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viernes, 29 marzo, 2024
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Falta una política de Estado transversal en materia ambiental (Parte 1 de 2)

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Por: Juan Humberto Urquiza García •

En los últimos meses los ciudadanos hemos presenciado un fuerte debate por los recortes presupuestales en distintas áreas gubernamentales, que han sido justificados con distintos argumentos, en algunos casos aceptables y en muchos otros no. Estas medidas alcanzaron a las dependencias gubernamentales encargadas de instrumentar las políticas de cuidado y protección de la naturaleza de nuestro país como la Semarnat y la Comisión Nacional de Áreas Naturales Protegidas, instituciones que han trabajado durante décadas en el cuidado y conservación de la naturaleza; estos recortes se sumaron a las medidas regresivas que en los últimos años distintos gobiernos han implementado. Sin embargo, la regresividad en las políticas ambientales, como se verá a continuación, es un problema histórico.

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Durante la segunda mitad del siglo 19, en distintos diarios de circulación nacional se podían leer las críticas de los ciudadanos al gobierno federal por su falta de atención y acción para frenar la desforestación que experimentaba nuestro territorio. Los cuestionamientos advertían las repercusiones que la pérdida de cubierta forestal tenía para la salud pública, el clima, la hidrología, el desarrollo agrícola e industrial de nuestro país. La presión ejercida desde distintas tribunas logró que el gobierno de Porfirio Díaz incluyera, en la Ley de enajenación y ocupación de terrenos baldíos de 1894, el reglamento para la explotación de los bosques y terrenos baldíos nacionales y permisos de caza y pesca. Ésta fue la primera normatividad nacional que tuvo como objetivo la conservación de los recursos naturales de nuestro país.

A mediados 1894, basándose en el reglamento para la explotación de los bosques, se declararon las primeras reservas forestales de la nación, éstas incluyeron las zonas boscosas en el estado de Chihuahua y los bosques de los ríos Chixoy, Usumacinta, Lacantum y Chajul en el estado de Chiapas, entre otras. Con estas medidas el gobierno de Porfirio Díaz intentó responder a las críticas, pero distintas voces, tanto de las letras como de las ciencias, las vieron insuficientes para frenar los abusos que las compañías particulares hacían de los bosques nacionales.

Las medidas jurídicas impulsadas por el gobierno no dieron los resultados esperados. Para revertir esta tendencia, en septiembre de 1904 el gobierno de Porfirio Díaz creó la Junta Central de Bosques (JCB). Este órgano se encargó de instrumentar distintas medidas prácticas en todo el país para enfrentar la pérdida de la cubierta forestal y los problemas ambientales que provocaba. Los trabajos desarrollados por la JCB se enfocaron en crear las primeras escuelas forestales prácticas y los viveros nacionales, entre los que destacaban el vivero Central de Coyoacán. En esos espacios se sembraban los miles de árboles que posteriormente se utilizaron para reforestar distintas regiones del territorio nacional.

La creación de la JCB le permitió al país avanzar en los trabajos de conservación de los bosques nacionales, esto gracias a la relativa autonomía que la Junta tenía de las dependencias de fomento agrícola. Sin embargo, el 27 de diciembre de 1909 el gobierno de Porfirio Díaz decidió crear la Dirección General de Agricultura, que absorbió los trabajos forestales. Así, las políticas enfocadas a la conservación silvícola tuvieron un retroceso importante al desaparecer la JCB y crear el Departamento Forestal que dependía de la Dirección General de Agricultura. Desde la perspectiva de los expertos forestales del periodo, el Departamento Forestal dejó de ser operativo porque el único interés de la Dirección General de Agricultura era expandir la frontera agrícola en detrimento de la conservación de las masas forestales. La extinción de la JCB fue la primera medida regresiva en materia ambiental de nuestra historia, con lo que las políticas de conservación de los bosques fueron supeditadas a las de fomento agrícola en terrenos forestales que no eran apropiados para desarrollar actividades de cultivo. ■

* Investigador de la Coordinación Humanidades-UNAM
Coordinador del Proyecto PAIIT IA401220

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