- Debieron realizarse evaluaciones transparentes para seleccionar a integrantes de la Orquesta, dice
- La metodología para su conformación no garantiza solidez profesional, señala director de la UAA
Considerado en principio como un proyecto benéfico, al proporcionar espacios de desenvolvimiento para los egresados de la Unidad Académica de Artes (UAA) de la Universidad Autónoma de Zacatecas (UAZ) y que además viene a llenar un importante hueco al haberse desdibujado al paso del tiempo una primera iniciativa de este tipo, la recién conformada Orquesta de Cámara del Estado adolece de vicios de origen, pues siendo apoyada con recursos públicos, debió ofertarse el ingreso a sus integrantes y director en base a evaluaciones abiertas, dijo Esaúl Arteaga Domínguez, director fundador de la UAA.
Es importante, añadió, “hacer una reflexión sobre la necesidad de que proyectos de este talante sean muy bien pensados, y construidos con mucha transparencia porque no es novedoso que alrededor de la cercanía a Gobierno del Estado o instituciones, se haya venido conformando un grupo de personas a las que se beneficia ya por tradición”.
Por otro lado, señaló que la música de concierto no se ha apoyado suficientemente en el ámbito local y trajo a colación el caso de la Orquesta Filarmónica de Zacatecas (Ofilzac), la cual expuso, aparece temporalmente en función de un programa específico y a sus integrantes se les “pagan los conciertos y ensayos pero no se ha consolidado como un proyecto permanente y a largo plazo”, de manera que los mismos tengan un salario por su trabajo profesional.
En este sentido también la UAZ ha sido omisa al no consolidar grupos de concierto “cuando existe una larga trayectoria (de ello) desde los años 70”. Afirmó que teniendo estas posibilidades no se han realizado este tipo de proyectos por falta de sensibilidad, visión y aun por indiferencia.
En el caso del ensamble que recién fue puesto a consideración del público en una audición efectuada el sábado pasado en el Museo de Arte Abstracto Manuel Felguérez, denominada Orquesta de Cámara del Estado y que dirige de manera general Salvador García y Ortega, y artísticamente su sobrino, Arturo García Cuéllar, “la metodología para su conformación no garantiza la solidez profesional y por tanto un futuro prometedor”.
Con esto el docente señaló, no quiere decirse que se desestime la trayectoria y experiencia de García y Ortega, sino que ésta se ha dado en otro ámbito de competencia, la dirección de bandas, que es cosa distinta a los requerimientos profesionales, académicos y artísticos necesarios para el caso de la música de cámara.
Al respecto, consideró que hay gente capaz en la Universidad Autónoma de Zacatecas para cubrir estos espacios de manera legítima si se hubiese abierto una convocatoria. “Nos hubiera gustado que se propiciara la participación de personajes como Luis Humberto Ramos que tanto ha favorecido con proyectos muy serios la música de cámara y a quien le debemos la consolidación de importantes festivales de alta calidad artística. O maestros como Ricardo Justiz, pionero en Zacatecas en la formación de violinistas desde la niñez hasta la juventud. Gente que han participado en el ámbito nacional e internacional en este género”.
Todo ello apunta, expresó, a que “todavía en Zacatecas padecemos las iniciativas de carácter espontaneista, por proyectos y cercanías a personajes que ocupan los puestos de poder”.
Esta manera de hacer las cosas podría afectar a los propios integrantes del ensamble, quienes mostraron en la pasada audición una buena calidad derivada justo de la formación obtenida en la UAA, pero que requerirán para desarrollarse profesionalmente un contexto en que puedan consolidar su labor, pues además, el proyecto parece estar sustentado económicamente de manera precaria, ofreciendo condiciones laborales muy limitadas, señaló.
