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domingo, 20 abril, 2025
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¿Qué defienden quienes atacan los libros de texto?

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Por: José Luis Pinedo Vega •

¿Defienden el nivel de la educación básica que hemos tenido durante décadas? Es decir, ¿Se enorgullecen del nivel de nuestra educación? 

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Lo que es no saber gran cosa de la problemática de la educación en México, de no saber cómo es nuestra educación respecto a otros países; lo que es no saber a lo que tienen que enfrentarse millón y medio de maestros para tratar de educar a una sociedad a contracorriente.

La educación es gratuita en las escuelas públicas, pero tienen un costo nada despreciable para el país que se debate en el semidesarrollo, y por tanto es bueno que nos preguntemos si esa inversión es suficientemente redituable en términos académicos, culturales, sociales y productivos. La educación se ha dejado a la inercia por décadas. Y por fin un gobierno pone el dedo en la llaga. Nuestra educación no es buena, y no es buena a todos los niveles. Sin embargo, puede ser mucho mejor o cuando menos debe intentar ser mucho mejor. Y para mejorarla hay que comenzar desde abajo, desde la educación primaria. Y los nuevos libros de texto, -elaborados por especialistas, que recogen experiencias internacionales, que se están llevando a cabo en países de primer mundo- son un intento de no dejar las cosas como están. Si otros países están revisando continuamente su educación ¿por qué a México se le quiere impedir el derecho a hacerlo?

Muchos factores influyen para que la educación no sea buena. Entre otros: las influencias del internet, de la televisión, de la actividad social; del desdén de infinidad de padres de familias que toman a las escuelas como guarderías para desentenderse de los hijos, mientras trabajan o mientras están ocupados de las redes sociales o de sus relaciones. 

A la política, poco le había importado el cuestionar si es buena o mala. Más bien, como que se trataba de que no fuera buena, de que todos tengamos un nivel ínfimo, para tan solo ser una masa laboral sin mucha preparación, que solo aspire a ser empleados y se pueda conformar con trabajos temporales y/o mal pagados.

Quienes estamos en educación superior, vemos año tras año la llegada a nivel superior de estudiantes que a pesar de que han transitado por los niveles básicos, tienen una mente de teflón y no retienen prácticamente nada. A nivel universitario pocos tienen la costumbre de pensar, de analizar, de reflexionar, de criticar. En áreas técnicas, pocos dominan las operaciones básicas sin ayuda de la calculadora. Entre los aspirantes a ingeniería, hay muchos que no saben despejar mucho menos dominan las matemáticas de nivel medio… Y así muchos llegan hasta nivel posgrado nadando de muertito, atenidos a que Google “lo sabe todo” y es quien los saca de apuros, si es que llegan a apurarse.

No quiere decir que no haya inteligencia en México, lo que quiere decir es que gran parte de la inteligencia se ha escapado entre los dedos de la educación y que en gran medida lo que se hace es simular, es jugar a la escuelita. Tenemos, como toda sociedad, niños excepcionales, incluso superdotados, autosuficientes, que no necesitan mucha conducción y donde los pongas rendirán de manera excepcional, y esos dan la cara por el nivel de la educación en México, pero esos niños son muy pocos como en toda sociedad. El problema, no es educar a los sobresalientes, el problema es educar una sociedad.

Y para que haya cambios, se necesita comenzar desde abajo. Los nuevos libros de texto, tal vez no sean la solución, pero al menos es un intento serio de modificar las cosas.

Guevara Niebla, un académico quien durante décadas se ha colado entre la gente de izquierda y ha vivido de la izquierda, en un extenso artículo publicado en el Universal, hace una serie de suposiciones, y añorando la Reforma Educativa de Torres Bodet de 1945 (sic), acusa que el verdadero fondo de los nuevos libros de texto es: condenar a la sociedad capitalista, combatir a la sociedad moderna y a la cultura moderna, sustituir al alumno por la comunidad. Acusa que el pensamiento implícito es antiliberal, anti-individualista, que se está contra la libertad y contra el individualismo, que el ciudadano desaparece de los libros de texto, que lo que hay en su lugar es el hombre natural, que se trata de impedir que los niños se adapten a una vida moderna; que se trata de destruir nuestra cultura. Señala, que en el libro Múltiples lenguajes se le dice al niño que “el lenguaje es parte de la naturaleza, viene con nosotros desde que nacemos, igual que las montañas, los ríos, los arboles todo forma parte del lenguaje, las nubes adquieren formas que te quieren trasmitir algo, los arboles también, el mundo está poblado de múltiples lenguajes”, y acusa que eso es una vuelta al mundo salvaje de Rousseau, y que es una renuncia a la civilización y un regreso a la naturaleza”.

Comenzando con esto último, ¿qué de malo tiene? Ante la extrema sequía de este año y sus consecuencias, sería muy importante que todos tengamos conciencia de la preponderancia del valor de la naturaleza.

La sociedad moderna, es la que tiene al borde del colapso al planeta con la destrucción de los bosques, del medio ambiente, de la atmosfera y en general la responsabilidad en los cambios climáticos. La civilización moderna es justamente la que no ha cultivado conciencia del daño que la sociedad capitalista y su modernidad, le ha hecho al planeta.

Dudo que las intenciones de los nuevos libros de texto tengan el propósito que acusa Guevara Niebla, pero si así lo fuera yo invitaría a aplaudir esa intención. 

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