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El próximo 8 de septiembre iniciará formalmente el proceso electoral 2017-2018. Son bastantes los intereses en juego, porque además del titular del poder Ejecutivo federal, se elegirá también al jefe de Gobierno de la CDMX y a las autoridades de las 16 Alcaldías de esta nueva entidad; se renovarán ambas cámaras del Congreso de la Unión; habrá elecciones concurrentes en 29 entidades: a).- para elegir gobernador, Chiapas, Guanajuato, Jalisco, Morelos, Puebla, Tabasco, Veracruz y Yucatán. b).- en el resto del país, con excepción de Coahuila, Quintana Roo y Tamaulipas todos los demás Estados, renovarán sus Legislaturas locales y los Ayuntamientos.
Previamente, se diseña el panorama dentro del cual habrán de contender nueve partidos con registro nacional, algunos en alianza: PRI. PAN. PRD. MORENA. PVEM. MOVIMIENTO CIUDADANO. PANAL. ENCUENTRO SOCIAL PT. Así también, se tendrá la participación de candidatos independientes.
Y… ya comenzó la guerra sucia. Incluso, antes de que se conozca quiénes serán elegidos internamente como candidatos de los diferentes institutos políticos, el lodo y la inmundicia se generalizan. Y el lanzamiento de ataques, odio y aguas negras son recíprocos A esto se agrega la opinión subjetiva y dolosa de personas externas que, al manifestarse en favor o en contra públicamente sin argumentos fundados y serios, únicamente enfadan, desgastan y confunden al ciudadano, logrando así, agudizar más la desconfianza que éste tiene en las instituciones cuya función es organizar y vigilar los comicios: INE; IEEZ y los OPLEs, así como detestar todavía más a los consejeros electorales, quienes se han caracterizado por duros cuestionamientos de que han sido objeto, al grado de que, como resultado del pasado proceso electoral, que culminó con los comicios del 4 de junio, se pidió de manera insistentemente, por parte de intelectuales, académicos, pueblo en general, universitarios, investigadores y otros, la destitución de todos esos funcionarios y la renovación total del Instituto, no sin antes ser llamados a cuenta, con motivo de la suciedad con que manejaron el desarrollo y culminación de ese proceso electoral.
Siempre se ha conocido que la decencia, la honestidad y la honradez son valores que difícilmente caracterizan a los políticos.
No me ha llamado la atención la noticia publicada en días recientes dando a conocer, que un personaje tan “pulcro” como Ricardo Anaya dirigente nacional del PAN, se vea nuevamente involucrado escándalo con motivo de enriquecimiento ilícito; de que incluso su familia radica en Atlanta, Estados Unidos, lugar en donde también cuenta con bienes inmuebles y que su haber se cuantifica en cientos de millones de dólares. Igualmente, que su familia política, ha logrado escalar a esos beneficios.
Para nada me llama la atención. Esto es muy común bajo cualquier circunstancia. Y… hasta se ve normal. Lo que sí considero un total cinismo es que, esa conducta haya iniciado desde ¡HACE CATORCE AÑOS!, y absolutamente nadie hizo algo. No hubo durante ese tiempo denuncia; tampoco se hizo del conocimiento público a través de los medios lo que iba ocurriendo. Se le dejó avanzar…. Se le reconoció… Es más, el PAN, aliado al PRD, salió fortalecido en las elecciones de junio pasado gracias a su dirigencia. Y, en alguna forma, hubo muchas esperanzas, para la elección de 2018. No obstante, ahora de pronto se difunde algo desconocido que se “logró mediante una investigación”.
¡Ah!
Hay un programa denominado “La Hora de Opinar”, que se transmite de lunes a viernes por Foro TV, de 22 a 23 horas. Lo conduce Leo Zuckermann. Se trata por lo general, de mesas de análisis en la que debaten temas de interés nacional, internacional y local, participan colaboradores de la talla de Javier Tello; Jorge Castañeda y Héctor Aguilar Camín. Lleva a invitados ciertos días de la semana que son personajes académicos, historiadores, funcionarios, políticos, líderes sociales. Por ejemplo, Andrés Layún; Gerardo Esquivel; Andrés Antonius; Alejandro Rosas; Raúl Feliz; Juan Pardinas; Denisse Dress entre muchos. Pero también lleva invitados externos que también se encuentran en diferentes ámbitos de la vida social, política y económica del país.
Dede hace aproximadamente dos meses, me doy cuenta que Zuckermann de manera dolosa, insistente e incisiva, a sus invitados formula dos preguntas: Opinión sobre el conflicto de Venezuela y si se desearía para México un gobierno populista.
Bueno… eso qué… ¿o por qué esa pregunta tan fuera de lugar?
La semana pasada, estuvieron en ese programa los tres políticos de MORENA, entre los cuales se habrá de elegirse al candidato para contender por la Jefatura de Gobierno de la CDMX: Ricardo Monreal; Martí Batres y Clara Sheinbaum. Dieron a conocer sus propuestas de llegar al cargo. Monreal manifestó que en su libro “PROYECTO 2.5. UN CAMBIO REAL” presentado en Xochimilco y ya en circulación, da a conocer los problemas más apremiantes de la capital del país, y las propuestas para enfrentarlos. A pregunta expresa de Zuckermann, manifestó que no conoce al presidente Nicolás Maduro ni Venezuela, y que México tiene principios constitucionales bajo los cuales rige su política internacional: la no intervención; la libre autodeterminación de los pueblos, entre otros.
¿Acaso el mensaje de Zuckermann no ayuda también a propagar la inmundicia?