Podemos afirmar que se trata
del retorno triunfal de la telecracia,
vestida ahora de benefactora pública.
Luis Hernández Navarro
La Jornada. México. 11/08/20. P. 15
Considera Ken Robinson, escritor británico, conferenciante y asesor internacional sobre educación, a la creatividad como elemento fundamental para la calidad de la enseñanza y la innovación; hace saber que los niños por naturaleza son creativos, solo que, en cierta medida, muchos docentes les coartan esa creatividad sometiéndolos al trabajo de contenidos curriculares que en ocasiones son tediosos, aburridos y de poco interés para el educando –algo así como que se les discapacita su capacidad-. Tal vez si a los niños indígenas se les dejara fuera de la educación formal, serían más creativos en comparación con los niños que cursan una educación “regular” –parece descabellado este supuesto, sin embargo, puede ser posible-.
La creatividad juega un papel importante en el proceso educativo, todo sujeto pensante, alienado por un sistema educativo, es, además, sometido a intereses ajenos a los propios educandos; por algo Jorge Luis Borges aseveró que su educación se había visto interrumpida cuando el entró a la escuela. Es por ello, que siempre existe el lamento eterno de parte del sistema educativo oficial –no social- de que los aprendizajes no son los esperados y, publican su desastrosa numeralia, culpando de ello a los docentes, docentes que la misma oficialidad “formó”……. Entonces, ¿Quiénes son los responsables –incluso culpables- de todo este estado de cosas que pasan en el sistema educativo?
Si decimos que por naturaleza el ser pensante es creativo, y que quien coarta esa creatividad es el sistema educativo mal intencionado, que responde solo a intereses ajenos a los educandos, lo hacen mediante la imposición de modelos curriculares fríos y sin sentido, usan como instrumento represor a los docentes que institucionalmente se les consideran como sujetos de normas, no como seres creativos. El sistema de gobierno y el social son diferentes, los maestros son sujetos sociales, libres de pensamiento pero reos de normas que les impiden tomar decisiones de manera autónoma, nuevamente, las autoridades educativas y gubernamentales de una manera vertical e irracional, argumentan que los maestros deben respetar las leyes y las normas. Bajo esta lógica, podría aseverar que muchos maestros discapacitan la creatividad de sus educandos puesto que, les discapacitaron la de ellos, ante esta tremenda problemática, el antídoto es que se genere una nueva corriente de pensamiento en el ámbito educativo, misma que legitime socialmente una nueva dinámica, más justa y equitativa, –defina usted estos términos-.
Todo lo anterior tiene que ver mucho con el marcado rezago educativo que sufren los indígenas y que se extiende también a toda la comunidad estudiantil del país. ¿A quién se le puede atribuir esa falta de creatividad?, tal vez si se le diera libertad a todos los docentes para que, se hagan valer de los medios que están a su alcance, estos serían más creativos en el ejercicio de su profesión y, los resultados serían de mayor satisfacción. Sin embargo, a la fecha, lo único que vemos es un gran desánimo de parte de los docentes y desinterés de pate de los alumnos, además, de los padres de familia; en el contexto marginal –indígena-, la calidad de la educación ha caído estrepitosamente.
Hablando de creatividad, las flamantes autoridades educativas con su característica postura tradicional –centralista y autoritaria-, señalan que como única alternativa es el considerar a las clases en línea ante el Covid-19. De esta manera es como se pretende dar marcha atrás a lo que, por mérito propio, han construido las comunidades marginadas –indígenas o no-; perversa e irresponsablemente, de nueva cuenta, serán excluidos. ¡No se puede implementar el diseño racista y colonial que anuncia la Secretaría de Educación Pública!, es indispensable escuchar a los pueblos para que ellos digan qué saberes y tradiciones necesitan fortalecer.
Los indígenas, en comparación con los mestizos, son los más desfavorecidos en cuanto a los beneficios educativos, es inadmisible el hecho de que la Secretaría de Educación asevere que todas las alternativas que se han implementado, han funcionado…… eso es falso, solo por mencionar un medio –la televisión-, de ella, habla con tanta desfachatez el Secretario de Educación Pública, comparándola como un símil de un centro educativo. La televisión no llega a los lugares más apartados, y a los que llega, este medio no educa, no promueve la formación crítica de los alumnos, solo los aburre y les hace perder el tiempo, lo que hoy día se le pueda llamar como educación híbrida, es algo así como las semillas híbridas; un producto estéril. El programa “Aprende en Casa II” que institucionalizó la Secretaría de Educación, ignoró vilmente miles de experiencias pedagógicas y didácticas que profesores de todo el país desarrollaron con imaginación y compromiso social.
Concluyo, contamos con un sistema educativo que no cumple con su cometido –el bienestar de una sociedad-, donde las autoridades educativas toman decisiones de manera unilateral, sin siquiera contar con un diagnóstico contextualizado, más grave aún, no se toma en cuenta la opinión de los actores del hecho educativo –maestros, alumnos y padres de familia-.
