Nadie puede negar que hace falta mucho para mejorar la movilidad en la zona metropolitana de Zacatecas-Guadalupe. Las características geográficas y urbanas con las que cuenta nuestra ciudad, hacen que se creé un embudo natural que dificulta el tránsito en determinadas zonas de la ciudad. Años de abandono en las políticas de movilidad, han hecho que los ciudadanos cada vez inviertan más tiempo en sus recorridos diarios, sin que la ciudad haya crecido mucho en términos de población.
Desde el gobierno de Miguel Alonso se desarrolló un proyecto de transporte público con el objetivo de eliminar las rutas urbanas que circulan por la principal arteria de nuestra ciudad, sustituyéndolas por un sistema único tipo BTR (Bus Rapid Transit) el cual derivó en lo que hoy conocemos como Plata Bus.
La demora en su implementación por más de una década, ha ocasionado que el conflicto vehicular se haya incrementado, y que ahora el gobierno de David Monreal proponga una solución -el segundo piso- que ha muchos de nosotros no nos parece oportuna, ni por la carga económica para un estado pobre, ni por la actitud empecinada del gobernador para ejecutar la obra.
Cuando se presento ante la sociedad dicho proyecto, y después de varias manifestaciones de preocupación y desacuerdo con el proyecto, el gobernador David Monreal se comprometió a socializar el proyecto y realizar foros ciudadanos para escuchar la postura de los ciudadanos para mejorar la percepción del proyecto. Meses después de ese compromiso, el ciudadano gobernador, declaró que el proyecto estaba listo para arrancar faltando a su palabra e imponiendo un proyecto sin que la ciudadanía participara.
Como resultado, la inconformidad al proyecto se ha incrementado y alimentada por el talante autoritario mostrado por el gobernador, la ciudadanía ha comenzado a movilizarse para tratar de modificar el proyecto presentado semanas atrás por el gobierno del estado.
Cabe mencionar que el proyecto presentado incluye no solo la construcción del segundo piso, sino una serie de proyectos de infraestructura, que en teoría ayudarían a descongestionar la zona de conflicto y en el paquete viene la puesta en marcha del Platabus, que mejoraría significativamente el transporte público.
Dado esto caben muchas preguntas ¿Por qué no esperar a ver los resultados del Platabus y las otras obras, antes de la construcción del segundo piso? ¿por qué falto a su palabra el gobernador, en un tema tan importante? ¿será necesario impulsar una reforma que de pie a la creación de presupuestos de egresos con participación ciudadana?
Es innegable la necesidad de encontrar una solución al problema de movilidad, pero existiendo otras alternativas es por lo menos sospechoso, la obstinación del gobernador por imponer una obra de esa magnitud, eso sin considerar las posibles consecuencias negativas a la declaración de Patrimonio de la Humanidad que ostenta nuestra ciudad capital.
La posibilidad de participación de la ciudadanía para elegir en que gastar sus impuestos, debería ser un tema a debatir, para que la ejecución de grandes obras se lleve a cabo con la aprobación de la ciudadanía.