Quien haya visto la saga de “Mad Max” o cuando menos, la última versión, podrá ver similitudes entre las ultimas “crisis” de abasto de gasolina que hemos padecido a últimas fechas. En un mundo a futuro, desarrollado entre el apocalipsis y la ciencia ficción se desarrolla la película que, pensándolo bien puede resultar más un vaticinio que un thriller, de tal suerte que en este caótico escenario hay dos líquidos que son vitales para el desarrollo de los clanes (puesto que ya no hay sociedad; la misma situación orilló a la creación de células sociales), y lo son la gasolina y el agua, en ese mismo orden, puesto que sin el uno no hay el otro; épicas batallas se desarrollan en la saga, casi iguales a las colas, el caos y las compras de pánico que vemos en zacatecas y en otros estados del país, cuando las gasolineras no tienen el liquido, un tanto por estrategia, otro tanto por el agotamiento de Cantarel y otro mas por la ignorancia social.
La realidad, sin embargo es un poco menos caótica, por más que algunos vean el vaso siempre medio vacío y nos conviden de sus frustraciones.
El alza a los precios de gasolina son proporcionales a la escases del combustible en el país, y esta escases se debe a varios factores y a una serie de decisiones políticas funestas, es cierto que se está agotando nuestro más grande yacimiento petrolero, también es cierto que hace falta descubrir nuevos y explorar en aguas profundas, también es cierto que el efecto popote que desde hace años practican las petroleras texanas chupan nuestro crudo y por si fuera poco, también es cierto que extrañamente antes de la subida de los precios, como para justificar, la gasolina se acaba.
Pero, también hay que decir que tanto el gobierno como la sociedad, tienen una dependencia increíble al petróleo, somos un país que forjo su última batalla triunfal contra otro país, con la expropiación petrolera, Lázaro Cárdenas es un emblema y una institución por haber regresado a los mexicanos algo que se había perdido, representa el nacionalismo de un pueblo pobre que aunque este en el suelo, no se deja patear por ninguna bota extranjera, pero si por la bota de un connacional; luego entonces, si, si tenemos petróleo, siempre lo hemos tenido, de otra manera seria imposible explicar que el país aún este de pie (aunque marchito) después de tanto saqueo. Las décadas pasadas fueron de bonanza gracias al oro negro, los excedentes petroleros hicieron carreteras modernas y pavimentaciones en todos los municipios, que hoy por cierto, solo baches quedan de ellas. El costo de producción por barril para Pemex es de 17 dólares y en años pasados en el mercado internacional, llegó a costar hasta 120 dólares, de tal manera que no había pobreza financiera, y la hacienda nacional se podía dar ciertos lujos como exportar crudo para importar gasolina, licitar refinerías sin construirlas y mantener a uno de los sindicatos más corruptos de la historia del mundo entero, y además, por si fuera poco pagarle al líder del sindicato costosos regalos para sus hijos coche de colección o viajes privados en avión para la hija y su perro.
¿Es rentable Pemex?
Los más puros defensores del Estado administrador o los seguidores del cardenismo o los falsos nacionalistas dirán que si y en realidad los números les darán la razón, una y otra vez vemos a AMLO poner ejemplos de cómo transformar a Pemex en una empresa no privada, rentable. Pero vayamos y veamos más allá, seguir apostando por los hidrocarburos y las energías no renovables es un error, seguir invirtiendo en el petróleo es a futuro ponerle dinero del bueno al malo. Me explico: países que jamás han tenido petróleo y que por lo mismo no tiene una economía petrolizada, no pasan por crisis como nosotros, han aprendido a sobrevivir sin él, y han desarrollado y le han apostado a las energías limpias, o naturales, o renovables, o eléctricas o como se les quiera llamar y han logrado hacer todo esto sin los monopolios de los hidrocarburos, a diferencia de nuestro país que además de hacerle el negocio a unos cuantos, petroliza su economía al punto de colapsarla si hay alguna variación de precio o de abasto, basta ver el caos de hace unos días para darnos cuenta que no es precisamente la mejor inversión la apuesta al petróleo.
México es un país grande y de peores se ha levantado, pero los grandes y verdaderos cambios suceden cuando existe el binomio del buen gobierno y la sociedad responsable; mientras esto no ocurra, será ocioso echar culpas; en la reciente crisis de gasolina, en Zacatecas, se dejo ver a una sociedad comodina y egoísta que no cabe más en el México moderno, ni el México que le pensamos dejar a nuestros hijos, al igual que tampoco cabe ya, una economía petrolizada y una dependencia total a los hidrocarburos.
FELIZ NAVIDAD, DE TODO CORAZÓN. ■