminiscencias esclavistas que se cuelan hasta el siglo XXI.

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La respuesta de Donald Trump es, entre otras, la de cerrar la emisión de visas en Colombia, e imponer aranceles de 25% a las importaciones de ese país, para luego aumentarlos la próxima semana al 50%, afectando el comercio de café, plátanos, aguacates, petróleo etcétera, y a sus consumidores, que terminarán pagando por esto. 

A ello Colombia respondió con la misma medida y también con un llamado a los más de 15,000 estadounidenses que viven en ese país de forma irregular para que arreglen su situación migratoria.

La medida seguramente tendrá alto costo para Colombia, por lo que esta guerra comercial no la puede ni debe lidiar en solitario, y hay conciencia de ello.  Por ello la presidenta de Honduras, Xiomara Castro convocó a una reunión de carácter urgente de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC), lo que atisba un paso contundente para hacer un frente conjunto de América latina ante el embate de Trump en su versión 2.0 

La respuesta del presidente de Colombia va en la misma tesitura que la que dio hace tiempo el de Panamá en defensa del canal de ese país, de la de la propia Castro cuando amenazó con eliminar una base militar americana, o la de Claudia Sheinbaum, que no ha dejado de reiterar el carácter soberano e independiente de México y no de protectorado o Colonia por si acaso alguien lo olvida. 

Sería ingenuo pensar que estas posiciones son construidas únicamente a partir de lo ideológico o de un sentimiento nacionalista que para algunos suena retrógrado y a otros hasta suicida. 

Es innegable que al menos en el caso mexicano, el que naturalmente conocemos un poco mejor, acompañado de esta retórica se realizan diálogos internacionales hasta ahora discretos, y se toman algunas medidas económicas como la de grabar el comercio electrónico, particularmente de origen chino. 

Sin embargo, si algo ha enseñado el propio Donald Trump es que a personajes como ese no puede concedérseles porque en lugar de ver en ello una invitación a la conciliación, lo interpretan como un exhorto al atropello. 

Por otro lado, América Latina tiene años entretejiendo estos canales de hermandad que si bien tiene a sus “ovejas negras” (esperamos temporales), predomina en la región un deseo de trabajar en conjunto, particularmente de cara al imperio en los temas que nos afectan a todos. 

Las circunstancias locales lo permiten en gran medida por el liderazgo y la fortaleza Luis Ignacio Lula da Silva y Claudia Sheinbaum, y sobre todo que ambos gobiernan países con papeles cada vez más importantes en la economía mundial. Lula ahora preside los BRICS.

 Por otro lado, es cada vez más claro que nos encontramos en transición a un mundo multipolar en el que Estados Unidos ha perdido dominancia frente a otros países.

China, sabedora de la oportunidad que le brinda la política imperialista y abusiva de Estados Unidos, ha ofrecido su apoyo a América Latina como lo hizo por ejemplo en Cuba, país en el que planea la instalación de 92 parques de energía solar de las cuales 55 se inauguran en este 2025, aliviando de forma importante uno de los problemas más importantes de ese país, el de su abastecimiento eléctrico. 

Evidentemente nos encontramos en el momento clave en los que las cosas pueden cambiar de rumbo en un periodo corto. Lo que parece claro, y qué bueno que así sea, es que hay conciencia que hoy más que nunca América Latina está ante el desafío de lo que puede ser su crisis o su oportunidad. 

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