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viernes, 9 mayo, 2025
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Trump y el fascismo norteamericano de Elon Musk

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Por: BENJAMÍN MOCTEZUMA LONGORIA •

Estados Unidos vive la dictadura de la burguesía monopólica. Los dos partidos políticos (de la derecha “químicamente” pura) son caras de la misma moneda. Hacia el exterior, se esfuerza en ser la dictadura imperial. Mis comentarios de la semana pasada, y otros, son corroborados con las atropelladas medidas administrativas de Donald Trump emitidas con alevosas intensiones extraterritoriales.

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Leo la afirmación, de muchos comentócratas y opinólogos, de que el presidente de EEUU está loco. Lo mismo afirmaba la derecha mexicana, y sus ecos ideológicos, del expresidente Andrés Manuel López Obrador. Sin evidencia científica, ante semejante “diagnóstico”, no queda lugar al análisis y a la reflexión, estas son sustituidas por la flojera al sentido común. Así, toda “explicación” deviene en ideología, fanatismo, obstáculo al conocimiento del proceso social y erráticas respuestas.

El mandatario norteamericano no está loco, está muy lúcido, representa en cuerpo y alma a la crema y nata de la oligarquía económica de su nación, de entre los que se encuentran los hombres más ricos del mundo. No sólo es un representante de esa clase social transnacional, es uno de ellos, de esa mafia del poder transnacional.

Por lo regular, la clase política aparece ocultando los intereses de clase económica y social a la que representa, maneja un discurso manipulador que dificulta ver a los que sirve, por lo que el análisis de su agenda (su praxis) se vuelve indispensable. A diferencia de Joé Biden, Donald Trump sustituye a los políticos de “carrera” acostumbrados a dirigir la administración pública por personas de ultraderecha y vinculados con los más grandes monopolios económicos.

Para abundar en ideas centrales omitiré estadísticas fáciles de encontrar en las mismas redes sociales. Parto de afirmar que la economía de Estados Unidos viene presentando problemas de crecimiento económico (concepto cuantitativo: PIB) y, sobre todo, de desarrollo (concepto cualitativo: grado de progreso de las Fuerzas Productivas y evolución del Modo Técnico de Producción), se evidencia en la caída de la competitividad en el mercado. Igualmente, su balanza comercial es deficitaria frente a varias naciones, entre otras con su principal socio: México. Importa más de lo que exporta (compra más de lo que vende).

Es un hecho que el Estado debe asegurarse de que se reproduzcan las relaciones sociales sobre las cuales se mantiene una organización social nacional. Como imperio, gestiona las relaciones que le garantizan protagonismo y hegemonía internacional, aumentar la acumulación de capital y acrecentarlo por la diversificación de los modos de apropiación de la riqueza de naciones más débiles. 

Vale en el uso de los medios legales, no legalizados y hasta ilegales. Como el proteccionismo que niega a otras naciones, bloqueo de productos competitivos, aumento de aranceles para encarecer las mercancías de competidores, arrebato de bienes, invasiones, guerras, sanciones económicas, campañas propagandísticas de desprestigio y debilitamiento político, injerencia, Golpes de Estado, promoción de dictaduras a su favor y más.

En el contexto de una situación de crisis económica que se prolonga, mientras otras naciones crecen y progresan económicamente, la sociedad estadounidense registra un desgaste de su clase política. En parte, eso explica la aplastante derrota del Partido Demócrata de Joé Biden; también del Partido Republicano, quien ganó perdiendo, porque la agenda de gobierno no es dictada por la clase política sino por los hombres más ricos del mundo. A diferencia de México, donde los partidos y candidatos reciben financiamiento gubernamental, en Estados Unidos mandan los donadores del dinero como Elon Musk, de la aplicación “X”, Tesla, etc.; Jebb Bezos de Amazon y Mark Zuckerberg de Meta

Se entiende por qué Donald Trump invitó, a su toma de protesta, a Carlos Slim que llegó a ser el hombre más rico del mundo. Aunque Elon Musk, quien festejó con el saludo nazi de Hitler, no quiere al mexicano porque no es gringo. Lo desconoce dentro de su clase “pura”. En un acto de prepotencia y discriminación lo acaba de atacar poniendo en duda el origen lícito de su riqueza. Debemos preguntar: ¿Cuántos de esos empresarios norteamericanos han acrecentado su riqueza al comercializar todo tipo de drogas, como el fentanilo, que se vende en las calles de grandes ciudades estadounidenses; o con el envío de armas a México que detonan violencia e inseguridad?

He leído a personas que considero intelectuales, sostener que Donald Trump sólo defiende el interés de su nación. No piensan como mexicanos, sino como el presidente de USA. Que ciegos están. Equivale a decir que les asiste el derecho a saquear a sus vecinos porque velan por su mejoría y bienestar. Las medidas extraterritoriales forman parte de las causas del subdesarrollo, de la dependencia y del sometimiento económico y político. Fenómenos como la migración encuentran parte de su explicación en la injerencia extranjera y a la adopción de políticas económicas incubadas en EEUU. Nos vemos el próximo sábado.

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