O termina erigiéndose en un genio o ratificándose como un loco de remate. Tal es el reto como la disyuntiva de Milei, el mismo estrafalario que se acaba de proclamar presidente de la Argentina.
Después de la virulenta reacción de los judíos contra palestina para cobrarse al más de diez por uno, masacrando indiscriminadamente a la población, la noticia que ha recorrido el mundo esta semana es la derrota del peronismo kitchnersiano en el país cono sureño por parte de Javier Miel, apodado desde sus mocedades como el “loco”. Su campaña contra el candidato peronista, integrante del gabinete del todavía presidente Alberto Fernández y a quienes se atribuye la caótica crisis económica y social de Argentina, estuvo cargada de provocaciones, dichos y frases rayanas en la locura. Por lo fantasioso e irrealizables que pudieran ser. Véase si no. Para hacer frente y reformar a la economía argentina hablo de dolarizarla sustituyendo al peso por el dólar estadounidense como moneda corriente. En un país en donde lo que faltan son dólares. En esas condiciones, disponer la paridad cambiaria por decreto es una soberana locura. Con esa medida y otras como la de triplicar los salarios en dos años, desaparecer el Banco Central, ya vacío al no tener reservas y acabar con la galopante e imparable inflación; pretende sacar a los argentinos de esa negra realidad que sufren con la inflación y la pobreza.
Como suele ocurrir y ya nos tiene acostumbrados (véase su excelente artículo, “El soberano esquizo”, en La Jornada, 23/11/23), Ilán Semo hace un balance síntesis del saldo de las elecciones del pasado domingo 19 de este noviembre. Señala que para una sociedad bipolar, “corresponde una política bipolar”. Esta política no la pueda implementar más que un sujeto preso por la esquizofrenia. Pone como ejemplo de este loco a Milei. Argentina, particularmente su economía tiene 35 años en la inestabilidad. Mas tiempo de lo que duró la dictadura porfirista con su paz de los sepulcros y sus estabilidad social. Esa inestabilidad obedece a los sucesivos cambios de gobierno. Lo más notable que han hecho todos es incrementar un déficit fiscal etructural. Lo que se ha traducido en palabras de Semo en “impagos de la deuda exterior, una inflación que no cede –que ahora amenaza con la hiperinflación– y, sobre todo, unas monedas exentas de cualquier certidumbre crearon una situación catastrófica. La pobreza se triplicó en dos décadas y la clase media se extinguió. El peronismo, dedicado en parte a proteger a una clase empresarial inepta y, en parte, a preservar antiguos derechos sociales, cavó su propio precipicio”.
Ante esta situación, Milei encontró las condiciones dadas. Los peronistas se le pusieron de pechito y comió pichón. Echando mano de la que echan todos los populistas de derecha, llámense Johnson, Trump o Bolsonaro; el estrambótico “león” recurrió a un discurso de odio contra los peronistas a cuyos líderes bautizo como “la casta”. Y ante una pérdida de expectativas de la ciudadanía, lo que vino a hacer fue adueñarse de su angustia. Y como un perdido a todas va y esa ciudadanía consumida por la rabia de no volver a votar por sus verdugos, buscó a un salvador providencial que podría resultar un peor verdugo si no logra revertir la situación y sacarlos del profundo hoyo en que se encuentran.
Este excéntrico que solo la desastrosa política de los peronistas que, a cambio de mantener sus programas asistencialistas para mantener cautivas a sus clientelas de votantes, llevaron a sobre endeudar a la nación pampera es lo que permitió que un excéntrico populista de derecha se alzara con el triunfo derrotando al candidato de la tendencia de centro izquierda, Sergio Massa.
La prensa alemana, ante el triunfo de este que también apodan el León, debe ser por su melena ensortijada, reaccionó declarando: “El león debe convertirse en gato”. Lo que significa que este bisoño en política, aunque ganó la silla de la “Casa rosada” llegará a gobernar con una pequeña minoría de diputados y senadores en el Congreso. Eso hará que su supuesta política radical ante el seguro veto de la mayoría de los legisladores, termine siendo un mero blof.
Lo primero que anunció el flamante presidente argentino tras conocer su triunfo fue la aplicación de un programa de schoc que afectará el 15 por ciento del PIB. Esa película que ya vimos y protagonizamos los mexicanos, no significa otra cosa que recortes al gasto público y contención de los salarios. A esto vendrá la resistencia a lo que seguirá la aplicación de la ley que devendrá en represión. Preparémonos para ver el desenlace de como ocurrirá el churro argentino.