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viernes, 19 abril, 2024
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La Utopía en el Hogar (25): Agridulces dieciséis, Ciudadela del Arte

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Por: Jorge Humberto De Haro Duarte •

Después de veinticinco semanas de haber iniciado con la observancia de las reglas, que algunos solo toman como referencia para no dejarse “manipular” por aquellos que se preocupan por mantener los contagios controlados dentro de la pandemia que azota a todo el mundo. Siempre habrá varios que en su afán de contradecir lo que tenga que afirmar cada autoridad real o imaginada para mantener una línea de comportamiento que al menos parezca ligeramente adaptativa y que tenga que ver con el bien común. El viejo adagio de que los únicos chicharrones que truenan son los propios y los de los demás deben, eso sí, atenerse a las reglas que no se respetan por los aguerridos críticos de todo y dadivosos de nada.

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Donde más se ha visto relajada la disciplina es a la hora de organizar festejos de cualquier tipo, no cabe duda que en todas partes nos encanta el alboroto y más si es en medio de la fiesta. A casi seis meses de haberse decretado el cese de amistades interactivas, aglomeraciones públicas de todo tipo y, sobre todo, convivios fandangueros como cumpleaños y aniversarios. Respetando obligaciones propias de la nueva realidad, la mayoría de la gente ha visto inhibida la celebración de tradiciones añejas, que lo mejor es no mencionarlas para que no le den calambres al espíritu y empiece la gente a convulsionarse sobre vidrios rotos, como dijera en días pasados el Pavarotti de las letras en México.

El Centro Cultural Ciudadela del Arte, perteneciente a las instituciones que dependen del Instituto Zacatecano de Cultura, “Ramón López Velarde” andaría de manteles largos por haber cumplido sus primeros dieciséis de existencia. La Ciudadela del Arte, como se le llama entre la gente que la conoce o la tiene como marco de referencia, es un espacio donde siempre hay esa sensación de que algo bueno relacionado con la cultura y el arte está ocurriendo; lejos de la pompa de eventos de gran trascendencia, como muestras, congresos, diplomados, ferias de libros, temporadas de cine, escuelas de verano, conferencias, presentaciones de libros, congresos especiales de temáticas alternativas, conciertos, talleres -muchos talleres-, grupos de teatro, exposiciones de arte de todo tipo y un montón de cosas más que no caben en una nota de opinión en La Jornada Zacatecas. Bueno, hasta eventos sociales, sesiones fotográficas y reportajes especiales se dan por ahí.

Además, hay una incesante participación tipo hormiga, donde grupos artísticos, estudiantes de diversos niveles interesados en el arte y uno que otro aventurero que encuentra en este recinto el lugar ideal para calmar sus ansias de novillero. Todo el tiempo hay personas de todo tipo aprendiendo algo con múltiples temáticas y con recursos limitados que se ven superados por el exceso de entusiasmo de los usuarios del inmueble, un edificio con mucha historia.

Destacan en el ánimo de la gente sus museos, en especial la Sala Despacho “Antonio Aguilar, la Sala de Reflexión y el museo interactivo “Manuel M. Ponce”, muy visitados tanto por personas no solo locales, sino procedentes de muchas partes del mundo; la Cineteca Zacatecas lleva a cabo ciclos más que interesantes de cine y la Fototeca “Fernando Valtierra” brilla con luz propia por su incesante producción.

Muchas personas acuden en busca de un remanso en su andar por el centro de la ciudad de Zacatecas y otras veces es el lugar de reunión para grupos de amigos o parejas de enamorados.

Desde aquí mando una felicitación por su aniversario a este atípico centro de cultura y a todos los que hacen posible su funcionamiento, desde el Gober hasta conserjes. Merece mención especial el director del centro y su destacado grupo de compañeros que hacen que este recinto viva con estilo y que todos los días cumpla con el objetivo para el que fue creado, el fomento de la cultura y el desarrollo de muchas habilidades artísticas.

En lo particular, me quedé con las ganas de participar en los festejos de los dieciséis años de La Ciudadela, en circunstancias normales me hubiera gustado, también, presentar algún trabajo de teatro antiguo o nuevo, o de plano, echarme un gorgorito con algo de poesía. Pero así están las cosas, hoy. En el futuro volveremos a respirar aires nuevos con propuestas innovadoras que aporten al enriquecimiento del arte y disfrutaremos la gracia de estar vivos, juntos y felices.

Salud, Ciudadela.

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