Defino a la corrupción como la conducta antijurídica y de impacto social, ejecutada por los servidores y funcionarios públicos, en la asignación de proyectos, programas y obras o en el indebido ejercicio de sus atribuciones y facultades, generando un detrimento al erario y a la calidad de vida de las personas. Sin duda la corrupción enfocada a la solicitud del diezmo o la mochada, provoca servicios públicos de mala calidad, pues aquél despacho, contratista o constructor que tiene la intención de realizar alguna obra, debe ajustar su proyecto a las ambiciones monetarias del servidor público que tiene el poder de decidir o asignar los recursos.
Imagínese usted a un funcionario recibiendo en la comodidad de su oficina o en algún tragador de lujo, dinero en efectivo u otras dádivas libres de polvo y paja, a cambio de obtener los favores de la asignación, a la larga, esto va a repercutir en la calidad de vida de las personas pues habrá y hay carreteras de papel que a la primera lluvia quedan como zona de guerra, casas que se cuartean y gotean, asesorías y cursos con teorías setenteras y de poca relevancia, en fin, un conjunto de desastres que contrario a generar progreso y desarrollo, menoscaban la precaria situación de muchos habitantes que trabajan largas horas y con jornadas extenuantes para recibir salarios raquíticos, tratos inhumanos y denigrantes, mientras que otros miserables, aprovechan los puestos para saquear cuanto se pueda las arcas de gobierno. México es pues, un paraíso terrenal en donde se puede todo, la Ley y sus órganos de defensa son tan endebles que permiten un sinnúmero de corruptelas que hacen proliferar a los ricos de sexenio; por cierto, ¿Ya identificó a los pudientes que emergerán de este sexenio? Basta y sobra con abrir los ojos y apreciar las construcciones que están a la vista, porqué hasta eso no se esconden, por el contrario, hacen alarde de su corrupción como si se tratara de un logro o una distinción que les ha sido otorgada como designio divino.
Para colmo, las instancias que deben cuidar que no crezca el cáncer de la corrupción, rayan en lo torpe, inverosímil y absurdo como el secretario de la Función Pública, Virgilio Andrade Martínez, respecto al conflicto de intereses en la adquisición de tres inmuebles a dos contratistas del Gobierno Federal. Así las cosas, la mesa está servida para que siga pululando la corrupción en nuestro país y en Zacatecas; no hay freno ni institución que quiera evitar el avance de esta lacra que crece día a día y que coloca a México en la posición 103 de 175 países, esto es, al nivel de Bolivia, Moldavia y Níger, esto según el Índice de Percepción de la Corrupción del año pasado que además, posiciona a nuestra patria por debajo de sus principales socios y competidores en América Latina, tal es el caso de Chile y Brasil, con el primero estamos 82 lugares más abajo o sea más corruptos y respecto al segundo 34 peldaños. Somos pues una vergüenza mundial en materia de corrupción y en lo interior, la Encuesta Nacional de Calidad e Impacto Gubernamental 2013 (ENCIG) señala que los estados de la República más corruptos son, en primer lugar San Luis Potosí, seguido por el Distrito Federal y el Estado de México; Zacatecas se encuentra en la décimo segunda posición y la entidad menos corrupta es Sonora.
Las corporaciones policiacas son consideradas como las más corruptas seguidas por los partidos políticos. Así las cosas, se debe trabajar de fondo en una estructura eficiente e independiente de la Administración Pública, con la finalidad de reducir la extensa brecha que prevalece entre la transparencia y la corrupción, de lo contrario, los servidores públicos amañados e inventariados en las administraciones gubernamentales, seguirán obstaculizando y condicionando la asignación de contratos, proyectos y obras, lo cual contribuye a que México no supere los altos niveles de pobreza y marginación ya que solo unos pocos se llevan la riqueza que se genera y que nos pertenece a todos; así pues, solo los consentidos del gobierno seguirán ocupando posiciones que les facilite ascender a lugares estratégicos de donde extraerán más dinero para garantizar su permanencia en el poder, de tal suerte, urge una renovación de conciencias, ya estamos hasta la madre de politiquillos de doble moral que ha aprendido a estar jodiendo a la gente, sin dejarnos trabajar y poniéndonos en la congeladora por haber cometido el pecado de no sucumbir a su desmedida ambición. ■
*Representante de Zacatecas ante el Consejo Consultivo Nacional para el Desarrollo Sustentable