La lucha por la Rectoría de la Benemérita Universidad Autónoma de Zacatecas (BUAZ) comenzó este sábado y no se han hecho esperar los posicionamientos respecto a los candidatos.
Para el caso de la candidatura de Jenny González, la prestigiada historiadora, Mariana Terán Fuentes, señaló a través de sus redes sociales que “la pasada huelga universitaria, que afectó a 43 mil estudiantes y provocó una severa deserción, fue un movimiento político para armar las piezas del rompecabezas electoral.”
Y añadió que “a los universitarios y a todos como ciudadanos, nos asiste el derecho de pedir rendición de cuentas. Haré valer ese derecho. Ahora pasó de secretaria sindical a candidata a la rectoría, apoyada por los viejos grupos políticos que han mecido la cuna.” Y concluyó al mencionar que “Traicionó a los sindicalistas que confiaron en ella. Cuáles argumentos serán suficientes para dísfrazar la evidente incongruencia política.”
Estas críticas hacia Jenny González de pasar de sindicalista a ser patrona, se sumaron a las ya realizadas por Sonia Viramontes Cabrera, integrante del Comité Ejecutivo del Sindicato de Personal Académico de la Universidad Autónoma de Zacatecas (SPAUAZ), y la docente Mariana Ramírez Herrera, quienes también calificaron como una traición a los profesores el hecho de que Jenny González Arenas haya abandonado su cargo como secretaria general del gremio para contender por la Rectoría.
En ese sentido, cuestionaron que haya dejado su posición como secretaria general del SPAUAZ antes de cumplir el segundo tercio en el encargo, traicionando los principios de lucha sindical y de defensa de nuestro Contrato Colectivo de Trabajo (CCT), cuya encomienda aceptó como un compromiso con todas y todos los sindicalizados y en particular con quienes le dimos nuestro apoyo y voto.
Con su candidatura, dijeron incumple con las promesas realizadas por ella misma, y que fueron su bandera durante la campaña para obtener la Secretaría General del sindicato, entre ellos la defensa de los derechos laborales, a reforma estatutaria, abandonar las mesas de negociación de la prestación de los 25 años de antigüedad y utilizar al SPAUAZ como trampolín político.
Además, señalaron que traicionó “la confianza de quienes la hemos seguido y apoyado en la lucha sindical, quienes consideramos que las verdaderas transformaciones se logran desde abajo, con tenacidad y arduo trabajo, y no desde la posición de privilegio del patrón por la que ahora abandona al gremio de profesores”.
Desde su perspectiva, el ejercicio de un cargo público como la dirigencia del SPAUAZ debe regirse por los principios éticos y morales que la universidad encarna, y no por intereses personales, es decir, el sindicato no debe ser solo un escalón para llegar a la rectoría, menos auncuando ambos encargos entran en contradicción.
Afirmaron entonces que la decisión de González Arenas de contender por la rectoría no solo mancha su trayectoria, sino que envía un mensaje desalentador a quienes creen en la justicia laboral.
“Adicionalmente, el tránsito hacia la patronal plantea serios conflictos de interés. ¿Hasta qué punto el conocimiento interno de las estrategias del SPAUAZ será utilizado ahora en contra de los propios Docentes? La puerta giratoria entre el sindicato y la administración es una acción peligrosa que corroe la independencia del movimiento laboral que se había organizado alrededor de una persona”.
Por último, concluyeron que “el sindicalismo necesita líderes comprometidos y no personas que utilicen a la organización sindical para beneficiarse personalmente. Que quede claro, la traición, incluso si beneficia a la mayoría, no puede realizarse sin destruir la confianza de quienes la padecen y sin destrozar la credibilidad de quien la realiza”.