■ Se trata de un amor a los hijos que no va a desaparecer, opina la cineasta Carolina Platt
■ Dirigió La hora de la siesta, documental en memoria de los 49 niños que perdieron la vida en 2009
“Creo que esta lucha de ABC tiene un motor que no se puede apagar, igual que Ayotzinapa, es un amor a los hijos. Entonces eso no va a desaparecer”, habla Carolina Platt, directora de La hora de la siesta, documental filmado en memoria de los 49 niños que perdieron la vida en el incendio de la Guardería ABC en junio de 2009.
Este motor se opone sin embargo a otro promovido desde el poder que se colude para ofrecer como respuesta sólo impunidad y que le apuesta al olvido y a las campañas de desinformación, elementos mediante los que se pretende dividir a los padres de familia y generar la apatía de la ciudadanía, dijo.
Platt estuvo en la capital del estado para presentar en el contexto de los Foros de libertad de La Jornada Zacatecas, donde se inscriben los Martes de documental y cine de ficción, esta película que aborda la supervivencia de dos de las familias de las víctimas, las de Emilia y Yeyé.
Luego de seis años en reclamo de justicia, que ya saben no llegará desde las instituciones de este país, los padres de familia de estos 49 niños se sienten defraudados por estas instituciones, afirma, pero no así respecto a la gente, pues a donde quiera que van “hay alguien, aunque no sea un grupo supermultitudinario” que se ha solidarizado con su lucha.
En esta también se incluye la propia Carolina Platt, quien abunda sobre ese motor que la anima, para reiterar no sólo que la lucha “tiene futuro”, sino que encuentra el momento propicio para que otras puedan unirse.
Menciona al respecto, el acompañamiento que en la reciente manifestación del 5 de junio de 2015 realizada en la Ciudad de México, ofrecieron algunos de los padres de los 43 estudiantes de Ayotzinapa a los deudos de los niños de la Guardería ABC, pero agrega, pudieran sumarse los involucrados en episodios donde el conflicto de interés y la impunidad han sido la marca: el Casino Royal, el News Divine, y aun las familias de los desaparecidos de la guerra contra el narco.
En esta unión ve la cineasta egresada de la licenciatura en Artes Visuales de la Universidad de Guadalajara, la respuesta “de cómo podríamos comenzar a luchar contra este descaro de impunidad”.
Al respecto de este elemento que ondea en el país, solo hay que referir un dato que recientemente han recuperados los medios de comunicación, mientras que para el caso de Ayotzinapa hay ya 100 personas detenidas, en el referente a la Guardería ABC no existe ninguno.
Recuerda aquí la realizadora, el minucioso trabajo del magistrado de la Suprema Corte de Justicia, Arturo Saldívar, que sí ofreció nombres de responsables, pero que los “cabildeos” de Eduardo Bours, ex gobernador de Sonora, y el reciente fallecido Miguel Molinar Horcasitas, ex titular del Instituto Mexicano del Seguro Social, lograron hacer desaparecer de la sentencia estos nombres y apellidos a efecto de que no recibieran castigo.
Carolina Platt dijo que La hora de la siesta nació con la intención de dar seguimiento al proceso en que unos padres de familia “se tienen que volver activistas y hasta abogados” en busca de la justicia para la muerte de sus hijos, una que se recalca pudo haberse evitado.
Era el registro del nacimiento del Movimiento 5 de Junio, pero al poco tiempo Platt se dio cuenta que era más difícil que el público a quien se dirigía esta cinta tuviera acceso a lo que ocurría en el seno de las familias, al interior de los hogares que sufren “una tragedia de este calibre”.
“Las historias personales fueron ganando cada vez más peso y el documental se convirtió en una película reflexiva sobre lo que sucede después de una tragedia en las familias mexicanas”.
El documental ofrece, dijo, un medio para dimensionar el impacto que produce en ellas, pero exhibe también “las causas por las cuales un ser humano puede seguir luchando y en qué te apoyas y cómo sobrevives”.
Algo con lo que dice que “todos nos podemos identificar”. Su invitación a quienes anteponen el miedo a ver La hora de la siesta por creer que no soportaran ser testigos del dolor de estos padres de familia, es: “no sólo vas a ver allí el reflejo de un hecho que sucedió sino vas a encontrar ahí como un ser humano logra seguir dos tipos de lucha”: la interna, por recobrar la vida, y la social, “por honrar el nombre de sus hijos”.
Como cineasta comentó, este documental le enseñó “cuál es la responsabilidad de hacer una película con un tema como este”. En este sentido cuidó cada plano para lograr el objetivo de conseguir la reflexión de los espectadores.
Personalmente el filme le mostró además, luego de trascender su duda original: “¿cómo es que una familia sobrevive a esto?”, a lograr un acercamiento con los deudos de estos niños, quienes se han convertido en personas importantes en su vida, “se han vuelto amigos entrañables”.
A través de ellas y su lucha, Carolina Platt ha aprendido “que nada nos es ajeno, cualquier cosa que le pase al otro. Si nos dedicamos un minuto para sentarnos frente a otro, ya sea en persona o enfrente de una pantalla, podemos encontrarnos, creo que ese es el mayor aprendizaje”.
Finalmente la directora dijo, es en el contexto de este tipo de espacios de exhibición, donde el cine independiente se acerca a la gente y donde ésta puede “hablar de lo que nos está pasando”.
En La hora de la siesta intervinieron como equipo base 10 personas en su realización, a quienes se debe el que puedan los espectadores asomarse a esta realidad del país.