En la presentación de mi libro titulado ¿Cómo encarar la fragilidad económica? el día 21 de febrero de 2025, recibí diversos comentarios y aquí socializo las respuestas.
1.- Hubo un planteamiento que defendía la austeridad fiscal y los recortes presupuestales argumentando que ello ha sido importante para controlar la demanda para evitar presiones inflacionarias y sobre el déficit de comercio exterior y el tipo de cambio y evitar baja calificación por parte de las calificadoras internacionales. Tal posición justifica que se gobierne para ser bien vistos por las calificadoras que responden a los intereses del sector financiero. Este sector ha sido el beneficiado de la estabilidad del tipo de cambio, para no perder con la devaluación cuando salen del país. Le ha salido muy caro al país las políticas dirigidas a evitar la devaluación debido a que han predominado altas tasas de interés, recortes presupuestales que nos han llevado al estancamiento y a que haya escasez de productos que presionan al alza de precios, por lo que sigue la inflación y el deterioro del nivel de vida de la población.
2.- Hubo señalamientos de que los problemas de la economía no son de demanda, sino de falta de capacidad productiva. Se equivocan. El problema de tal argumento es que no considera que para que se invierta para impulsar la capacidad productiva tiene que haber demanda para realizar dicha producción. Siguiendo a Marx y a Keynes, el proceso productivo empieza con dinero, para terminar con dinero incrementado, y para ello tiene que realizarse la producción, es decir, tiene que haber demanda que valorice la producción.
3.- Para enfatizar que el problema es de oferta, se argumentaba la importancia de la innovación que es un elemento de oferta. Al respecto hay que decir que la innovación requiere financiamiento y este depende de las oportunidades de ganancia, que está en función de la demanda esperada. Si no hay crecimiento de demanda, no se invierte para impulsar la innovación tecnológica, lo que evidencia que la oferta está en función del comportamiento de la demanda.
Han sido las políticas de alta tasa de interés y los recortes presupuestales lo que ha contraído demanda, y en consecuencia las decisiones de inversión, que han frenado el crecimiento de la capacidad productiva y la generación de empleo. A ello se suma el contexto de apertura comercial, eliminación de aranceles, y el predominio de la apreciación de la moneda que abarata el dólar y las importaciones que han llevado a que la poca demanda se filtre a importaciones, no generando condiciones de crecimiento de la inversión y de la producción nacional.
4.- Hubo una afirmación de que en el período de López Portillo se incrementó el gasto público y la demanda y si bien se creció, se terminó en crisis en 1982. Hay que señalar que tal situación aconteció debido a que en tal período predominó la apreciación cambiaria (dólar barato) debido a la gran entrada de divisas, tanto por las exportaciones petroleras, como por el endeudamiento externo, que llevó a que la demanda se filtrara a importaciones lo que aumentó el déficit de comercio exterior. La crisis de 1982 fue porque las variables externas que hicieron posible el gasto público y el crecimiento dejaron de operar. Cayó el precio internacional de petróleo y el valor de las exportaciones, aunado a que la tasa de interés en EUA llegó a niveles de 20%, por lo que se incrementó el pago de la deuda externa, así como el déficit de cuenta corriente, que derivó en la devaluación y la crisis de deuda, debido a que la economía no avanzó en la sustitución de importaciones y en la reducción del déficit externo para encarar tal situación. Lo mismo acontecerá en el 2025, debido a que actuarán en forma negativa las variables externas que han hecho posible el financiamiento externo y la estabilidad del tipo de cambio. Caerán las exportaciones, las remesas y la entrada de capitales ante las políticas de Donald Trump y la economía no cuenta con condiciones endógenas para encarar tal situación. A fin de evitar una prolongada recesión económica, que atenta sobre el crecimiento de la inversión y de la dinámica de acumulación, el gobierno debe incrementar el gasto público y la demanda e instrumentar una política de sustitución de importaciones (que implica aranceles, tipo de cambio competitivo, subsidios, baja tasa de interés) para asegurar efectos multiplicadores internos para evitar déficit de comercio exterior e incremento de la deuda externa. Al incrementar el gasto público deficitario y al bajar la tasa de interés se incrementaría el ingreso nacional y la recaudación tributaria y se reduciría el déficit fiscal y el monto de la deuda. Si no hay demanda, no hay crecimiento de producción, ni de empleo.
5.- Hubo una aseveración resaltando que el banco central es irrelevante. Se equivocan. Hay que resaltar que el dinero es “la institución más importante de la economía”. La producción requiere de financiamiento y éste depende de la demanda esperada que asegure ingresos que reembolsen el crédito. Por lo tanto, la política económica debe encaminarse a generar condiciones de acumulación de capital en dinero. Para ello el gobierno debe incrementar su gasto, el cual crea dinero y el banco central hace los pagos del gobierno al emitir deuda para regular las reservas bancarias para evitar exceso de liquidez. El límite del gasto público es la inflación y el déficit de comercio exterior, por lo que debe dirigirse a impulsar la inversión en el sector productivo. La banca al prestar crea dinero. Las empresas piden prestado para empezar la producción, por lo que el crédito debe priorizar el impulso del sector productivo y del empleo, para que la actividad económica y el ingreso nacional crezcan por arriba de la tasa de interés para evitar cartera vencida e inestabilidad cambiaria.
El problema es que, con la autonomía del banco central y la desregulación del sector bancario, las finanzas han dejado de responder a la economía real. Ante el escenario negativo que se acentuará, se debe replantear la función del banco central, de la política fiscal, como de la banca comercial para que actúen a favor del desarrollo productivo y del empleo.