Los que en esta ciudad habitamos, unos desde hace ya muchos años, otros no tanto, hemos observado cómo las calles, callejones, plazuelas y avenidas se transforman, pero no han perdido su rostro original, conservan en él los años de historia que transmiten al turista y a los habitantes de la bizarra capital, una historia cubierta de riquezas logradas con sangre, que han servido para darle a la ciudad los títulos de los que todos deberíamos de sentirnos orgullosos, hasta los grafiteros, que tiempo se dan para destruir no solamente las paredes de calles en distintas colonias, sino que ya se les ve con mayor continuidad en lugares céntricos haciendo de las suyas.
Si el título llegara a perderse, no se debería a descuidos de autoridad alguna, porque programas para mantener viva la ciudad los hay y los habitantes de la misma, al igual que los visitantes del estado, de las entidades federativas del país y de algunos países del extranjero, tenemos más o mayor obligación de conservar lo que nuestros antepasados nos han dejado en edificios cargados de cultura por el lado que usted los quiera ver, mirar u observar.
Que mucho tiene que ver en ello el bienestar social de las y los zacatecanos tal vez sea cierto, pero en todos esos nombramientos que llegaron, todos y cada uno de nosotros tenemos nuestra propia responsabilidad. Desde la basura por las calles, o las zanjas enormes que deja el personal de la Junta Intermunicipal de Agua Potable y Alcantarillado en calles y callejones, o el taxista que con vocabulario un tanto soez y nada deseable, no informa al turista nacional o extranjero que trata de saber más de la historia de la ciudad, del estado y sus añejas riquezas.
De lo poco que se tiene en el estado de gran valor, es la bizarra capital y quienes tienen también grandes responsabilidades, no importa el nivel o lugar en que se encuentren, tienen esa responsabilidad de cuidarla, al igual que los cinco Pueblos Mágicos que son orgullo de todas y todos los zacatecanos. A esta riqueza que tenemos, habrá que agregarle otra más y no menos importante: los suelos productivos que año tras año se van a causa de las fuertes tolvaneras o los grandes arrastres ocasionados por las torrenciales lluvias, cuando las hay. En este punto, Gobierno del Estado a través de la Secretaría del Campo, hace esfuerzos enormes, respaldados por la Comisión Nacional de las Zonas Aridas, para que esas tierras ricas sigan firmes en la producción de granos básicos, frutales y forrajes, sobre todo ahora que el clima tuvo un comportamiento muy diferente al de los últimos tres años.
Dicen que este 2013 ha llovido de más, aseveración que se puede rebatir y echar por tierra muy fácilmente, porque ya nos habíamos desacostumbrado, como sucede en las percepciones de la seguridad y la inseguridad, dos puntos que brillan y a los que la sociedad los mira de una forma y en la procuraduría de Arturo Nahle, sus huestes y corifeos las miran de otra manera. Y al final del túnel, aun cuando la luz se empieza a ver con mayor intensidad, no todo está dicho, apenas se inician las acciones en los campos municipales y habrá que esperar, no mucho tiempo, para poder decir con la mayor de todas las seguridades, que Zacatecas, con sus 58 municipios, se enfila hacia la ruta del progreso, al tiempo, solamente habrá que esperar.
El cambio del rostro del campo zacatecano, está en ese paso del cambio definitivo, porque esa maquinaria adquirida por los agricultores de Sombrerete, Río Grande y Miguel Auza principalmente, se ha multiplicado y ya están comprobadas sus bondades en cuanto al manejo de la cosecha, desde el corte, la trilla y hasta llegar al encostalado del producto. En esas tierras productivas que año con año se deterioran y que los mismos campesinos deben de cuidar, trabajan unas 300 trilladoras, que habrán de levantar este año una cosecha de 350 mil o más toneladas del frijol, que con seguridad llegará a los mercados de dos países: Brasil y Venezuela.
Se trata de tecnificar al campo para que haya una producción limpia y de calidad, de tal manera que ese grado que tienen los frijoleros, de hacer de Zacatecas el primer estado productor de frijol y de colocar a México como un gran productor de este grano, se entrelace con el del mejor frijol con la mejor calidad, eso, obviamente, será vital para darle valor agregado al producto, lo que redundará en mayores ingresos para las familias del medio rural y el fortalecimiento de la economía estatal.
Ahora que se habla de mayores recursos para el campo, aplicables en las tareas del próximo año, los campesinos deberán de ponerse las pilas, parar oreja y presentar proyectos viables, rentables y deberán de aprovechar los apoyos y programas de la Secretaría de Agricultura, Ganadería, Desarrollo Rural, Pesca y Alimentación y los de Gobierno del Estado a través de la Secretaría del Campo, aglutinarse en las organizaciones campesinas vigentes y exigirles mayor organización y capacitación porque ahora sí los campesinos han abierto los ojos y han visto que no todo lo debe de hacer el gobierno ¿O usted, qué cree camarada?
Hasta aquí mi comentario, nos veremos en la próxima entrega. ■