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miércoles, 14 mayo, 2025
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Pienso, luego marcho: por la crisis de la UAZ (I de II)

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Por: Víctor Peralta Del Riego • admin-zenda • Admin •

Soy un egresado a veces orgulloso, a veces no tanto de la Universidad Autónoma de Zacatecas. Quizá esta es una manera sana de relacionarse con las escuelas a las que uno fue. A menos que la escuela sea perfecta, uno debe ser capaz de sentirse mal por lo que ella hiciera mal, y como se sabe, la UAZ no es una institución perfecta ni administrativa, ni académica, ni humanamente (véase la opinión de mi FB-amigo Ricardo González, A lo Chino con la UAZ, periódico Imagen 11/oct/16). Quizá ninguna lo sea, dirán muchos (como lo sugiere mi camarada Ray Cárdenas Vargas en un estado de Facebook del día 12 de octubre del 2016, con motivo de una nota en donde se establece que la UAQ puede estar en los mismos aprietos que la UAZ).

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El fenómeno de la bancarrota es para muchos actores políticos algo así como el cisne negro: algo de lo que se puede hablar pero que realmente, realmente, no existe. De modo que cuando una autoridad federal o estatal les dice que no tiene dinero para la UAZ o lo que sea, ellos piensan que simplemente no les quieren financiar. Muchos de los más hábiles gestores se abocan a desentrañar la psicología y la política de las autoridades en turno, buscando saber por dónde llegarles. Admiración a Benito Juárez, a Vasconcelos u otra figura a los funcionarios tradicionales, si son estudiantes del ITAM, quizá lo que les guste es un proyecto de re-negociación de la deuda, o quizá si el secretario de hacienda en turno es un allegado a Manlio Fabio Beltrones, por poner un ejemplo, pues se pueda aspirar a usar a uno de sus compadres. Cuando un gestor se acerca a un secretario de hacienda que es política y abiertamente hostil a la filiación política del gestor, entonces este regresa con malas noticias, pero afirma: ¡nos quieren desaparecer! ¡vamos a pelear!

Me da la impresión de que muchos gestores se acercan las autoridades tratando de tener la secuencia correcta de botones a presionar, como si fueran a interactuar con una suerte de máquina. Los mejores gestores así se acercan a las autoridades con un estado mental muy semejante al de la manipulación. Los otros gestores que no creen en los cisnes negros, simplemente llegan con la espada desenvainada. Pero no entienden que la autoridad tiene como objetivo y carga, ser el más fuerte en el cuarto. Así,  gestores que presionan tratan de jugar a las patadas contra Sansón. Los que ya se enfrentaron a Sansón, y perdieron, pues ahora van a la autoridad en plan de derrota, a empeñar hasta a su madre. Cualquiera de las dos formas de emprender una gestoría es frustrante de inicio.

No obstante casi todas las personas están convencidas de una serie de ideas que implican material o probabilísticamente la existencia de los cisnes negros.

La primera, es que no hay humano infalible. Si esto es así, entonces puede ser que aunque sea por motivos de la falibilidad humana, no hay dinero suficiente para la UAZ. Pero si este fuera el caso, estas personas tendrían que aceptar que existe el cisne negro, nada más que no surge solito, sino por las indecencias humanas (p.ej. corrupción). En cualquier caso, hacer una gestoría con el que suelta los billetes es inútil, porque en bancarrota como están, ni ellos pueden ayudarles. Para terminar la corrupción hay que tocar la puerta de SEGOB y la de los poderes judiciales, para que encarcelen gente e invaliden actos de gobierno, asignaciones directas, y en casos extremos de corrupción, pues que cierren instituciones (por ejemplo, partidos políticos, pero también, por qué no, universidades públicas, caso de que padezcan problemas serios de corrupción y se opongan a combatirla efectivamente).

Segunda: si no hay humano infalible, entonces no hay sociedad de humanos infalible. Parece una obviedad, pero muchas de las bancarrotas pueden tener que ver con la responsabilidad humana agregada en sociedad. Todos sabemos que hay muchas cosas que cuando las hace uno mismo, no salen mal. Pero cuando hay dos personas o más, se complican. Planear una boda con sólo dos invitados, es muchas veces más sencillo que planear una boda con 1000 asistentes. Y aunque mover una tonelada de grava es más fácil entre mil personas que entre dos, esta clase tareas magnas tiene sentido, normalmente, sólo cuando hay mucha gente interesada y que ayuda para ese fin.

Tercera: los recursos del planeta son limitados. No ignoramos, nadie, que los recursos naturales de la tierra son finitos. Esto implica que existen los cisnes negros. Hay muchas cosas que no se pueden hacer sin destruir la vida sobre la faz de la tierra, por ejemplo, como sacar todo el oro del subsuelo, o hacer cultivable toda la superficie de la tierra, o transformar en superficie urbana cada centímetro de las selvas del mundo, o cosas así. Si sabemos que hay un límite a los recursos de los que podemos disponer para cualquier tarea, vale mucho la pena tener en mente que existen las bancarrotas, en especial si queremos respetar la ecología. A lo mejor esto no le llama la atención a muchos trabajadores y estudiantes de la UAZ, pero recuerden que mucho del dinero que la federación da a la UAZ proviene de la deforestación que hacen muchas empresas en Chiapas, o en Valparaíso, o en Tabasco para el petróleo, o ese dinero proviene de los impuestos que pagan los hoteles que quitan mangle en Quintana Roo, o del IVA que pagamos todos los ciudadanos de las urbes mexicanas. Sea físico, sea ecológico, hoy en día los recursos naturales tienen un límite que si nuestros derechos legales sobrepasan, tendríamos que declararnos en bancarrota tarde o temprano.

Cuarta: no es lo mismo el dinero, que los recursos. Todos hemos jugado Turista Mundial, o todos sabemos que una persona que pide prestado y nunca paga, puede endeudarse sin límite hasta que la muerte lo libere de la deuda. ¿De qué nos sirve que SHCP cuadruplique el presupuesto en dinero, si podemos comprar menos de la mitad de lo que comprábamos antes del incremento? Los venezolanos ganan según su propio país una cantidad digna de dinero al mes, pero lo que compran con ese dinero es tan poco que para efectos, es preferible usar los billetes como papel de baño. Si los más ricos del mundo decidieran gastar todo el dinero que tienen en sus cuentas de banco, la devaluación sería imparable. El dinero es deuda. Si el Banco de México incrementa “generosamente” el circulante del país, de modo que SHCP tenga billetes para repartir, podríamos ver un incremento en el presupuesto ordinario de la UAZ, pero sin poder comprar lo mínimo. Por este motivo, sabemos que puede haber bancarrota en los recursos, aunque nos dieran atole con el dedo en los dineros.

Quinta: nadie debe poder tomar una decisión que afecte a otros, sin su consentimiento. Esta idea es la más débil de todas las que presento aquí. Pero si lo ven del modo correcto, pueden notar qué tanto sentido común hay detrás. Imaginen que su hijo pequeño decide invitar a su fiesta de cumpleaños a todos los compañeros de la primaria sin consultarles a ustedes. El niño, popular como hay algunos, y más popular cuando promete tamales y atole gratis, podría meter en aprietos a la mamá y al papá. No es lo mismo hacer tamales para 20 que para 500. Así, si el contrato colectivo de trabajo de la UAZ se ha pactado entre el niño dilecto y los compañeritos del barrio, ese contrato podría no honrarse, debido a la insuficiencia de dinero para los tamales, o simplemente, la insuficiencia de harina para los tamales. Haber invitado sin saber a 500 en lugar de a 20, es un error, pero es un error peor tratar de darle la vuelta al asunto lloriqueando o haciendo un berrinche. Habrá padres que puedan vender algo para completar los tamales para 500, pero otros no. Y hay de situaciones a situaciones. De modo que aún el padre más dedicado y millonario, podría ponerle un alto al niño y enseñarle una lección: puedo pagar tamales para 500, muchos de tus invitados podrían estar hambreados, pero el dinero no es tuyo, de modo que si no lo pides con adecuadamente, no te otorga por más contentos que se pongan esos 500.

Así, los cisnes negros existen. La gestoría en un contexto donde hay cisnes negros debe ser inteligente y abierta, públicos los diálogos, los acuerdos, las ponderaciones, alternativas y las razones si son públicos los actores. En el siguiente texto, quiero proponer algunas ideas que no he  visto consideradas aún. ■

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