Etimológicamente y desde un punto de vista histórico, un preceptor no es sino el profesor responsable o encargado de trasmitir las ordenes, leyes o tradiciones -agregaríamos, programas de estudios- que tienen que ver con la instrucción. Relativo con la primera enseñanza, los preceptores acompañaban y orientaban la educación de niños y jóvenes que acudían a tomar clases en las escuelas de primeras letras. Como categoría histórica, la figura del preceptor surge y esta presente durante la ilustración. En México, hasta muy avanzado el siglo 19, a los profesores de escuelas elementales se les designaba con el nombre de preceptores.
Sobre las dos escuelas públicas municipales sobre las que en colaboraciones anteriores nos hemos referido, su origen o establecimiento se remonta al auto fechado el 22 de mayo de 1786, mediante el cual las autoridades del Ilustre cabildo, justicia y regimiento de la ciudad dieron posesión del título de rector al bachiller José Manuel Silva y del cual el comisionado de las temporalidades, don Pedro Morando acusó recibo el 29 de ese mismo mes y año. El dictamen o auto (instrumento jurídico) en cuestión determinó que se mandaran fijar edictos mediante los cuales además de convocar a oposición la cátedra de gramática, se abría el concurso a los sujetos interesados en ocupar las “preceptorías1 de leer, escribir y aritmética”, a fin de que comparecieran a presentar los exámenes respectivos, los qué una vez verificados y revisados los méritos, grados y demás requisitos de los interesados se les otorgasen las plazas respectivas.2
Desde su llegada a la ciudad de Zacatecas, don Pedro Morando, se había auxiliado para realizar el trabajo que la regencia le había encomendado, del diputado y procurador general del Ayuntamiento, don Antonio Martínez Cosió. En el despacho que éste último entregó al comisionado el 12 de julio del año anterior, dirigido a la Audiencia de Guadalajara, se asienta que por informe del señor fiscal menos antiguo, “el Cabildo, Justicia y Regimiento de Zacatecas” le propuso a la máxima autoridad del Reino, mediante una carta, los nombres de los “sujetos idóneos” para que se hicieran cargo de las cátedras de gramática y retórica que necesitaba el Colegio y de los preceptores para las escuelas de primeras letras.
En la consulta para proponer a los maestros de las escuelas realizada por los funcionarios del Ayuntamiento, se manejaron los nombres de Nicolás García y Vicente Rodríguez para una de ellas, y para la otra, a Ignacio Ramírez y Fernando Villalta.3 La opinión del regidor alguacil mayor, fue que para que los pupilos tuvieran una mayor comodidad y un mejor logro de la enseñanza, en una de las dos escuelas sólo se enseñara a leer y los preceptos de la doctrina cristiana; y en la otra, los niños aprendieran a escribir y contar.4 Proponía a García y a Rodríguez para que se hicieran cargo de la de lectura y doctrina, y a Ramírez y Villalta, para las clases de escribir y aritmética.
Referencias:
1 Esta palabra se deriva del concepto “preceptor”, término con la que se conocía al finalizar el siglo XVIII y buena parte del siguiente al oficio o profesión de enseñar, a la actividad de maestro de escuela de primeras letras.
2 ARHZ, “Auto en el que se da posesión del título de Rector del Colegio San Luis Gonzaga al Bachiller José Manuel Silva”, Caja 13. 22 de mayo de 1786.
3 Ibid., fjs. 6 y 6 v.
4 Ibid., fj. 6.
