La ruta de los desplazados es larga, porque parece que la distancia entre la angustia y la incertidumbre no se acorta jamás. Al menos la de Oksana, su bebé Mark, su hija Sofía y su hijo Nikita desde Ucrania hasta Zacatecas así ha sido. Vienen huyendo de la guerra que su país mantiene con Rusia y la ciudad se les ha abierto como un refugio en el que habita otra ucraniana, Svitlana Maksymenko, quien se ha convertido en un faro de luz en medio de la oscuridad que el humo de las bombas ha dejado en su memoria.
“Viven en una ciudad chiquita, a cuatro horas de la capital, Kiev”, dice Svitlana, quien es doctorante en la Universidad Autónoma de Zacatecas y residente en la ciudad desde hace ocho años y los ha acogido. Oksana y su esposo son instructores personales de un gimnasio; Nikita es el mejor de su clase en la materia de matemáticas y Sofía quiere ser arquitecta “está dibujando hermoso”, pero desde la ofensiva rusa iniciada en febrero pasado la vida de ellos cambió: los padres perdieron el trabajo y los adolescentes dejaron de ir a la escuela. Ellos han llegado a México, pero su padre tuvo que permanecer en Ucrania viviendo el horror de la guerra.
La ruta fue larga, cuenta Svitlana: el 8 de septiembre tomaron el tren en la frontera con Polonia y realizaron un viaje de casi 24 horas, con intervalos de largas detenciones en cada límite entre países para revisarles sus documentos y maletas hasta llegar a Praga, para luego pasar a Munich, la capital alemana, desde donde volaron hacia Francia y continuar por aire directo hasta la Ciudad de México, donde pernoctaron una noche antes de embarcarse en un camión terrestre hasta su nueva casa, Zacatecas. Un viaje largo.
Con la guerra a cuestas, en las maletas cabe poco. Han dejado todo atrás y ahora con la ayuda tanto de autoridades universitarias como legislativas buscan apoyo para comenzar: dinero, “una chamarrita”, juguetes para el bebé. Svitlana quiere ofrecerle trabajo a la madre como instructora en un gimnasio, pero habrá que esperar hasta tres meses. La urgencia ahora es obtener dinero para comida, porque el viaje, parece, ha terminado aquí, pues no hay intenciones de cruzar la frontera.
BUAZ acoge a Sofía y Nikita como estudiantes
La mañana del lunes, el Rector de la BUAZ, Rubén Ibarra Reyes, recibió a la familia en las instalaciones de Rectoría y luego de una breve reunión anunció que la Máxima Casa de Estudios dará refugio como estudiantes a Sofía, de 17 años, y Nikita, de 11, en los niveles de preparatoria y secundaria, respectivamente, esto luego de la mediación de Svitlana y la solicitud de la propia madre, Oksana.
En un comunicado, se informó que Ibarra Reyes consideró que más allá del conflicto político y bélico que pueda existir entre las naciones, independiente de eso, la Universidad apoyará en términos humanitarios a los niños que, con sus familias, huyen de este tipo de conflictos, pues la Universidad, dijo, no puede estar al margen del escenario geopolítico, pero sí debe priorizar siempre, con un sentido de humanidad, a todos aquellos niños jóvenes, familias que se encuentran en una situación compleja en el mundo.
Sofía y Nikita, explicó el Rector, tendrán la oportunidad de estudiar español, en la Licenciatura de Lenguas Extranjeras, además de sus estudios de preparatoria y secundaria; y podrán también acceder a los comedores estudiantiles, porque es parte de la característica de la inclusión en la Máxima Casa de Estudios con niños y adolescentes extranjeros desde hace varios años, cuando los casos de repatriación de mexicanos debido a políticas migratorias estadounidenses.
Diputado pide ayuda de la comunidad para refugiados
En conferencia de prensa celebrada este martes en el recinto legislativo, el diputado de carácter migrante, José Juan Estrada Hernández, hizo un llamado a la sociedad zacatecana y a la comunidad migrante para que apoyen “con lo que puedan” para ayudar a esta familia migrante. Dijo que se necesita dinero en efectivo, para lo cual se abrirá una cuenta; ropa, zapatos, comida no perecedera y quien le pueda ofrecer a la madre un trabajo en el ámbito deportivo.
De acuerdo con Estrada Hernández, la familia tiene intenciones de permanecer en México donde ya ha pedido refugio, por lo que se solicitará al Instituto Nacional de Migración el proceso de todas sus formas migratorias, además de que se contactará a la embajada ucraniana en México para solicitar también temas de documentación, ya que Oksana salió sin su acta de nacimiento.
“Es un honor para nosotros que hayan venido a Zacatecas, a pesar de la situación que vivimos, todavía es un lugar bonito para vivir, hacer vida y donde la gente puede venir a desarrollarse”, dijo el diputado, quien agregó que en Zacatecas hay cerca de 3 mil extranjeros desarrollándose y viviendo aquí, además de que como migrante se entienden perfectamente de por qué huyen. Finalmente precisó que se estará recibiendo ayuda en la Legislatura y en su casa de gestión, ubicada en la calle del Estudiante número 100, frente al Monte de Piedad.
