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martes, 22 abril, 2025
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¿Kamala?

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Por: Carlos Eduardo Torres Muñoz •

Finalmente, el pasado domingo 21 de julio, Joe Biden, presidente en funciones de los Estados Unidos y ya cuasi virtual candidato de su partido a la reelección, dio un paso al costado, en una decisión esperada hace días, pero histórica, aunque, no extraña en un personaje como el cuadragésimo sexto presidente de la unión angloamericana. Cabe destacarlo: a lo largo de cincuenta años de trayectoria, el político nacido en Pensilvania, ha sabido reconocer sus errores, sesgos y prejuicios con asombrosa humildad. Desde haberse opuesto a la integración racial en las escuelas en los años 70s, hasta haber incluido en su ticket como vicepresidenta a quien se lo echaría en cara, como afectada; justamente, Kamala Harris. Esta decisión toma forma luego de escuchar las voces de quiénes le pedían reconsiderar su postulación, luego de semanas de tropiezos públicos y el fallido atentado contra su rival Donald Trump. Joe Biden, demostró una vez más su talante moderado y conciliador, aún contra sus propias posiciones y aspiraciones.

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Ese mismo día, el aún poseedor del apoyo casi unánime de los delegados demócratas, solicitó a sus compañeros de partido, el apoyo para su vicepresidenta, la abogada californiana Kamala Harris, quien se ha destacado en su trayectoria por victorias inesperadas, tomar decisiones con prudencia, pero con suficiente dureza para reconocerle valentía en ellas. Así lo demostró siendo Fiscal en California y también en la batalla que la enfrentó al mismo Biden en las primarias demócratas en 2020. 

Según una encuesta del medio Los Ángeles Times, dado a conocer el mismo domingo 21, al momento de levantarla (antes de la declinación y apoyo de Biden), contaba con menos negativos que su compañero de fórmula y con el apoyo de casi 6 de cada 10 demócratas. El reto inmediato del partido de los progresistas en Estados Unidos será dar una prueba de unidad con astucia, para no perder más tiempo, arroparla con todos sus liderazgos y capacidades, así como contribuir con un compañero o compañera de fórmula en la vicepresidencia que logre sumarle puntos en los espectros del electorado en los que aún es débil.

Trump y lo que obtenga o pierda de esta determinación, sigue siendo el factor más interesante en este momento. Mucho habrá de verse aún y la cuenta comienza casi en suma cero. Sin embargo, hago algunas breves anotaciones respecto a las ventajas que Kamala podría tener en su arranque: en primer lugar, durante meses, el candidato republicano tuvo como narrativa principal la edad y los tropiezos verbales (y alguno que otro físico) de su contrincante Joe Biden. Ese argumento se le caerá frente a una mujer mucho más joven, con una fuerza y capacidad para el debate superiores aún a los del presidente actual y acostumbrada a enfrentar oponentes hostiles (de nueva cuenta: fue fiscal de distrito y general en California).

Segundo, el efecto de la participación de una mujer en la boleta puede tener un impacto positivo para su causa en este momento: luego de la decisión de la Suprema Corte de anular la sentencia Roe vs Wade, que garantizaba el reconocimiento del derecho a decidir a nivel federal y que devolvió esta prerrogativa a los estados, aquéllos donde los republicanos tienen dominio han comenzado a revertir dicho derecho, lo que ha despertado un activismo y respaldo pro demócrata en el electorado femenino que ha demostrado ser crucial en un país dividido y polarizado. Además, no hay que olvidar que Trump ya fue vencido una vez por una mujer: en su primera elección perdió el voto popular contra Hillary Clinton, aunque terminó viéndose beneficiado por el sistema de elección por Colegio Electoral, vigente en los Estados Unidos.

Luego entonces: todo está por suceder para Kamala, para los Estados Unidos y para el mundo.

@CarlosETorres_

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