Cuando se ve transcurrir el tiempo en medio de tanta incertidumbre generada por el flagelo que está azotando a la humanidad, parecen repetirse algunas historias de terror o pesadillas igualmente aterradoras que se prolongan sin que aparezca el evento contundente que mitigue o de plano desaparezca los sustos encadenados que la experiencia tanto real como onírica presentan con su brutal contundencia. La población empieza a desesperarse por una situación que parece irse de las manos por la falta de conciencia colectiva, por una parte, y la irresponsabilidad social, por la otra. Comparado a lo que se está viviendo, las pesadillas se quedan en calidad de cuentos quiméricos que, comparados con la realidad, son historias divertidas.
Han transcurrido diecinueve semanas desde que en el estado de Zacatecas se decretó el cese de actividades por las razones ya descritas; ciento treinta y tes días de incertidumbre y zozobra que hacen dudar de la forma en que se seguirá escribiendo la historia, sobre todo, porque además de la salud colectiva que está en riesgo cada vez más intenso y con la economía afectada negativamente donde los episodios que afectan el poder adquisitivo de la sociedad son contundentes; y si se considera que además del desempleo hay muchos malos patrones que se hacen que la virgen les habla para despojarse de sus compromisos hacia sus empleados con tristes argumentos que solo agigantan la miseria humana literal y metafórica. Pero eso es tema de otra historia que les corresponde enfrentar a los historiadores y a los defensores de los derechos laborales.
Mientras estos episodios cotidianos se suceden con su brutal contundencia, en Zacatecas se inauguró el día primero y hasta el día 17 de este mes la Feria Nacional del Libro en su edición del presente año FENALIZ 2020, por iniciativa del Gobierno del Estado, el Instituto Zacatecano de Cultura “Ramón López Velarde” en coordinación con la Cámara Nacional de la Industria Editorial Mexicana (CANAIM) y dedicada al gran escritor de Tepetongo, Severino Salazar (ver nota completa del 30 de julio en La Jornada Zacatecas a cargo de Alejandro Ortega Neri con todos los detalles). Es una gran oportunidad para acercarse a las novedades editoriales de México y otras partes del mundo, tanto para incrementar el acervo cultural de los aficionados a la lectura como para fomentar el gusto por la misma a aquellos que no lo son tanto.
Sin embargo, no es necesario esperar a que ocurran eventos tan importantes como este para acercarse al conocimiento a través de la disciplina de la lectura, puesto que esta es la base de la adquisición de niveles extremos de sapiencia en todas las enseñanzas que ha desarrollado el hombre en su paso por el planeta. Es innecesario afirmar que aquellos que leen están más cerca a la posibilidad de desempeñar papeles protagónicos en el proceso de cambio y desarrollo en el mundo que aquellos que no lo hacen. En teoría, aquellos que cultivan este hábito, tarde o temprano tendrán mayores oportunidades de superarse profesionalmente y de influir en los procesos de cambio efectivos. Sin ir muy lejos, en la historia reciente del país, se ha tenido que padecer el lastre de estar a merced de actores políticos semianalfabetos literales y funcionales que lo acompañaron a un colapso total y que sustituyó la búsqueda del conocimiento colectivo por la glorificación de la fechoría y la mala entraña con aquella máxima mínima que afirma que “el que no transa no avanza”. Mucha gente se alejó de los libros y de muchas de las actividades relacionadas con su cultivo y se hizo experta en acciones degradantes relacionadas con el crimen y la delincuencia de todo tipo y a todos los niveles. La FENALIZ 2020 ofrece la gran oportunidad de explorar las novedades que ofrecen alrededor de setenta editoriales, pero si no se tiene la posibilidad de adquirir nuevos textos, siempre habrá en todas partes la posibilidad de intercambiar textos, acudir a las bibliotecas o pedir prestado o regalado un libro con buen contenido. Los libreros de usados y las editoriales baratas que hoy proliferan en todas partes, acercan al mundo mágico de la lectura. Quien no lee, está condenado a una vida plana y sin chiste mientras que aquellos que lo hacen, tienen la oportunidad de vivir dimensiones de la existencia que no podrían siquiera imaginar en la ausencia de este hábito.
Además, estimado lector, valga la recomendación, la mejor forma de sobrellevar la pandemia es acompañado de un buen libro. Para los que han vivido con esta compañía lo han hecho con mayor intensidad y visión que aquellos que se han negado a disfrutar este privilegio.
¿No lo cree usted?
