Anabel Hernández perjuraba nunca haber encontrado entre sus investigaciones tan famosas, que el nombre de Andrés Manuel López Obrador apareciera entre los murmullos y voceríos de los cárteles de la droga, si quiera alguna pesquisa, algún indicio, pero de repente y con motivo de las elecciones de junio de 2024, todo cambió y meses antes se volvió la más feroz de las activistas de la ultraderecha y con un discurso de verdad abusador y carente de toda credibilidad.
Xóchilt Gálvez, dos años antes de que le nombrara repentinamente candidata a la presidencia, arremetía contra priistas y panistas por “pasarse de trompudos” en el saqueo monumental de las arcas públicas por parte de militantes y funcionarios de ambos partidos y como la periodista Anabel, todo cambió, y se volvió en una furibunda defensora de todo lo que oliera al prianismo y hasta se dejó abanderar porque “ni candidato tenían” y ella se prestó para ello.
Yo acuso a Anabel Hernández de ser una infortunada infiltrada del crimen organizado de la misma DEA y de los tentáculos siniestros de la derecha del Yunque Panista y de las organizaciones fraudulentas del priismo que recibieron grandes cantidades monetarias para financiar golpes de estado y difamar constantemente a los morenistas y obradoristas ante el éxito rotundo con sus programas emergentes en amplias capas de la población mexicana eternamente desheredada y empobrecida.
Yo acuso a Xóchilt Gálvez de ser una eterna incorrecta y que su falso modelo de denuncia la hunde por las mentiras que enfila, acusando sin prueba alguna, la eterna retahíla: Badiraguato, el saludo a la jefita del mafioso mayor, para entonces, entendimos que ningún presidente se había atrevido a visitar ese municipio sinaloense y de donde brotaron los ejes magnánimos de los grandes narcos y que el chismógrafo nacional los hacia emerger, ante las escasas posibilidades de desarrollo, optaron por sembrar mariguana y amapola, como otrora el mismo gobernador Toledo Corro lo hacía en su sangriento sexenio.
Familia no es destino y en una de sus jiras el entonces presidente Obrador en sus planes de hacer caminos, programas sociales a los campesinos y comunidades agrícolas, fue abordado por la señora de 92 años y pidiéndole intercediera que ella pudiera viajar al vecino país para ver a su hijo encarcelado, ello provocó toda clase de comentarios que suponían y suponen aún, un pacto de facto con la mafia narca y una señal de impunidad a toda costa. Nada más falso.
Claritamente Obrador y Ahora la Presidenta Claudia esgrimieron: abrazos y no balazos a la juventud mexicana e inmediatamente la derecha facilota se coordinó para incidir que era abrazos a los narcos y ningún balazo para ellos; al tiempo, el obradorismo señaló que primero habría que atacar las causas y dar trabajo y ampliar los programas sociales, al igual turno que más de 12 mil cuentas bancarias de los poderosos cárteles fueron congeladas de los bancos, miles de detenidos en el territorio nacional, policías, soldados y marinos y guardia nacional caídos de manera heroica en combate cuerpo a cuerpo frente a los muy poderosamente armados 40 mil sicarios, grandes decomisos con la militarización de las aduanas, quema de toneladas de drogas.
Pero cae uno y se levantan 100, así es la historia del narco en el mundo.
Yo acuso a los partidos políticos de antaño de haber sometido al pueblo mexicano a la más atroz de las miserias y haber enriquecido a una estirpe de zánganos vividores que le hicieron daño a los más pobres de San Luis Potosí, Zacatecas y resto del país y yo acuso a jueces y magistrados por haber sido Cómplices de la mafia y el crimen de los cementerios clandestinos y de la tortura y del saqueo y del destierro y de la desaparición forzada de estudiantes y líderes obreros y campesinos.
Y yo acuso aquellos que se dedicaron en el hampa de la politiquería hacer los más cínicos ladronzuelos y que no fueron nunca castigados y que se enriquecieron de la manera más aberrante ante un pueblo que se moría literalmente de hambre y de frío por sus calles y colonias proletarias.
Y yo acuso a los intelectuales de café y a los poetas que, en lugar de tener sangre en sus venas, tienen aserrín en la cabeza y callaron arteramente ante las atrocidades de los cuerpos policiacos que reprimían mítines y huelgas he hicieron de las cárceles mexicanas verdaderos caldos de cultivo de nuevos delincuentes capaces de los más atroces crímenes masivos de lesa humanidad.
Yo acuso a Anabel Hernández de ser, bajo el amparo judicial corrupto y la plenitud de aclaración de acuerdos con lo más negro y sucio de la politiquería derechista, de ejecutar la infamia, el libelo, la deshonra y hacer siempre hincapié de manera esquizofrénica que ella “tiene testigos que no puede ni debe rebelar sus nombres” pero que con ello intenta engañar a la politizada opinión pública harta de sus traiciones y risibles posturas y manoteos en las cámaras como si fuera pantomima de una locura que el karma la ha de hacer pagar con su descrédito eterno.
Yo acuso a Xóchilt Gálvez de ser de la vieja guardia enfermiza del pripanismo ratero su más fiel mentirosa y sin imaginación alguna; la acuso de ser millonaria ilegalmente, de haber despojado mediante la estafa, las arcas de la administración pública y con facturas falsas, convenios y espaldarazos con funcionarios deshonestos y miembros altísimos de la academia de la infamia, la traición y la suciedad en la política nacional. Sus tristes apariciones parecen farándula de gandallas enfermizas.
Yo acuso y adjunto de los libros nuevos del orgullo nacional, las líneas sagradas que nos han de hacer invencibles ante tanto desmán y con las tareas urgentes por apoyar al gobierno nacional ante el atraso milenario de los pueblos mexicanos.