Las artistas Georgina Gómez y Belinda Vargas de Santiago compartieron una charla y parte de su obra con jóvenes estudiantes de la Universidad de la Vera-cruz, en la biblioteca Mauricio Magdaleno, en la que resaltaron que aunque se enfrentaron a diferentes barreras, lograron destacar y mostrar su obra en galerías nacionales e internacionales.
Georgina recibió influencia cultural por parte de sus padres. En casa escuchaba música clásica, o le proponían que escribiera, lo que le servía para expresar sus sentimientos, además de que se hizo amante de la poesía.
Creció, se casó y tuvo cuatro hijos. Sin embargo, tenía la inquietud de seguir estudiando. Estudió inglés, y no había concluido la educación secundaria. Y también pensó en estudiar ciencias químicas.
“Pero estaba casada, y eso me ponía ciertos límites, como iba a estudiar si tenía cuatro hijos como iba a estudiar casi todo el día”, comenta Gómez. Y eso la obligó a dejar los estudios. Posteriormente ingresó a un diplomado de cultura en el Instituto Zacatecano de Cultura.
Su esposo le propuso que siguiera en la pintura sólo como hobby, pero ella decidió que dedicaría su vida a este arte. Y actualmente ha expuesto su obra en varios estados del país, y en otros lugares del extranjero.
Para Belinda, poder enfrentar los obstáculos tanto culturales como a un sector de hombres, es a través del trabajo y la disciplina. “El artista siente esa necesidad de gusto propio de buscar y explorar otras disciplinas, pero tiene que creérsela”, dice.
Belinda inició en el arte desde pequeña, pues su madre se dedicaba al arte, y en una época, vivió en San Luis Potosí, donde acudió a clases de pintura y descubrió que le atraía formar líneas con brochas anchas. Aunque se ha convertido en artista multidisciplinaria, pues en esa búsqueda ha encontrado otras formas de expresión, como la fotografía,
