Nómada*
El municipio de Juchipila se sitúa entre el sur y suroeste de la ciudad de Zacatecas, se encuentra en un impresionante cañón que empieza en la hacienda de Malpaso, por la parte oriental corre la Sierra de Nochistlán y paralela a ella, al occidente la de Morones. El clima predominante es cálido y gracias a ello se cultiva caña de azúcar, comino, camote, plátanos, naranjas y otras frutas de tierra caliente.
Dice la enciclopedia de los municipios que: “antes de la llegada de los españoles, los primeros habitantes de Juchipila fueron los mexicanos, que era una de las siete tribus nahuatlacas. Juchipila fue fundada en el año de 1543 por los frailes Antonio de Segovia y Margil de Bolonia, primeramente en un lugar llamado Contitlán, y después fue cambiado a otro nombrado Ixtoc, y posteriormente al sitio que actualmente ocupa. Estos frailes catequizaron a los últimos caxcanes de esta región, después de la batalla del Mixtón”.
El nombre de Juchipila, deriva de la palabra Xochipilli que significa “Príncipe o niño de las flores”, y como producto de toda la carga cultural mexica y caxcana se celebra anualmente una fiesta con una raíz precolombina, conocida como la fiesta del Xúchitl. El maestro Raúl López dice que se celebra esta fiesta ritual en la época de la floración del Cacaloxochitl (flor mística de los caxcanes), porque en esta temporada se ofrenda esta flor a la diosa Xochipilli. Los caxcanes no olvidaron su antigua religión y siguieron rindiendo culto a Xochipilli, aún después de la conquista.
Otro documento dice de la fiesta:
“Dícese que los caxcanes, se reunían en lugares separados y alejados para celebrar ritos de “gracias” por las lluvias fuertes que habían llegado en honor a Tláloc, pero también a Xochipilli por las flores recibidas, al renacimiento del pasto, el brote del Jacalaxuchitl, la flor del cacahuate, al nacimiento de una nueva era en el año y con él, maíz, miel y flores.”
Antiguamente la fiesta, dice el maestro López, consistía en bailar en el Teocalli o centro ceremonial y de allí se partía al pueblo en grupos, repartiendo panes; los panes eran de maíz. En la época de la colonia los frailes incorporan la fiesta a la religión católica, y aprovechan para nombrar las Hermandades del Santo Entierro en la Octava de Corpus Cristi.
Las ofrendas de flores y cera que se llevaban ahora al Templo ya no eran en honor a Xochipilli; sino en honor al a Dios Sacramentado.
En la actualidad la fiesta del Xúchitl, inicia cuando amanece la víspera de la Octava del jueves de Corpus, repican las campanas, se tiran cohetones y se escucha música de teponaxtle y chirimía.
En casa del hermano mayor (persona encargada de organizar el Xúchitl), se reúnen los “principales y los no principales”, es decir el pueblo en general. La comitiva parte a la casa del panadero en donde reciben las hojaldras adornadas con banderas de papel china, ofrenda que en la época prehispánica consistía en pan, sal, miel y agua.
De la casa del panadero, el pueblo se traslada al palacio municipal, donde es deber del presidente, ofrecer tequilas, changuerongos y aguas de sabores. Acto seguido comienza la música y se baila el tlapaleoliztle.
Cuando ya se visitó a todas las autoridades y se entregaron todas las hojaldras, la hermandad se dirige a la plaza de armas, en donde se realiza “El Grito”, el cual es un ofrecimiento para que nuevos integrantes organicen la fiesta venidera. La fiesta del Xúchitl, es una de las tradiciones más antiguas de Zacatecas, la cual debe difundirse y fomentarse ya que nos conecta nuevamente con nuestra raíz prehispánica, de la cual hemos heredado un sinfín de conocimientos y valores. ■
*Espacio patrocinado por la Secretaría de turismo de Zacatecas/ Espacio de difusión de las Fiestas y Tradiciones del Mueso Etzcuincle