Quizá como sociedad hemos dejado de lado las acciones y profesiones que en verdad tienen valor, para reconocer sin muchos méritos objetivos a quienes a dar espectáculo se dedican. Desde aquel político improvisado y rupestre, hasta a los futbolistas locales e internacionales, mismos, ambos (políticos y futbolistas, por poner un ejemplo), que ganan sumas estratosféricas, por ejemplo, lo que gana un senador de la República o lo que gana Leonel Messi, que es algo así como 7 millones de pesos cada 24 horas. Y no es que no deban o puedan ganar bien, simplemente hago una reflexión global de las prioridades que el mundo tiene en cuanto a reconocimiento de capacidades. Soy un convencido de que un político o un funcionario con altas responsabilidades debe ganar bien, entendiendo el “bien” como lo suficiente para no pasar ningún tipo de carencias, tal vez un poco más para que las tentaciones no lo doblen, pero no el exceso del que hoy gozan muchos legisladores improductivos, por ejemplo. Lo de los futbolistas sí es algo que va más allá de cualquier razonamiento lógico, porque no puede ganar más plata un deportista que un Doctor, un médico de la salud, y eso, hoy con la pandemia encima, lo estamos apenas reconociendo.
Mariana Sánchez, la doctora recientemente asesinada en una comunidad de Chiapas que hacía su servicio social en condiciones de terror, tal vez sea la muestra que nos dibuje de cuerpo entero la situación por la que atraviesan muchos médicos, quizás no todos, pero seguro estoy que la mayoría tiene que subir la empinada cuesta del éxito que antes aseguraba estudiar la carrera de medicina humana. Mariana fue enviada a una comunidad tan retirada al interior de Chiapas, que el internet no era constante ni de calidad, fue enviada allá bajo los criterios que las autoridades encargadas tienen y que muchas veces dejan en el completo desamparo a los médicos pasantes, como en este caso. Mariana le comunicó a su madre que vivía en condiciones deplorables, que el cuarto que la clínica le dotó no contaba ni con pintura en las paredes, había cucarachas y había que atravesar a obscuras un terreno baldío que quedaba camino al baño. Además, le contó que sufría acoso por parte de un compañero de trabajo, mismo que llegó al grado de violar la cerradura de su cuarto para meterse a su cama e intentar manosearla sin éxito, por la resistencia que ella puso. Al día siguiente, la joven doctora presentó su renuncia en la clínica donde desarrollaba su servicio por un sueldo de tres mil pesos al mes, la renuncia no fue aceptada, al día siguiente le llevaron unos tamales y le dijeron que se tomara unos días de descanso para superar el trauma”, cuenta su madre. Las autoridades sanitarias y universitarias de Chiapas han enviado un comunicado rechazando que ellos tuvieran conocimiento de un caso de abuso sexual. Mariana murió en condiciones muy extrañas, apareció colgada de unos cables dando la impresión de un suicidio, pero la realidad es que los hechos y las actitudes negligentes de las autoridades se encaminan a prefigurar un asesinato, un feminicidio… otro más, uno que indigna igual pero que gracias a la presión de la sociedad civil y de su gremio, ha logrado ser una noticia nacional y ha obligado a las autoridades a reabrir el expediente, mismo que ya tenían archivado, así como tendrán que declarar porque el cuerpo de Mariana fue cremado sin ningún permiso familiar.
La pandemia de COVID ha revolucionado al mundo, lo he dicho antes ya en este espacio, lo que un día fue no será… y el virus ha exhibido a los sistemas de salud del planeta, por supuesto el de México no es la excepción, en este momento no pretendo calificar yo, más allá de mi opinión que me reservo, el que hacer del gobierno frente a la pandemia, ya el tiempo y la historia se encargaran de decirnos si la estrategia fue la correcta, aunque desde acá la cifra de muertos comienza a heder. Lo que es importante destacar es que hasta ahora nos dimos cuenta de lo importante que son los médicos en una sociedad, son la materia prima del sistema de salud de un país y tal vez, una de las profesiones más complejas para su estudio; como a todas las demás profesiones, la competencia voraz le ha pasado factura al gremio de médicos y lo que antes fue bastante lucrativo bajo un esquema cómodo de: plaza de médico por la mañana en una institución de salud pública y por la tarde despachar de manera privada en un consultorio propio, ahora la mayoría de los médicos no logran entrar a alguna institución pública, los que entran ganan poco y los que quedan fuera se disputan la titularidad de los consultorios de las farmacias similares.
Hace falta un reconocimiento social por parte de los mexicanos al personal de salud y un nuevo esquema de trabajo y mejores condiciones e incentivos por parte del gobierno hacia con los Doctores.
